Concierto para violonchelo y orquesta en Si menor, Op 104
El concierto para violonchelo fue compuesto entre el 8 de noviembre de 1894 y el 9 de febrero de 1895. Las revisiones se completaron el 11 de junio de 1895. Dvorák dirigió el estreno con la Orquesta
Filarmónica de Londres y el violonchelista Leo Stern, en Londres, el 19 de marzo de 1896.
La era romántica produjo pocos conciertos para violonchelo . Como el violonchelo no tiene ni la pene
trante gama alta del violín ni la aguda sonoridad percusiva del piano, su sonido puede ser fácilmente superado por una orquesta completa. Por el contrario durante el periodo clásico los conjuntos orques
tales eran reducidos. Es probable que una orquesta de aproximadamente una docena de ejecutantes pudiera tapar a un violonchelo. De este modo Haydn, por ejemplo, escribió conciertos para violonche
lo sin ningún problema de equilibrio.
Por otra parte, los compositores del siglo XX pujan por desafíos difíciles, como los de componer para violonchelo y una gran orquesta. Sin embargo, en el siglo XIX la orquesta normal era grande pero los compositores no eran experimentadores intencionales. Por lo tanto no es sorprendente que no haya conciertos para violonchelos de Beethoven, Brahms, Mendelssohn, Berlioz o Lizt( sin embargo Schu
mann compuso uno.) Dvorák, por otra parte, se vio tentado dos veces por el desafiante medio.
A la edad de 24 años compuso el grande pero inmaduro concierto en La Mayor, que jamás orquestó. En aquella época empezaba a enseñar y e había enamorado de una de sus alumnas. Era una joven de 16 años llamada Josefina Cermák. Josefina no correspondía al amor del compositor, pero él pensó que podría ganar su corazón si componía algunas canciones para ella. Así que ocupó su tiempo en es
cribir el ciclo Cipreses en lugar de orquestar el concierto. Pero Josefina siguió indiferente y Dvorák dedicó las canciones a otra persona. Más tarde se enamoró de la hermana menor de Josefina, con la que finalmente se casó. Pero la relación de Josefina con la música para violonchelo de Dvorák toda
vía no ha terminado.
Como jamás orquestó el concierto en La mayor, el compositor nunca tuvo que enfrentar el problema de equilibrar un violonchelo con una orquesta completa. Pasaron 30 años antes de que volviera a pres
tar atenciòn a ese medio. En el concierto en Si menor encaró ese desafío de frente.
En 1892 fue designado director del Conservatorio Nacional de Nueva York, por tres años. La funda
dora del Conservatorio, Jeanette Thurber, esperaba acrecentar el prestigio de su escuela agregando a su
plantel de profesores a uno de los compositores más importantes de Europa. De este modo esta señora
inició una práctica que sigue siendo típica hasta el presente-atraer compositores extranjeros destacados
para enseñar en escuelas norteamericanas-.Al compositor se le ofreció un salario 25 veces mayor de lo
que había estado ganado en el Conservatorio de Praga. Se le prometieron vacaciones durante cuatro me
ses en le verano. La orquesta del Conservatorio se puso a su disposición para diez conciertos, en los que se esperaba que incluyera gran parte de sus propia música.
Dvorák se convirtió en una celebridad de la sociedad de Nueva York, pero extrañaba su tierra natal. Des
pués de su primera temporada, pasó las vacaciones de verano en la pequeña ciudad de Spillville, Iowa,
donde vivían varias familias checas. Pero esa atmósfera le hizo sentir más nostálgico. Tras su segunda temporada en Nueva York, pasó el verano en Praga. Cuando regresó otra vez a Nueva York, extrañaba
su país aún más. Después de su tercera temporada ya no pudo soportar más la idea de vivir fuera de su país y renunció.
Sus composiciones de esta época reflejan estas emociones. Las primeras obras escritas en Estados Uni
dos están cargadas de referencias a la música folklórica norteamericana. Pero para cuando escribió su última obra norteamericana-el concierto para violonchelo en Si menor-su nostalgia se impuso. No hay
señales aquí de la cultura norteamericana y en cambio el concierto está lleno de espíritu de su Bohemia
natal.
A pesar de su anterior intento de componer un concierto para violonchelo, Dvorák seguía considerando
que el instrumento era más adecuado para la música orquestal y de Cámara que para el tratamiento como
solista.
Sin embargo cambió de opinión cuando , en 1894, escuchó al compositor Victor Herbert ejecutar su pro
pio segundo concierto para Violonchelo en Brooklin. Herbert era el violonchelo solista de la Orquesta Filarmónica de Nueva York y también compositor de varias piezas para conciertos y espectáculos como
por ejemplo, Niños en el Mundo de los Juguetes. Dvorák quedó impresionado por la forma en la que Herbert empleaba una gran orquesta, que incluía hasta trombones a pesar de la debilidad del sonido del violonchelo en ciertos registros. El compositor bohemio decidió usar en su propio concierto instrumen
tos tan penetrantes como el piccolo, el triángulo, la tuba y el trombón-colores tonales que había evita
do en conciertos anteriores para violín y para piano.
Un segundo estímulo para la composición del Concierto para Violonchelo provino de Hanus Wihan, un amigo del compositor que tocaba el violonchelo en el Cuarteto de Cuerdas de Bohemia. Wihan era
considerado el violonchelista checo más exquisito de la época y Dvorák escribió el concierto especial
mente para él.
Es interesante tener en cuenta que este mágico final no fue la idea original de Dvorák con respecto a la
forma de concluir el concierto. Regresó a Bohemia después de su estancia en los Estados Unidos, con un concierto algo diferente en la maleta. Cuando llegó a su asa, se enteró de que Josefina había falleci
do y en ese momento decidió revisar el concierto para incluir en él un recordatorio final dedicado a la mujer que había sido su primer amor. Eliminó cuatro compases cerca de la terminación del final y los
sustituyó con una cita amplia de la canción de Josefina( el compositor sin duda se habría asombrado si
hubiera llegado a ver una asociación muy diferente de su concierto para violonchelo con el amor ro
mántico: en la película de 1987, Las Brujas de Eastwick, la ejecución de esta música lleva a que los ac
tores Jack Nicholson y Susan Sarandon hagan el amor de modo tan apasionado, ¡que el violonchelo de ella se incendia!).
Dvorák hizo algunas pequeñas revisiones más, de acuerdo con las sugerencias del violonchelista Wi
han. Pero Wihan también deseaba hacer un cambio importante: quería insertar una cadencia justo an
tes del final. Dvorák se molestó, no sólo porque el violonchelista deseaba manipular la pieza simple
mente para hacer alarde de su virtuosismo, sino también porque tal modificación habría arruinado el pasaje que conmemoraba a Josefina. El compositor escribió a su editor una carta con palabras fuertes que denunciaban la cadencia, y exigía que la obra nunca se imprimiera con ese agregado espurio.
Wihan no tocó en el estreno. Durante largo tiempo se creyó que el intento del violonchelista de inser
tar una cadencia había irritado tanto a Dvorák que el compositor no deseaba conceder a su amigo el privilegio del estreno.Pero recientemente se ha descubierto correspondencia que indica otras razones. Dvorák se había comprometido a dirigir el estreno en Londres, con Wilhan como solista, en marzo de
1896. Pero Wlhan se encontró con una discrepancia en su agenda e intentó hacer que se trasladara la fe
cha para abril. El compositor estuvo de acuerdo con el cambio de fecha, perro la dirección de la Filar
mónica de Londres ya había planificado su temporada y pensó que la mejor solución erra mantener la fecha de marzo, contratando a otro violonchelista. Pero Dvorák quería a Wihan y escribió a la Filarmó
nica,dando a entender que no iría si se contrataba a otro violonchelista: " Siento anunciar que no puedo
dirigir la presentación del conzerto para violonchelo, la razón es que he prometido a mi amigo Wihan-
que será él quien lo interprete-. Si ustedes ponen el conzerto en el programa no podré ir de ninguna ma
nera y con agrado iré en otra oportunidad."
El secretario de la Filarmónia respondió la carta: " Hubiera sido un gran placer para nosotros que el se
ñor Wihan tocara el concierto. Pero como usted me dijo que él no podría venir el 19 de marzo, pensa
mos complacerle a usted incluyendo la pieza y hemos prometido al señor Leo Stern, que dice que cono
ce la obra. Ahora ya está todo arreglado usted nos escribe diciéndonos que no puede venir si incluimos
el concierto. Esto es muy embarazoso para nosotros, pero si usted lo desea retiraremos el concierto del programa."
Dvorák decidió ir a Inglaterra después de todo y dirigir el estreno con Stern como solista. Wihan final
mente ejecutó el concierto y la obra fue publicada con una dedicatoria al violonchelista para el cual ha
bía sido escrita.
De mi libro " Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.
Concierto en Si menor para violonchelo y orquesta, Op 104
Antonin Dvorák
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