LA MÚSICA Y SU MUNDO

lunes, 29 de mayo de 2017

Sinfonía nº2 de Charles Ives


Sinfonía nº2

La Segunda Sinfonía fue iniciada en 1897, usando esbozos que se remontan a 1889, La obra fue terminada en 1902, pero Ives continuó revisándola. El primer movimiento fue interpretado alrededor de 1914 por Edgar Stowell y la Orquesta de cuerdas del Establecimiento de la Escuela de Música de Nueva York. Leonard Berstein dirigió la primera interpretación completa con la Filarmónica de Nue
va York, el 22 de febrero e 1951.                                                                                                                  Como la mayor pare de la música de Ives, la Segunda Sinfonía tiene una historia complicada. Gran parte de ella fue escrita en 1897, mientras Ives era estudiante universitario de Yale. Un pasaje del úl
 timo movimiento, sin embargo ,se remonta a 1889, cuando tenía 15 años. Pasrtes de  los cinco movi
mientos se originaron como música que el  compositor ejecutó en  su calidad de organista de la igle
sia en New Haven o provinieron de oberturas que escribió para una orquesta popular y una banda de bronces durante sus días en la universidad. La Sinfonía fue terminada en 1902, pero el compositor continuó trabajando en ella retocándola hasta 1909.  Unos pocos años después Isves la envió a Walter
Damrosh, que una vez había dirigido-con muy poco entusiasmo-tres movimientos de la Primera Sinfo
nía de Ives, en un ensayo de la Sinfonía de Nueva York. Damrosh nunca reconoció haber recibido la partitura ni la devolvió.                                                                                                                            
El tercer movimiento originariamente era parte de la primera sinfonía, que Ives compuso como pro  
yecto mayor en Yale. Su profesor de composición, Horatio W. Parker, objetó el movimiento, porque este estaba en Fa mayor pero empezaba en la nota Sol bemol, y porque citaba melodías de himnos populares. Según Ives, Parker creía que "la melodía de himno era la forma más baja de la vida musi   
cal". Insistió en que Ives escribiera un movimiento lento más convencional. El movimiento desecha
do encontró su camino a  la Segunda Sinfonía, pero no antes de haber sido revisado en parte, según    
las críticas de Parker. El movimiento ahora comienza con la nota adecuada. Pero Ives llegó a lamen  
tar haber hecho ese movimiento más convencional. Sintió que Parker le había obligado a convertir la 
obra en imitativa más que original. Aunque el movimiento nunca volvió a su versión original, escri    
bió en el manuscrito. "Fue mejorado y arruinado (por consejo de H W P)...P. dijo que un movimiento en la tonalidad de Fa debe iniciarse en la tonalidad de de Fa ¡¡¡ De modo que cámbielo y debilítelo!!! 
Durante la primera mitad del siglo, la música de Ives era prácticamente desconocida y no se la  inter pretaba. Aunque una interpretación, organizada en 1939, de su extraordinaria sonata para piano resca
tó su nombre del olvido total, debido al aislamiento absoluto en el que vivió sus últimos 15 años, fue casi imposible para los intérpretes interesados tener acceso a la música que nunca había sido tocada. Con excepción de una interpretación de dos movimientos de Tres Lugares de Nueva Inglaterra por la Filarmónica de Los Ángeles en 1932, ninguna orquesta importante interpretó música de Ives hasta     1948. En ese año, Tres Lugares fue presentada por la Sinfónica de Boston.                                            
La siguiente interpretación orquestal de importancia fue el estreno en 1951-medio siglo después de su terminación-de la Segunda Sinfonía, a cargo de Leonard Bernstein  y la Filarmónica de Nueva York.  
Fue necesario emprender una tarea considerable, relalizada en gran medida por los compositores Hen
ry Conwell y Lou Harrison con un equipo de copistas, para descifrar el desordenado manuscrito de Ives. El compositor, que como joven con frecuencia había oído la Filarmónica de Nueva York, a me
nudo había insinuado cuánto le gustaría escuchar una obra suya en  Carnegil Hall-pero, a medida que se acercaba el estreno, se ponía cada vez más nervioso. Tenía 76 años y la salud frágil y había vivido 
completamente apartado de la música durante años. No pudo reunir las fuerzas suficientes para asistir al estreno. Bernstein se ofreció a dirigir un ensayo especial en el que Ives pudiera sentarse solo sin se observado, en la sala a oscuras, pero Ives rehusó esta posibilidad.La Señora de Ives y otros pariente     asistieron al estreno.                                                                                                                                 Según los primeros biógrafos de Ives, Henry y Sidney Conwell :"Al final del estreno Bernstein aplau  dió a los intérpretes y luego se volvió hacia el palco de Ives para unirse al desenfrenado y prolonaga
do aplauso que se elevó de la sala. Comprendiendo que la señora de Ives no captaba el alcance del     
aplauso, un invitado le tocó el brazo y le sugirió volver la mirada del escenario para apreciar al públi
co que vitoreaba y aplaudía debajo de ella y que a distancia se elevaba hasta las galerías más lejanas.    La calidez y el entusiasmo de pronto la alcanzaron y dijo en un tono de pura sorpresa que rompía el   corazón ;"Bien, les gustó; ¿no es cierto?                                                                                                   Una semana más tarde la Sinfonía fue transmitida por radio e Ives la escuchó en una pequeña radio      en su cocina  La respuésta del público y de la crítica fue abrumadora.                                                   Con ocasión del estreno  Leonard Bernstein ofreció algunos comentarios perspicaces con respecto a la Segunda Sinfonía:                                                                                                                                
Tratemos de identificarnos con el joven Ives, de apenas 27 años, viviendo un país y en una comuni    
dad donde ser músico era considerado vagamente censurable y  tratando de grabar además las imáge 
nes sonoras de ese mundo. Esas imágenes eran una combinación de grandes obras de la tradición ale
mana-Beethoven, Brahms, Wagner-más la música local con la que convivía, himnos, canciones folclo
ricas, canciones patrióticas y marchas, canciones estudiantiles y cosas por el estilo .                              Todo eso puede hallarse en esa Segunda Sinfonía-desde la Quinta de Beethoven hasta Turkey in the    Straw(el Pavo en la Paja)-.Pero todo se vuelve propio de Ives, de alguna manera transformado como
por encanto en su propia manifestación personal. Es verdaderamente sorprendente...                         
De mi libro Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. Fotos subidas de Internet.                               









                                                                           










                                             







                                                                       




                                                                           







                                                                 
                                                                      Charles Ives


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