LA MÚSICA Y SU MUNDO

sábado, 28 de abril de 2018

Concierto en La mayor para Clarinete y Orquesta, K. 622 de Mozart


                                       Concierto en La mayor para Clarinete y Orquesta K.622

El Concierto para Clarinete fue esbozado en 1789 y terminado a mediados de octubre de 1791. Presu
miblemente fue estrenado por Anton Stadler, para quien fue compuesto.
El clarinete es relativamente un recién llegado a la familia orquestal de los vientos. El instrumento fue inventado al principio del siglo XVIII como una modernización de un antiguo instrumento fran
cés de lengüeta, como el chalumean. La referencia más antigua conocida con respecto a un instrumen
to llamado "clarinete" se remonta a 1716. En ocasiones, los compositores incorporaron el nuevo ins
trumento en las orquestas de ópera, pero pasó un número considerable de años antes de que fuera utili
zado en interpretaciones de cámara u orquesta. El antiguo clarinete tenía pocas teclas y, por lo tanto,
no era especialmente ágil. De manera que el instrumento fue aceptado sólo gradualmente. Además, los intérpretes eran escasos.Por lo general, se trataba de oboistas que habían aprendido apresurada
mente a tocar el nuevo instrumento.
El clarinete fue especialmente popular en Gran Bretaña. Uno de los primeros recitales de clarinete tu
vo lugar en Dublín, en 1742, y J. C Bach usó clarinetes para la representación de una ópera enLondres, en 1763. Es probable que el Mozart de ocho años haya encontrado por primera vez el ins
trumento al año siguiente, durante una visita a la capital británica. Posteriormente, lo escuchó en va
rios centros musicales de Europa, incluyendo Mannheim( durante una visita realizada en 1777), don
de los instrumentalistas eran particularmente consumados. Karl Stamitz, uno de los compositores de Mannheim, escribió un buen número de conciertos para clarinete que presagiaron el uso de saltos dra
máticos que emplearía Mozart. Aunque Mozart sin duda conocía algunos de los conciertos de Stamitz
,raramente incorporó clarinetes a su propia música antes de su traslado a Viena en 1781.
Mozart se aproximó al clarinete con cautela. Sus primeros usos del instrumento no son especialmente idiomáticos. La música para clarinete de los tres divertimentos de comienzos de la década iniciada en 1770, por ejemplo, suena como si hubiera sido escrita para cualquier instrumento de viento agudo. Más tarde, el compositor utilizó clarinetes en lugar de oboes en algunas orquestaciones. En las raras ocasiones en los que usó ambos(como en la Sinfonía París de 1778), por lo general relegó los clarine
tes al papel de relleno discreto.
Poco después de mudarse a Viena, Mozart conoció al calrinetista Anton Stadler. Como el compositor, Stadler era masón. Aunque según se dice, no era un virtuoso tan grande como sus contemporáneos
Tausch y Bähr, Stadler era conocido por las delicadas cualidades vocales de su interpretación. Mozart
halló en Stadler un espíritu afín. así como un músico verdaderamente artista. El clarinetista y el com
positor se hicieron íntimos amigos y la influencia de la musicalidad de Stadler en la música posterior de Mozart fue enorme.
Stadler le enseñó a Mozart las sutilezas expresivas de su instrumento y el compositor produjo varias obras de importancia para él. El tono íntimo de Stadler y su agilidad por toda la gama del instrumento
alcanzó la inmortalidad a través de la música de Mozart. El clarinetista enseño a su amigo los grandes saltos de un registro a otro, la repetición de una figura de modo sucesivo en registros diferentes, el uso de sonidos bajos para los arpegios y las alternancias entre alto y bajo a fin de hacer sonar el clari
nete como dos instrumentos en diálogo.
La culminación de esta feliz colaboración fue el Concierto para Clarinete, escrito unas pocas semanas
antes del fallecimiento de Mozart. En esta obra, el compositor perfeccionó su concepción del lengua
je del clarinete. Aprovechó por completo la capacidad del clarinete de tocar arpegios, mantener largo tiempo las notas altas, cantar melodías y hacer yuxtaposiciones dramáticas registros.
El K.622 inició su vida en 1789 como Concierto en Sol mayor para Trompa Tenor en Fa ("basset horn"),que era un clarinete alto en el que Stadler también sobresalía. Mozart había escrito partes del clarinete tenor en Fa para Stadler en un buen número de obras y ahora aparentemente deseaba probar
lo como instrumento solista. No sabemos por qué el compositor se detuvo después de escribir 199 compases y decidió volver a moldear la obra para clarinete.
Si Mozart hubiera compuesto para cualquier otro que no fuera Stadler,  se hubiera enfrentado con un problema.La nota más baja de la trompa tenor en Fa está escrita en Do( la nota real que suena es Sol,
porque la trompa tenor en Fa se afina en la tonalidad de Sol) pero el clarinete por lo general solamen
te baja hasta el Mi( sonando como Do sostenido en el clarinete en La). Las cuatro notas más bajas de la parte del solo deberían haber sido reescritas cuando el Concierto para Trompa Tenor en Fa se con
virtió en Concierto para Clarinete. Pero Stadler peseía un clarinete especial, a veces conocido como el clarinete tenor en Fa ("basset clarinet"), que alcanza notas bajas adicionales. Su gama escrita era la misma que que la de la trompa tenor en Fa. Así que Mozart no tuvo que volver a elaborar la parte del solista sino tan sólo cambiar la tonalidad de la pieza de Sol mayor a La mayor. Pero inadvertidamen
te creó un problema para los clarinetistas posteriores, que carecían de clarinetes ampliados.
Como Stadler, que no era una persona particularmente fiable, perdió el manuscrito del Concierto para Clarinete, sólo podemos imaginarnos cómo era la parte solista original. Antes de su publicación, el concierto fue editado para su interpretación en un instrumento normal. El editor anónimo no fue de
masiado hábil. Algunos pasajes que parecen sugerir un registro bajo se trasladan de repente a un regis
tro medio, otros pasajes son dífíciles de manejar para los dedos pero serían más fáciles si se tocaran en una octava más baja en un instrumento ampliado, las escalas descendentes a veces dan un salto,los pasajes que contrastan entre registros bajos y altos a menudo se mueven inesperadamente a un regis
tro medio débil, a veces la gama de la parte solista entra en conflicto con la de los instrumentos or
questales y hay un extraño compás adicional en el primer movimiento que sólo puede explicarse si se baja la parte solista una octava, a fin de proporcionar tres repeticiones de una figura en registros su
cesivamente más bajos. Estos pasajes difíciles de manejar ha puesto a los clarinetistas en un dilema. Como  los clarinetes tenores en Fa se volvieron obsoletos después de la muerte de Stadler, cada vez que se toca el concierto en un instrumento moderno es necesario hacer arreglos que sean satisfacto
rios desde el punto de vista musical. En 1974 finalmente se publicó una reconstrucción de la versión original y, ha habido un resurgimiento del interés por el clarinete tenor en Fa.
Hay un aspecto interesante de este problema que parece no haber sido detectado por los musicólogos que han estudiado el uso del clarinete por parte de Mozart. Se refiere a lo que los clarinetistas han lla
mado "interrupción"("break"): una discontinuidad en la calidad tonal entre el Si bemol( la nota produ
cida cuando todos los orificios están abiertos) y Si( la nota más baja y ampulosa, producida por el cie
rre de todos los orificios excepto la "clave del registro"). Los clarinetistas siempre han deplorado la aparente insensibilidad de los compositores respecto de esta discontinuidad en la sonoridad entre las notas adyacentes el sonido fino del Si sostenido versus el sonido rico del Si. Incluso Mozart parece ser culpable de tal falta de preocupación, excepto cuando consideramos la naturaleza del clarinete am
pliado de Stadler. En el instrumento de este, las notas Si bemol, La, La bemol y Sol podían producir
se ya sea con la mayoría de los orificios abiertos u octaviante, con la mayoría de los orificios cerra
dos. Sin duda Stadler debe haber elegido la digitación que produjera la calidad tonal apropiada para una pasaje dado, ya sea enfatizando la continuidad melódica o resaltando los contrastes de registros. De manera que la mayoría de los lugares que los clarinetistas pueden descartar como usos pobres de la " interrupción" en el concierto de Mozart sin duda deben haber sonado muy bien en un clarinete am
pliado.
El Concierto para Clarinete es la última obra de grandes proporciones que Mozart terminó. Este he
cho llevó a que algunos comentaristas escucharan en ella un rasgo otoñal. Otros críticos, irónicamen
te, no perciben ningún rastro de pena o resignación. Cualquiera que sea la interpretación que demos a su humor, la pieza es definitivamente una de las obras maestras de Mozart, y no la pieza de exhibi
ción trivial que son algunos de sus primeros conciertos para viento. El carácter íntimo, la riqueza de temas maravillosamente melódicos, el rigor del contrapunto, las modulaciones aventuradas y el trata
miento magnífico del instrumento solista, todo  ello indica que Mozart estaba trabajando en la cum
bre de su potencialidad, profundamente inspirado por la destreza musical de su íntimo amigo. El con
cierto es una obra sublime, alejada del virtuosismo vacío de otros conciertos para clarinete, como los de Stamitz, Spohr y Weber. Tiene una personalidad singularmente propia. Contribuyó a que el clarine
te se estableciera como un miembro maduro de la familia de vientos de madera, y definió su idioma para las generaciones posteriores de compositores. Los compositores que le sucedieron y escribieron extensamente para el instrumento en colaboración con intérpretes virtuosos-Weber y Brahms son los principales ejemplos-nunca fueron más allá del carácter que Mozart creó bajo la influencia de Stadler.
Sólo en el siglo XX los compositores inventaron nuevas concepciones  del sonido del clarinete, rom
piendo así al final con más de cien años de dominio por parte de esta composición sobre toda la litera
tura para clarinete.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer". Fotos subidas de Internet.

















                                                                           




                                                                             

                                                                             Mozart de niño















                                                                         




  

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