LA MÚSICA Y SU MUNDO

jueves, 18 de diciembre de 2014

Sinfonía Número 6 en Si menor, Opus 74, Patética de Tchaikovsky

                                                          La Patética
 Esta es la primera obra que conocí cuando tenía 6 años y la primera de mis favoritas. Es preciosa y me encanta. Y lo que me gusta y me seguirá gustando es la portada. Es un cuadro de Boticelli " Detalle de la Derelitta" , y sale una chica sentada en un escalón  de una casa. La pobre está descalza y está lloran  do.  En el suelo hay ropa ,creo que un abrigo y una capa. No lo sé realmente lo que es. Pero lo que si sé, es que me  encanta este cuadro. Este disco es de mi tía Matilde. El de mi padre estaba hecho polvo, por las veces que lo ponía de pequeña. No se pudo arreglar. 
Hace muchos años, en el año 1993 hasta el 2000, estuve en una granja escuela  en Cazalla de la Sierra en Sevilla. Allí , además de tener mi propio taller de manuales ( acericos, cisnes, etc.) era cuentacuentos y me acostaba muy tarde , hasta la 1 contándolos. Uno de ellos me lo inventé y se llamaba "Clara la jo ven molinera" y la banda sonora era esta obra. Tuvo mucho éxito.
La Sinfonía Patética fue compuesta entre el 16 de febrero y el 31 de agosto de 1893. El compositor diri
gió el estreno, que tuvo lugar en San Petersburgo el 28 de octubre de 1893, una semana antes de su falle
cimiento. 
La forma en que escuchamos la Sexta Sinfonía de Tchaikovsky indudablemente está influida por su títu
lo, Patética. Parece no tener importancia el  hecho de que, en un primer momento, el compositor desea
ra denominarla Sinfonía Programática(aunque se rehusó a divulgar la naturaleza del programa) y tampo
co importa que haya deseado que se le quitara el título de Patética después del estreno. Conocemos la obra como "La Patética" y tampoco hay manera de negar las connotaciones de esa palabra. En realidad,
el título fue sugerido por el hermano de Tchaikovsky, Modesto, que al principio propuso "Trágica", que el compositor rechazó. La palabra rusa que utilizó Modesto fue patetichesky, que significa más "apasio
nado" o "emocional" que "patético" o "lamentable". De acuerdo con el biógrafo de Tchaikovsky , John Warrack, en el término uso hay una insinuación de la idea de sufrimiento de manera que "la obra es la sinfonía de Tchaikovsky sobre el sufrimiento emocional".
El compositor era lo que probablemente hoy en día se diagnosticaría como un maníaco depresivo. Mientras trabajaba en la sinfonía, contrariamente a lo que sería de esperar, no estaba de humor sombrío.
Le escribió a su amigo Bob Davidov: "No puedes imaginarte la felicidad que es saber  que mi tiempo to
davía no ha pasado y que sigo siendo capaz de trabajar". Él creía que la Patética era su mejor composi
ción. Tenía buenas razones para estar de buen ánimo: su salud era buena, su fama se había difundido y 
estaba en gran demanda como director. Su buen humor perduró a pesar de la tibia recepción que tuvo la
Sexta Sinfonía cuando él dirigió la Premiere.
Pero luego, inevitablemente, volvió la depresión. De acuerdo con la musicóloga rusa Alexandra Anato
lyevna Orlova:
Parece que Tchaikovsky le estaba prestando demasiada atención  al sobrino del duque Stenbock-Thur
mor. Este era un joven agradable y Tchaikovsky gustaba de él. No se sabe si pasaba algo (homosexual) entre ellos; lo que si se sabe es que el duque le escribió una carta(de queja) al zar y se la entregó al fis
cal en jefe del Estado, Nikolai Borisovich Yakovi. Yakobi había sido discípulo de Tchaikovsky en el fa
cultad de derecho de San Petersburgo. La ventilación pública de la cuestión hubiera sido peor que que
dar expuesto. 
Takobi de ninguna manera podía impedir que una queja oficial llegara al zar. Sin embargo, consideraba 
que esta desgracia se reflejaría no solamente sobre Tchaikovsky, sino en toda la Facultad.de Derecho. Decidió convocar a un "tribunal de honor", constituido por sus condiscípulos -todos los que vivían-... el mismo Tchaikovsky estuvo presente (entre los ocho)...Cuando todos se hubieron retirado, Yakobi le rela
tó a su esposa lo que había sucedido, recomendándole que jamás se lo dijera a nadie. Lo llamó una "sen
tencia" contra Tchaikovsky y dijo que le habían pedido la muerte. De manera que, en un sentido, en en realidad no fue suicidio sino asesinato. Él mismo debía quitarse la vida. Y debía hacerlo de manera que 
nadie lo supiera. 
Así que apenas una semana después de la premiere de la Sexta Sinfonía, el compositor yacía muerto. Un proceso de encubrimiento complicado convenció al mundo de que la causa de la muerte había sido el cólera. Fue tan estricto el secreto que la verdad, si es que es esa, se ha descubierto apenas reciente
mente. La historia del suicidio del compositor no está aceptada universalmente.  
Tchaikovsky era un hombre de honor y jamás cuestionó su obligación de llevar a cabo el suicidio. Era 
además un neurótico hipersensible y uno puede muy bien imaginarse su sufrimiento, su decisión y su morbosidad al tomar el veneno que se le había suministrado en secreto. 
La última sinfonía parece ser una expresión de su naturaleza hipersensible. Probablemente es por eso que optó por no revelar el programa.  Pero no es demasiado difícil seguir los estados emocionales retra
tados en esta música. El adagio final es un relato casi histérico de "sufrimiento emocional", pero el lúgu
bre primer movimiento, con su segundo tema agridulce, así como los ritmos asimétricos del vals y la  forzada alegría de la marcha, no logran ocultar el fondo trágico de toda toda la obra. El lenguaje de Tchaikovsky es inmediato, carente de sutileza y en ninguna otra obra su emocionalismo es más perso nal que en la Patética. Su sentimentalismo era sintomático de su era. En la actualidad los excesos del arte romántico tardío pueden ser apreciados en su contexto histórico. Hemos conocido, en las guerras del siglo XX, una histeria mucho más profunda y mucho más devastadora que la describe la Sexta Sin fonía. El desborde desbocado de esta música, especialmente en su último movimiento, hoy nos resulta tolerable porque no parece  retratar la desesperación humana más profunda posible. Aunque la inten ción del compositor haya sido  la descripción de la gran tragedia, la música misma no intenta alcanzar  semejantes alturas. Es excesivamente efusiva, poco sutil, impulsiva y, sin embargo, es inmediata y espontánea;
es, en una palabra, humana. Podemos llorar con ella y el llanto puede ser hermoso, porque nos reconoce
mos a nosotros mismos : autocompasivos, riendo y llorando alternativamente. 
La Patética se inicia en las profundidades de la orquesta, con los sonidos más quedos. Los bajos de las cuerdas acompañan a un fagot bajo, que toca la doliente melodía introductoria. Esta tonada también for
ma la base de la parte principal más rápida del movimiento. El desenvolvimiento lento continúa, a medi
da que se agregan colores instrumentales y el movimiento sigue acelerándose. La orquesta sube el volu
men, eventualmente rematándolo con un pasaje rápido para cada instrumento, siempre en base al tema principal. Por fin hace su aparición el segundo tema. Como sucede a menudo con la música de Tchai
kovsky, es una melodía de embelesadora belleza y gran lirismo. Tchaikovsky se demora en esta tonada, que parece teñida de tristeza y remordimiento. Después que la toca el clarinete, la música prosigue tan lenta y suavemente como al principio: el solo de fagot en realidad está marcado pppppp. De pronto in
gresa toda la orquesta, dando comienzo a la sección de desarrollo. 
El segundo movimiento es el famoso vals que no es exactamente un vals. Se supone que los valses son en tiempo de 3/4, pero este está en 5/4. ¡Sería necesario tener dos pies y medio para bailarlo! Sin embar go, no suena torpe. Es elegante y lleno de gracia; apenas si se nota su extraña métrica. Este es un logro extraordinario para Tchaikovsky. Son pocas las composiciones con cinco compases por tiempo que sue nan tan naturales. Esto se debe en parte a que la estructura de las frases es obstinadamente regular, co
mo para compensar la continuada irregularidad de los tiempos divididos en mitades desiguales(2 +3 
compases). Hay una sección de trio en el medio y también está en tiempo de 5/4. Este trío es notable 
por su pulso continuo en la nota Re en los fagotes, bajos de cuerdas y timbales. 
El tercer movimiento, una marcha, retiene parte de las irregularidades rítmicas del vals no se sabe bien si los compases están divididos en dos o tres partes.
El humor casi optimista de la marcha es destruido por el final. Escuchemos cuidadosamente la apertura cargada de emoción en las cuerdas. No es exactamente lo que parece ser. La melodía que uno cree estar
oyendo en realidad no es tocada por ningún grupo de instrumentos. Más bien, acorde por medio, los pri
meros violines están arriba, mientras que los segundos violines tienen la nota de la melodía en los de
más acordes, una forma de escritura muy inusual. Es difícil comprender por qué Tchaikovsky escribió una partitura tan extraña. Tal vez estuviera buscando algún defecto antifonal, si los primeros y segundos
violines de su orquesta estuvieran sentados a ambos lados del director. Si ese fue el motivo, se lo debe considerar como un error de cálculo: las investigaciones psicológicas recientes han demostrado que per
cibimos la continuidad melódica con un oído aun cuando las notas se nos presentan en realidad alternati
vamente a un oído y luego al otro. Tal vez Tchaikovsky estaba buscando una continuidad complicada, un lirismo amenazado. 
Después de los dos primeros clímax retorna la música de la apertura, esta vez orquestada de una manera más normal. Tras un segundo clímax menor, jamás vuelve a oírse el tema principal. Es remplazado por una variante del mismo, que resulta ser, de modo casi incongruente, el tema del trío del vals. Es como si Tchaikovsky estuviera manifestando que la tragedia más profunda está al acecho detrás de la fachada  menos probable. La música se enlentece y se hace más baja, hasta que sólo quedan los fagotes y las  cuerdas bajas. La sinfonía regresa a las profundidades de las que provino. Foto subida de Internet.  
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. 



                                                                             


                                   

                               Sinfonía Número 6 en Si menor, Opus 74, Patética de Tchaikovsky 

                                 

                                                                      

                                                                            

 

 
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                                                                    Tchaikovsky
                                                     
                                            


                               Portada del disco de mi padre y de mi tía Matilde, "La Patética"



                                                                                      




                                                                          

                                             
               Portada del disco de la Sinfonía Número 6 en Si menor, Opus 74, Patétic

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