Las Sinfonías de Londres
Sinfonía nº 96 en Re mayor, Milagro
Compuesta en 1791 y fue estrenada en Londres en febrero de ese mismo año, bajo la dirección de
Haydn.
La Sinfonía Número 96 fue la primera de las nuevas sinfonías de Haydn que se estrenó en Londres.
Marcó un favorable comienzo de su nueva carrera en Inglaterra. El subtitulo de la Sinfonía, Milagro,
está mal aplicado. Hubo en efecto, un "milagro",pero estuvo relacionado con la presentación de otra
Sinfonía, la Número 102. Al terminar esa obra, el público entusiasmado avanzó en oleadas hacia el escenario. El ruido del aplauso fue tan grande que produjo la caída de una araña de luces. Como todo el mundo se había movido hacia adelante, nadie resultó herido.Tampoco nadie parece saber cómo este evento terminó estando asociado con la sinfonía equivocada.
Milagro, como la mayoría de las Sinfonías de Londres de Haydn, comienza con una intruducción len
ta, que se inicia con una vigorosa unisonancia de una triada tónica descendente. Cuando este gesto se
repite en el séptimo compás, se añade una tercera nota para convertir la triada en menor-un buen to
que dramático-La introducción termina con una delicada cadencia del oboe. Comienza el allegro con
tres corcheas inacentuadas que se repiten. Este motivo adquiere cada vez más importancia a lo largo
del movimiento. Se escucha en todfas las secciones. Hacia el final e la sección de desarrollo, escucha
mos un ejemplo delicioso del famoso ingenio de Haydn. La música se detiene dramáticamente duran
te un intervalo largo, de hecho, muy largo. Esperamos que siga la recapitulación y lo que en realidad
escuchamos a continuación es el tema principal, pero en la tonalidad errónea. Esta "falsa recapitula
ción" conduce al regreso apropiado unos pocos compases después.Hacia el final, la música se zambulle de modo dramático en Re menor( recordando la movida similar de la introducción) antes de cerrar triunfalmente en Re mayor.
El movimiento lento comienza con un tema de cuerdas con muchos silencios. Cuando se repite, las fi
guras de los vientos completan los intervalos. Después de una idea opuesta, la primera sección es re
dondeada por una vuelta al tema original, con los silencios completados de modo diferente. Luego vie
ne una sección media inesperadamente drámática, muy contrapuntística, más bien larga y en modo menor. Después de la vuelta al modo mayor para una recapitulación de la sección de apertura, nos en
contramos con algo talmente inesperado. La orquesta mantiene un acorde de 6/4, que sugiere un movi
miento de concierto con la cadenza propia del comienzo. ¡ Y eso es exactamente lo que sucede! Haydn
hace un solo agrupando la flauta, dos oboes, dos fagotes y dos violines, a los que acompaña con el res
to de la orquesta. La cadenza del grupo terrmina, como es correcto en un concierto con trinos.
El minué es típico movimiento de danza austriaca. El solo del Oboe en la sección de trío recuerda la
eminencia de ese instrumento en la introducción del primer movimiento. El arremolinado final empie
za sosegadamente y, excepto por unas pocas interjecciones dramáticas, se mantiene suave durante un
cierto tiempo. Aunque es un rondó, hay en verdad un solo tema. Está ejecutado en menor en la segun
da sección, recordando así las partes en modo menor de sus primeros dos movimientos. La sección
media consta de un desarrollo de contrapunto del tema. Hacia el final hay una pausa dramática, des
pués de la cual los vientos comienzan el impulso final hacia una conclusión exuberante.
De mi libro " Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.
Franz Joseph Haydn