Sinfonía Número 3 en La menor,Opus 56, Escocesa
La Sinfonía Escocesa fue iniciada en agosto de 1829 y terminada el 20 de enero de 1842. Mendel
ssohn dirigió el estreno con la Orquestade Gewandhaus de Leipzig,el 3 de marzo de 1842.
A principios dela veintena, Mendelssohn empezó a narrar sus extensos viajesen una serie de composi
ciones orquestales.Italia fue responsable de la Sinfonía Italiana y Escocia inspiró dos obras diferen
tes: la Obertura de las Hébridas y la Sinfonía Escocesa.
La primera de las 9 visitas que el compositor hizo a las Islas Británicas comenzó en abril de 1829. Ha
bía sido animado por su profesor de composición, Carl Friedrich Zelter,a abandonar la provinciana Berlín y ver el mundo. Su padre estuvo de acuerdo. Igualmente importante fue el deseo del joven de estar lejos del hogar y arreglarse por su cuenta. Primero fue a Londres, donde se alojó con un amigo,
Carl Klingerman. La capital británica fue al principio desconcertante. ¡ Es pavorosa!¡Es loca! ¡Estoy
turbado y confuso! Londres es el monstruo más grandioso y complicado que el mundo tiene para ofre
cer.".`
Pronto se acostumbró a Londres. Su músicaa fue tocada y recibida cálidamente. Una interpretación de su Primera Sinfonía le convirtió en el favorito del público británico y de ahí en adelante consideró
a Inglaterra su segundo hogar.
En el verano ,él y Klingermann se fueron de vacaciones a Escocia. Primero fueron a Edimburgo,don
de visitaron las ruinas de la capilla en la que había sido coronada María Estuardo. Allí, al joven com
positor se lle ocurrió la idea de grabar sus impresiones sobre Escocia en una sinfonía. Escribió los pri
meros 16 compases de la introducción, que contiene el material melódico principal del movimiento de apertura.
El compositor estaba encantado con Escocia. Vio Glasgow, Perth, Inverness y Loch Lomond y cono
ció a Sir Walter Scott, de quien había leído la totalidad de sus novelas. Su entusiasmo por Escocia es evidente en esta carta a su familia:
Todo aquí parece tan duro y vigoroso, envuelto a medias en neblina o huma o bruma. Además,hubo una competición de gaitas. Muchos montañeses llegaron de la iglesia vestidos con sus trajes típicos,
llevaban victoriosamente a sus enamoradas con sus trajes domingueros y miraban magníficos y con aire de importancia al mundo, desde arriba. Con largas barbas rojas, mantos de tartán, gorras y plu
mas, las rodillas desnudas y sus gaitas en la mano, pasaron tranquilamente de largo por el castillo en
ruinas que se halla en la pradera, donde María Estuardo vivió con esplendor y vio el asesinato de Ri
zzio. Siento como si el tiempo corriera muy velozmente cuando tengo ante mí tanto de lo que fue y tanto de lo que es...Hoy, a la hora del crepúsculo, fuimos al palacio donde vivió y amó la reina Ma
ría. La capilla junto a él actualmente ha perdido su techo, está cubierta de césped y de hiedra y, en el altar roto, María fue coronada reina de Escocia. Todo está en ruinas, deteriorado y abierto al cielo. Creo que he encontrado hoy el comienzo de mi sinfonía Escocesa.
El destino de la Sinfonía sería esperar una década hasta ser terminada. El siguiente invierno, Mendel
ssohn trabajó en ella junto con la Obertura de las Hébridas y la Sinfonía Italiana, mientras viajaba por Roma y Nápoles. Como estaba en Italia, quizás era natural que la Italiana atrajera la mayor parte de su atención."¿Quién puede sorprenderse de que resulte difícil volver a mi brumoso humor escocés?"
Para cuando finalmente trazó la doble barra al término de la Sinfonía en La menor, las otras obras na
rrativas de viajes hacía tiempo que estaban terminadas. De modo que , a pesar de la numeración con
fusa de las sinfonías de Mendelssohn( por orden de publicación y no de composición), la Escocesa fue verdaderamente la última de las sobras sinfónicas que terminó.
El compositor volvió a Gran Bretaña varias veces. En 1842, cuando estaba en Inglaterra para dirigir el estreno en Londres de la Sinfonía Escocesa,el compositor conoció a la joven reina Victoria y al príncipe Alberto. Ellos estaban más nerviosos de conocer al famoso compositor que este de pasar una velada con la realeza. Pidió, y le fue concedido , permiso para dedicar la sinfonía a la reina.
Pero, ¿cuánto de escocesa es la Tercera Sinfonía? No se cita ninguna tonada folclórica. Mendelssohn
de hecho, tenía aversión por toda la música folclórica. Poco después de su visita a Escocia, escribió:¡Para mí nada de música nacional! ¡Diez mil diablos se lleven a toda la nacionalidad! ¡Ahora estoy en Gales y, ¡válgame Dios!, en el salón de toda pasada famosa se sienta un arpista, que toca incesatemen
te las así llamadas melodías nacionales,es decir,¡la basura más infame, vulgar y desentonada, con un organillo que lo acompaña al mismo tiempo!"
Sin embargo, hay un cierto sabor folclórico escocés en la sinfonía, aunque aparece en sordina y más en la superficie que en la estructura. Como lo explica el biógrafo Erik Werner:" En todo el primer mo
vimiento respiramos el aire pesado y denso de la bruma de las montañas de Escocia; en consecuen
cia, está orquestada masivamente y su colorido es oscuro. En marcado contraste con esto, el scherzo...
nos recuerda las joviales danzas floclóricas de los escoceses con sus gaitas. El tema es pentatónico, como las canciones folclóricas gaélicas. "Cada frase de este tema de clarinete termina con un ritmo co
nocido como "Scotch Snap". Las precipitadas ondas cromáticas hac9ia el final del primer movimiento podrían tomarse como representantes del rugiente viento norte. Mendelssohn originariamente rotuló el final allegro guerrero: "veloz y guerrero". Está marcación, aunque finalmente fue remplazada por allegro vivacissimo, ha llevado a varios comentaristas a considerar este movimiento una pintura de los guerreros en plena batalla.
No obstante, sería un error escuchar demasiadas referencias directas a Escocia en esta música. Men
delssohn deploraba la música con referencias extramusicales explícitas. Muchas de las invocaciones a Escocia están más en los oídos de ciertos oyentes prejuiciosos que en la música. De hecho, un oyente
bastante perceptivo, el compositor Robert Schumann, escuchó una interpretación de esta Sinfonía y creyendo que era la Italiana en lugar de la Escocesa, (Mendelssohn publicó la obra sin el subtítulo),
alabó la magnifica imaginería italiana y dijo dela obra que era tan bella como para compensar a un oyente que nunca hubiera estado en Italia." ¡Eso en cuanto a su inconfundible carácter escocés!
De mi libro "Invitación a la Música Clásica" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.
Felix Mendelssohn
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