Sinfonía Número 4 en Do menor, Trágica
La Sinfonía Trágica fue iniciada a principios de abril y terminada el 27 de ese mismo mes de 1816. Quizás haya sido interpretada poco después por la orquesta de aficionados en la que Schubert tocaba la viola. La primera presentación profesional fue dirigida por A. F. Riccius en Leipzig, el 19 de no
viembre de 1849.
Todas las sinfonías de Schubert anteriores a al Inconclusa fueron obra de un hombre que apenas había
salido de la adolescencia. Schubert tenía una extraordinaria capacidad y un talento maravilloso, de manera que pudo componer una increible cantidad de música. Pero debemos recordar que el grueso de sus creaciones musicales fueron escritas por un joven y que ninguna de ellas fue compuesta por un hombre maduro;Schubert falleció a la edad de 31 años.
Por lo tanto, no deberíamos sorprendernos de encontrar una sinfonía denominada Trágica que no ex
plor realmente las profundidades del espíritu humano. Ni debería sorprendernos escuchar algo más que meros atisbos de Beethoven en esta música, así como en la siguiente sinfonía son fuertes las in
fluencias de Mozart y Haydn. A medida que el adolescente Schubert estudiaba las obras de los compo
sitores que más respetaba,ssimilaba sus técnicas y estilos. Su propio don lírico también es evidente a lo largo de toda la Cuarta Sinfonía, pero no fue sino hasta sus últimas obras que logró liberarse de la influencia a veces dictatorial de Beethoven.
Schubert vivió en la misma ciudad que el compositor cuyo genio admiraba tímidamente y desde le
jos. Nunca conoció a Beethoven, pero sí a su música. "¿Quién puede hacer algo después de Beetho
ven?", se preguntaba Schubert con aparente desesperación. Los dos compositores erran muy diferen
tes. Beethoven provenía directamente de la tradición clásica de Mozart y de Haydn y por eso su músi
ca está siempre construida ajustadamente. Pero Schubert era lo opuesto.
Su musa lírica nunca dominó por completo la forma clásica , pero sin embargo su música canta con emociones tan auténticas como lo hace la de Beethoven. La intensidad pletórica de la música de Bee
thoven tenía el freno de las restricciones impuestas por las formas clásicas, pero las emociones de Schubert brotaban naturalmente y la lucha era ajena a su estética.
Su musa lírica nunca dominó por completo la forma clásica, pero sin embargo su música canta con emociones tan auténticas como lo hace la de Beethoven. La intensidad pletórica de la música de Bee
thoven tenía el freno de las restricciones impuestas por las formas clásicas, pero las emociones de Schubert brotaban naturalmente y la lucha era ajena a su estética.
En el momento en el que escribió la Sinfonía en Do menor, Schubert se sentía atraído por las piezas más emotivas de Beethoven. La Cuarta Sinfonía está en deuda con las obras de Beethoven en la mis
ma tonalidad: El Tercer Concierto para Piano, el Cuarto Cuarteto para Cuerdas,la Obertura Coriolano y la Quinta Sinfonía.
La Cuarta Sinfonía es más encantadora en los momentos en que se parece menos a Beethoven, como
sucede, por ejemplo, en el bellamente lírico movimiento lento. La forma aquí es la simple alternancia de dos ideas muy diferentes(la segunda, de paso, es una transformación del tema principal del primer movimiento). Cuando no trata de lograr una complejidad comparable a la de Beethoven, Schubert compone un movimiento de una inmediatez y un encanto que son, a su modo, incluso dramáticos:es de observar la transición al segundo tema y el repentino surgimiento de tresillos en la coda.
El tercer movimiento regresa al mundo de Beethoven. Su intenso cromatismo es desusado en Schu
bert, como son las complejidades de métrica. La manera en la que fuerza una melodía de 2/4 en com
pases de 3/4 iniciando en el tercero en lugar del cuarto tiempo, es tipica en Beethoven pero rara en
Schubert. El acompañamiento nos recuerda sutilmente que 3/4 es el compás adecuado para un minué
(realmente, el tiempo rápido hace que este movimiento sea más parecido a un scherzo, a pesar de la indicación menuetto, otro rasgo al estilo de Beethoven).
Moldear el final en Do menor en lugar de Do mayor, pero cambiando a mayor en la coda, es una idea totalmente beethoveniana. Cuando Beethoven hace algo similar, el modo mayor llega como catarsis, como una resolución ganada a través de una batalla, en tanto que para Schubert es simplemente un contraste. Si Beethoven hubiera escrito esta sinfonía, sin duda hubiera hecho que los cuatro movi
mientos avanzaran hacia el logro del Do mayor como un objetivo. Schubert es más pausado en su mo
do de encararlo: le gusta que su música pase del Do menor al Do mayor, y así la hace desplazarse tan
to en el primero como en el último movimiento. No le preocupa el efecto de la resolución del primer movimiento sobre el final:algo que merece ser escuchado una vez, también merece ser escuchado dos veces. El final tiene claros gestos que se vuelcan hacia Beethoven en sus temas, pero su desarrollo y sus modulaciones hacen que el movimiento en última instancia sea Schubert puro. A pesar de su in
quieto comienzo, adquiere tan buen humor hacia el final que podríamos preguntarnos por qué Schu
bert eligió poner el nombre de Trágica a esta sinfonía. Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.
Sinfonía Número 4 en Do menor, Trágica de Franz Schubert
Franz Schubert
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