Las Sinfonías de Londres
Sinfonía Número 104 en Re mayor, Londres
Y con esta obra de Haydn, se acaban todas las Sinfonías de Londres. Me han encantado todas. Espe
ro que os haya gustado a todos y que hayais disfrutado con ellas.
Compuesta en 1795 y estrenada en Londres el 4 de mayo de ese mismo año, bajo la dirección de Haydn.
La relación entre el adagio de la apertura y el allegro del primer movimiento de la Sinfonía Número 104 es más dramático que motívico. La rigurosa mexorabilidad de la introducción es vital para el sen
tido del allegro. Cuando se inicia la sección ràpida, se debe prestar mucha atención a los compases ter
cero y cuarto del tema principal-donde los primeros violines tocal cuatro notas repetidas seguidas por una nota a un paso más alta y un regreso a la nota original. Este motivo, incluido inofensivamente dentro del tema melódico, es extraído más tarde, como el origen de una gran parte del intenso contra
punto de la sección de desarrollo. Cuando el tema principal vuelve a la recapitulación, ya no parece tan inocente, porque recordamos, incluso una vez que el motivo ha regresado a su lugar original, la potencia que generó en el centro del movimiento.
Después de un movimiento lento que es bellamente cálido y sensible, viene un minué estrepitoso. Los
acentos característicos del tercer tiempo de cada uno de los compases conducen finalmente a una pau
sa de dos compases maravillosamente ingeniosa, que viene inmediatamente después de uno de esos acentos.
El final está basado en una melodía presentada al comienzo por los violines, que ejecutan de nuevo una nota de gaita de los cornos y los violonchelos. Esta melodía es muy parecida a una canción folcló
rica croata cantada en la región que rodea "Esterházy". También hay cierta evidencia de que esta tona
nada era una canción callejera de Londres conocida como "Hot Cross Buns". El acompañamiento de gaita sirve para subrayar el carácter folclórico. El movimiento que se desarrolla a partir de esta deli
ciosa tonada es un final típicamente lleno de humor al estilo de Haydn, que adquiere sobriedad para su nostálgico segundo tema.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.
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