La Quinta Sinfonía fue compuesta durante los veranos de 1901 y 1902. Mahler dirigió el estreno en Co lonia el 18 de Octubre de 1904. Posteriormente revisó la Sinfonía varias veces.
Las responsabilidades de Mahler como director le impedían componer en otro momento que no fueran
los meses de verano. Entre los veranos de 1901, cuando inició la Quinta Sinfonía, y 1902, cuando la ter minó, conoció a Alma Schindler. Ella tenía la mitad de edad que él, pero su atracción fue mutua e inme diata.
Los amigo de Mahler eran escépticos respecto a la profundidad del interés de este por la Schindler. Se
Se sabía que el compositor había tenido muchos affaires con mujeres jóvenes. Anteriormente había teni do que mantener en secreto esas actividades , pero ahora que era famoso director de la Ópera de Viena ya no estaba obligado a ocultar las "indiscreciones". Alma representó más que un coqueteo casual-ella era hermosa, inteligente y se expresaba claramente, y era compositora. Pronto Mahler estuvo completa y locamente enamorado.
Alma pudo comprobar cuán temperamental y celoso era el compositor. En cierto momento de su galan
teo hizo algo que hubiera hecho tomar las armas a cualquier verdadera feminista:exigió que Alma aban donara la composición. Mientras él estaba en Dresden dirigiendo, Alma le envió una carta disculpándo
se porque la composición le hubiera impedido escribirle a él que escribiera música. Pronto su trabajo se ría el de supervisar un hogar, criar niños, pagar las cuentas, copiar la música de él y estar a su lado en los triunfos y en los fracasos. El trabajo de él era escribir música. Alma se sintió modesta, pero ella de seaba a Mahler y estuvo de acuerdo. Dejó de componer durante un tiempo. Pero nunca le perdonó su cruel exigencia.
A pesar de su reputación en el sentido contrario, Mahler se las arregló para convencer a Alma de que, en sus relaciones con mujeres, él era inocente. Afirmó tener grandes temores sobre la consumación de su próximo matrimonio, porque tenía más de 40. Alma no podía comprender sus dudas, pero estuvo de acuerdo en que fueran amantes inmediatamente y no esperaran hasta estar casados. El diario de Alma, después de registrar en detalle varios encuentros apasionados pero fallidos, manifiesta simplemente: "¡Alegría más allá de toda alegría!" Pronto, sin embargo, se vieron obligados a reconocer " la verdad escondida que existe detrás de las leyes de la moral burguesa": Alma estaba embarazada. La pareja se casó el 9 de marzo de 1902. La vida de Mahler cambió en varios sentidos: cortó las relaciones íntimas con otras mujeres, rompió con sus amigos que habían considerado a Alma inferior a ellos socialmente y se instaló en una existencia confortable en la que otra persona se ocupaba de sus necesidades diarias.
Para el verano los recién casados fueron a la casa de campo que Mahler había adquirido recientemente
mente en Mayernigg. Allí el compositor se enfrascó nuevamente en su trabajo en la Quinta Sinfonía,
Maler se apartó de Alma, pues pasaba todo el día componiendo. Ella llegó a comprender que siempre ocuparía un segundo puesto con respecto al trabajo de su marido.
Al final del verano Mahler "estrenó" la sinfonía en el piano para Alma. Trabajó en la orquestación en otoño, de modo que la obra estuvo terminada casi al mismo tiempo que nació su hija ( María Ana Mah ler nació el 3 de Noviembre de 1902 y murió en 1907, dejando al compositor con el espíritu abatido, si
tuación de la que nunca se recobró.) La orquestación demostró ser sólo un borrador preliminar, pues Mahler continuó revisándola a lo largo de sus años restantes.
Según Alma: Desde la Quinta en adelante, le fue imposible estar satisfecho con su trabajo; "la Quinta fue orquestada de forma diferente prácticamente para cada una de las interpretaciones". Mahler incluso
llegó a exigir un acuerdo del editor por el cual cualquier modificación introducida en la sinfonía con posterioridad a su publicación tendría que ser incluida en todas las ediciones futuras y agregada a cual quier copia no vendida que ya estuviera impresa. Cuando en 1904 Mahler dirigió una "lectura abierta preliminar de la Sinfonía, Alma la escuchó. Había escuchado cada tema en mi cabeza mientras copiaba
la partitura, pero ahora no podía oírlos en absoluto. Mahler había orquestado en exceso los instrumentos de percusión y los timbales de modo tan loco y persistente que muy poco era reconocible más allá del
ritmo. Corrí a casa, sollozando fuertemente. Él me siguió, durante mucho tiempo me negué a hablar. Al final dije entre sollozos: "Lo has escrito para percusión y nada más." Él se rio y luego me mostró la par titura. Había tachado todos los timbales con lápiz de color rujo y también la mitad de los otros instru mentos de percusión. Había sentido lo mismo que yo, pero mi protesta apasionada hizo inclinar la balan za.
Unos pocos meses más tarde la obra revisada fue a un ensayo para un estreno Mahler escribió a Alma:
Hoy fue el primer ensayo. Salió tolerablemente bien. El Scherzo es un movimiento endemoniado. ¡Con
sidero que va a tener grandes problemas !Los directores de los próximos 50 años lo tomarán demasiado
rápido y harán una tontería de él; y el público ¿Qué van a entender de este caos del cual siempre se es tán engendrando nuevos mundos, sólo para desmoronarse en la ruina al momento siguiente?¿Qué van a decir de esta música primigenia, de este mar de centelleantes rompientes que echa espuma, que ruge y que se enfurece? ¡Oh, si pudiera dar el estreno de mi sinfonía 50 años después de mi muerte!
La interpretación salió bien, pero Mahler no quedó completamente satisfecho. Hizo "muchos cambios importantes en 1905 y luego, en 1906, reelaboró la partitura tanto antes como después de una interpreta
ción que se realizó en Amsterdam. En 1908 la revisó nuevamente, esta vez para Viena. Poco después es
cribió: "He revisado recientemente mi Quinta y desearía tener la oportunidad de dirigir esta cuasi nove dad. Surgió la oportunidad para una interpretación en Munich y Mahler exigió la realización de cinco ensayos completos para tener la ocasión de considerar las modificaciones que había hecho. Hizo cambios.
Poco antes de su muerte Mahler escribió al director Georg Göhler: "He terminado la Quinta. En ver
dad tuve que volver a reorquestarla por completo. No comprendo como pude haber estado tan completa
mente errado-como un principiante. Evidentemente las rutinas que había establecido con las primeras
cuatro sinfonías fueron totalmente inadecuadas para esta-pues un estilo totalmente nuevo exige una téc nica nueva".
¿Cuál era este nuevo estilo? ¿Por qué la Quinta le causó a Mahler tantos problemas? Esta sinfonía fue la primera de Mahler que no estuvo directa e indirectamente involucrada con la voz humana: la Segunda, Tercera y Cuarta Sinfonías verdaderamente usan voz/voces y la Primera comparte materiales con dos Canciones de un Caminante de Mahler. La Quinta fue el primer intento de Mahler en la expresión pura
mente musical, sin mediación de un texto que filosofará sobre el amor, la muerte o la alegría. La sinfo nía contiene breves citas de las canciones de Mahler, pero las mismas son incidentales y están disfraza das, en comparación con las obras anteriores. Así que la Quinta es más abstracta y, a su modo, más con cisa que sus antecedentes. Y más contrapuntística. En las reposadas sinfonías anteriores, las texturas ri cas están construidas a partir de encuadres armónicos. En la Quinta, las líneas melódicas son más bási cas que los acordes y el impulso rítmico es todavía más básico( si se considera la influencia penetrante del ritmo de la trompeta de la apertura). Nos encontramos con un Mahler que está comenzando a explo rar la combinación simultánea de ideas independientes. Para preservar la claridad debió hacer una or questación de tales texturas extraordinariamente transparente, a pesar de su orquesta. Mahler aparente mente tuvo problemas con esta necesidad de claridad sólo e forma gradual llegó a comprender cómo lo grarla; de ahí las repetidas revisiones.
Mahler una vez trató de explicar al director Bruno Walter el origen de su nuevo lenguaje de contrapun tos. Estaban en una feria campestre-Mahler llamó la atención de Walter respecto del panorama de soni dos conflictivos- organillos, risas, gritos, cantos, galerías de tiro, una banda militar-.¿Oye eso? Eso es polifonía y de allí es de donde la obtengo...Así es como-a partir de muchas fuentes diferentes-, deben llegar los temas y como estos deben ser completamente diferentes uno de otro en lo que respecta a ritmo y melodías-y cualquier otra cosa es sólo escritura de partes y homofonía disfrazada-.Lo que el artista de be hacer es organizarlas en una entidad inteligible."
Mahler trató de representar en música sinfónica la maravillosa mezcolanza de sonidos con la que nos en contramos todos los días. En lugar de la música lírica y dramática, símbolo de las emociones humanas
elevadas, abrazó la música lírica y dramática, símbolo de las emociones humanas elevadas, abrazó la música y los sonidos de la vida. Las canciones y los himnos al amor y la naturaleza de las primeras sin fonías dieron lugar a los orígenes más terrenales, la marcha y la danza.
Mahler trató de representar en música sinfónica la maravillosa mezcolanza de sonidos con la que nos en contramos todos los días. En lugar de la música lírica y dramática, símbolo de las emociones humanas
elevadas, abrazó la música lírica y dramática, símbolo de las emociones humanas elevadas, abrazó la música y los sonidos de la vida. Las canciones y los himnos al amor y la naturaleza de las primeras sin fonías dieron lugar a los orígenes más terrenales, la marcha y la danza.
Es instructivo comparar la Segunda y la Quinta Sinfonía, pues ambas comienzan con marchas fúnebres. La Segunda avanza de la muerte a la resurrección, como se describe en el final casi religioso, pero la Quinta avanza desde la muerte hacia la vida. El final de la Quinta, a pesar de su coral instrumental, es un panorama de la vida, con todas las clases de música, desde la sublime hasta la mundana, de la profunda a la vernácula, que entra por la fuerza en sus fronteras. Ambas sinfonías son afirmaciones, la Segunda del espíritu humano y la Quinta de la vida misma. La diferencia es fascinante. No es sorprendente que la nueva clase de música que Mahler puso en la Quinta exigiera una nueva técnica de composición.
La sinfonía está dividida en tres partes. La primera consta de la marcha fúnebre y el tormentoso allegro
que parece desarrollarse a partir de su turbulencia. La segunda es el movimiento del scherzzo, constitui do por un Läudler tras otro. La última parte incluye el breve adagietto, que introduce el quinto movi
La sinfonía está dividida en tres partes. La primera consta de la marcha fúnebre y el tormentoso allegro
que parece desarrollarse a partir de su turbulencia. La segunda es el movimiento del scherzzo, constitui do por un Läudler tras otro. La última parte incluye el breve adagietto, que introduce el quinto movi
miento-un collage de contrapunto erudito (el movimiento, hasta cierto punto como una fuga)-,tonadas de tipo folclórico, melodías sentimentales y gran dramatismo.
El compositor y director Leonard Berstein ha escrito respecto de la maravillosa mezcla de elementos diversos en la música sinfónica de Mahler:
Tomó todos (¡todos!) los elementos básicos de la música alemana, incluyendo los clichés, y los impulsó hasta sus últimos límites. Convirtió los descansos en silencios escalofriantes; las notas inacentuadas en
preparaciones volcánicas como para una explosión de muerte; las luftpausen se convirtieron en jadeos de impacto o suspenso aterrorizado. Los acentos crecieron hasta convertirse en énfasis titánicos que de bían alcanzarse por todos los medios concebibles, tanto sónicos como tónicos, los ritardandi fueron ex tendidos hasta casi la inmovilidad, los acelerandi se convirtieron en tornados; las dinámicas fueron refi nadas y exageradas hasta el punto de sensibilidad neurasténica. Las marchas de Mahler son como ata ques cardiacos, sus corales como si toda la cristiandad se hubiera vuelto loca. Las antiguas frases con vencionales de cuatro compases están delineadas en acero. Sus cadencias más tradicionales ben dicen como el momento de remisión de dolor. Mahler es la música alemana multiplicada por "n".
El resultado de toda esta exageración es, por supuesto, esa intensidad neurótica que durante tantos años fue rechazada como intolerable, y en la que hoy nos encontramos reflejados. Y estos son los resultados concomitantes: una ironía casi demasiado amarga para comprender; excesos de sentimentalismo que de todavía hacen respingar a algunos oyentes; momentos de total desesperación, a menudo la desespera ción de no poder impulsar aun más todo este material en alguna clase de paramúsica.
De mi libro " Invitación a la música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.
El compositor y director Leonard Berstein ha escrito respecto de la maravillosa mezcla de elementos diversos en la música sinfónica de Mahler:
Tomó todos (¡todos!) los elementos básicos de la música alemana, incluyendo los clichés, y los impulsó hasta sus últimos límites. Convirtió los descansos en silencios escalofriantes; las notas inacentuadas en
preparaciones volcánicas como para una explosión de muerte; las luftpausen se convirtieron en jadeos de impacto o suspenso aterrorizado. Los acentos crecieron hasta convertirse en énfasis titánicos que de bían alcanzarse por todos los medios concebibles, tanto sónicos como tónicos, los ritardandi fueron ex tendidos hasta casi la inmovilidad, los acelerandi se convirtieron en tornados; las dinámicas fueron refi nadas y exageradas hasta el punto de sensibilidad neurasténica. Las marchas de Mahler son como ata ques cardiacos, sus corales como si toda la cristiandad se hubiera vuelto loca. Las antiguas frases con vencionales de cuatro compases están delineadas en acero. Sus cadencias más tradicionales ben dicen como el momento de remisión de dolor. Mahler es la música alemana multiplicada por "n".
El resultado de toda esta exageración es, por supuesto, esa intensidad neurótica que durante tantos años fue rechazada como intolerable, y en la que hoy nos encontramos reflejados. Y estos son los resultados concomitantes: una ironía casi demasiado amarga para comprender; excesos de sentimentalismo que de todavía hacen respingar a algunos oyentes; momentos de total desesperación, a menudo la desespera ción de no poder impulsar aun más todo este material en alguna clase de paramúsica.
De mi libro " Invitación a la música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario