LA MÚSICA Y SU MUNDO

sábado, 18 de noviembre de 2017

Sinfonía Número 1 en Re mayor de Gustav Mahler


                                                           Sinfonía nº 1 en Re mayor

La Primera Sinfonía fue comenzada en 1884 y terminada en 1888. Mahler dirigió el estreno en Buda
pest el 20 de noviembre de 1889.
A pesaar de su juventud Mahler no estaba satisfecho con su puesto en Leipzig como asistente de la Ópera por más que fuera asistente de un colega mayor tan distinguido como Artur Nikisch. El compo
sitor seguía tratado de encontrar obras interesantes que pudiera dirigir en Leipzig. Se presentó una oportunidad en 1886, cuando conoció al barón Karl von Weber, nieto del compositor Karl María von Weber, cuya música Mahler admiraba mucho. Weber tenía en su poder los esbozos de la Ópera Cómi
ca inconclusa de su abuelo Die drei Pintos. Se le preguntó a Mahler si estaría interesado en terminar la obra. Al principio Mahler dudó, Weber había esbozado la música apenas para siete de los 17 núme
ros del libreto y gran parte de la música que había escrito aparecía en una taquigrafía indescifrable.
Sin embargo Mahler estudió los esbozos y descubrió que podía leer esta escritura, así que aceptó el proyecto. Se mantuvo reacio a componer su propia música para la ópera, excepto donde fuera absolu
tamente inevitable. Así que incorporó música de otras piezas de Weber. Se obsesionó con la obra, in
cluso hasta el punto de desatender sus deberes como director. Pero el proyecto fue positivo para él. Hi
zo que concentrara sus energías en la composición, aunque se tratara de escribir la música de otra per
sona. Además, el interés del mundo musical en la producción venidera de Die drei Pintos demostró ser un gran impulso para la carrera de Mahler. Prácticamente todos los días iba a la casa del barón y de la señora de Weber, para tocar en el piano lo que había completado. Entre Mahler y el barón empe
zó a crecer una amistad y algo más que una amistad entre la Señora Weber. Se inició entre ellos un to
rrido affaire. Aunque ella era siete años mayor que Mahler y tenía marido y tres hijos, consideró seria
mente la posibilidad de fugarse con el músico. Los amantes temían un escándalo, pero cada uno de ellos consideraba al otro irresistible.
A pesar de las tensiones que estaba provocando e el hogar de los Weber, Mahler continuó con su prác
tica de llevarles el estado actual del trabajo en curso, para que lo aprobasen. Sin embargo, una vez que la ópera estuvo terminada, fue la Primera Sinfonía lo que interpretó para los Weber. Una noche llegó a casa de sellos a medianoche, llevando el primer movimiento recientemente terminado. Fue al
piano y los Weber se colocaron a ambos lados de él para ayudarle a tocar las ocho octavas del "La" que inician la obra. Más tarde el compositor recordaba:
"Los tres nos sentíamos felices y animados. No creo haber experimentado otro momento tan agrada
ble con mi Primera Sinfonía. Luego salimos juntos llenos de felicidad".
El barón von Weber ignoró todo lo que pudo lo que estaba sucediendo entre su esposa y el composi
tor, pero finalmente perdió la cordura. Un día, mientras se encontraba en un tren camino a Dresden, emprendió  una loca tanda de disparos. Afortunadamente no hirió a nadie con los repetidos disparos de su revólver a los reposacabezas de los asientos. Mahler tuvo una pelea con el gerente de la ópera de Leipzig y se quedó sin trabajo. A pesar de la fama que le había reportado Die drei Pintos, le resul
tó difícil obtener un nuevo puesto, en gran parte debido a su escandalosa relación con Marion von Weber. También tuvo problemas al tratar de arreglar una presentación de la recientemente terminada
Primera Sinfonía, que la mayoría de los directores consideraba demasiado moderna. La respuesta a ambos dilemas llegó en 1888, cuando Mahler, a la edad de 28 años fue nombrado director principal de la Ópera Real de Budapest. Después de un año e la capital húngara, pudo dirigir la sinfonía. La re
cepción fue fría. La primera mitad melódica fue razonablemente bien recibida, pero la marcha fúne
bre burlona y final turbulento presentaron problemas para el público conservador. Al final hubo algu
nos abucheos.
La obra fue originariamente catalogada no como sinfonía sino como poema sinfónico en dos partes. En esa versión, la primera parte contenía tres movimientos y la segunda dos. A pesar de llamarla poema tonal, aparentemente Mahler no tenía en mente ningún programa particular. Aunque después del estreno  empezó a pensar que algo denominado poema sinfónico debía tener una historia, así que le agregó una. Más tarde abandonó esa idea, sin embargo, y decidió que la obra era realmente una sinfo
nía. Los títulos originales de los movimientos eran:
Primera Parte: De los días de Juventud.
I: Primavera sin fin
II: Flora
III: Navegando a toda vela
Segunda Parte: Comedia humana.
IV: Marcha fúnebre a la manera de Callot
V: Del Infierno al Paraíso
El movimiento "Flora" o Blumine fue finalmente desechado. Mahler consideró que no era  suficiente
mente sinfónico. De hecho, había sido tomado de cierta música incidental que había escrito anterior
mente para una obra teatral. Durante un largo tiempo ese movimiento se consideró perdido, pero apa
reció en 1959 y en ocasiones ha sido interpretado como parte de la sinfonía. La opinión de los críticos
está dividida, pero la mayoría de los comentaristas cree que el compositor estuvo en lo correcto al eli
minarlo. Otros señalan que existen importantes lazos temáticos entre los movimientos y el final.
Esta sinfonía no fue realmente la primera desde Mahler. Hay evidencias de que anteriormente compu
so por lo menos otras cuatro y que sus manuscritos puedan haber sobrevivido hasta la Segunda Gue
rra Mundial. Es desafortunado que esas obras tempranas fueran destruidas, pero por lo menos el he
cho de conocer su existencia contribuye a explicarnos la maestría propia de la experiencia que se ha
ce evidente en la Primera Sinfonía. La Sinfonía comienza con una de las introducciones lentas más ex
traordinarias de toda la música. Suavemente las cuerdas, en su mayor parte en armónicos, entonan la nota "La" en muchas octavas diferentes. Esta nota "La" se mantiene, con cambios de instrumentación
muy leves, durante toda la introducción-alrededor de cuatro minutos de música-. Contra este velado telón de fondo, se escuchan diferentes voces de aves y fanfarrias, finalmente la última parte del movi
miento comienza, con un amoroso tema lírico(tomado de una de las Canciones de un Caminante de Mahler). Los cuatro minutos de "La" tienen su efecto, sin embargo. Aunque el movimiento es en "Re mayor, la sección rápida sólo toca esa tonalidad brevemente antes de pasarse a "La" mayor. Toda la exposición está consagrada a un solo tema bello y pacífico, centrado en su mayor parte en "La". El de
sarrollo comienza con un regreso variado a la apertura misteriosa. Luego, una vez que estamos a mi
tad de camino en el movimiento, se escucha un tema de tipo fanfarria, por fin en la largamente espera
da tonalidad de Re mayor. A medida que la música se desarrolla y se pasea por tonalidades distantes, la penetrante serenidad se ve perturbada. Al final del desarrollo la música se vuelve decididamente si
niestra, una música que los dos temas inicialmente parecían incapaces de evocar. Sin embargo esta turbulencia es sólo momentánea, ya que se trata de una preparación para el regreso triunfante del se
gundo tema. El movimiento termina ingeniosamente, cuando las voces de los pájaros de la introduc
ción(que, de paso, están incluidas en ambos temas principales) regresan con cierta urgencia en las cuerdas en pizzicato, las trompetas, cornos y finalmente los timbales. Los timbales se esfuerzan por producir este motivo simple, pero el silencio se sigue entrometiendo. Por último toda la orquesta se une para llevar el movimiento a un feliz cierre.
El segundo movimiento es un scherzzo. Continúa la música pacífica del primer movimiento aunque
se vuelve a la vez más estrepitoso y, en el trío, más gentil. El trío es un Ländler, una danza folclóri
ca austriaca.
El título original del movimiento lento("Marcha fúnebre a la manera de Callot") se refiere a un graba
do de Jaques Callot(1592-1635). Como explicó Mahler.
El estímulo externo de esta pieza musical llegó al compositor en la pintura paródica que todos los ni
ños conocen, "La procesión Fúnebre del Cazador, de un antiguo libro de cuentos de hadas para niños:
las bestias del bosque acompañan a la tumba al féretro del guardabosques muerto, con liebres que lle
van un pequeño estandarte, con una banda de músicos bohemios al frente y la procesión escoltada por gatos, sapos, cuervos, etc, que hacen música, con ciervos, corzos, zorros y otras criaturas del bosque de cuatro patas y emplumadas en cómicas posturas. En este punto la pieza está concebida como la ex
presión de un humor por momentos irónicamente alegre y por momentos extrañamente rumiante. La Marcha fúnebre es paródica. Al comienzo, por ejemplo, un solo bajo de cuerdas interpreta(con acom
pañamiento de timbales) una versión en menor de la canción folclórica Frére Jaques. Este solo está bien dentro de la gama del violonchelo, pero es bastante alto para el bajo. El bajo aporta cierto carac
ter grotesco que es apropiado para el grabado de Callot. Esta melodía está tratada como una ronda, con más y más instrumentos que se unen a ella.
La fuerte apertura del último movimiento es notoria por su capacidad para sorprender a un oyente satento. Durante el estreno una dama elegantemente vestida, que había estado cabeceando durante el tranquilo final de movimiento lento, fue sorprendida por la explosión que da comienzo al final. Dio un salto en su asiento, desparramando por el piso todo lo que tenía sobre su falda. El autor de este li
bro fue testigo de un suceso similar cuando él y su embarazada esposa se sentaron en la primera fila en una interpretación de la Primera Sinfonía de Mahler que se llevó a cabo en un gimnasio resonante. Su hijo por nacer( una de las personas a las que está dedicado este libro) fue sorprendido por el ruido repentino y saltó violentamente dando visibles patadas en el  seno de su madre.
El  final prevé las sinfonías posteriores de Mahler en lo que se refiere a sus contrastes dramáticos, or
questación espectacular y gran longitud. Su música no está  lejos de la Quinta Sinfonía, por ejemplo. La inocencia de los primeros dos movimientos y la parodia de la Marcha fúnebre son dejadas atrás por este final poderoso, siniestro y dramático.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer Foto subida de Internet.






                                                                              
                                                                               
                                          
                                           Sinfonía Número 1 en Re mayor de Gustav Mahler


                                                                       




                                                                           
  •                                                             Gustav Mahler 
 













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