LA MÚSICA Y SU MUNDO

domingo, 4 de octubre de 2020

Sinfonía Número 8 en Do menor, Op 65 de Dimitri Shostakovich

                             Sinfonía Numero 8 en Do menor, Op 65 de Dimitri Shostakovich

 La Octava Sinfonía fue compuesta en el verano de 1943, en Ivanova, el lugar de retiro de verano de los compositores de la Uníón Soviética. Yevgeny Mravinsky dirigió el estreno en Leningrado el 4 de no viembre de 1843.                                                                                                                                           La carrera de Dimitri Shostakovich fue una lucha constante con las vicisitudes de la política guberna mental soviética respecto de las artes. Alternativamente la música era aceptada o rechazada, las repeti das veces que él se puso en contra de la doctrina del realismo socialista. Un a formulación temprana del realismo socialista(hoy todavía considerado válido en Rusia) fue realizada por el autor Máximo Gorky en su ensayo de 1933" Sobre el realismo socialista". Gorky exigía obras que expresaran el espíritu del pueblo y le hablaran directamente. No pasó mucho tiempo antes de que el gobierno viera  do, pero pri mero había que hacer que los artistas cooperaran. En 1934 Adrei Zhdanov, funcionario del Partido Co munista, pronunció  un discurso en el que hizo suyo el concepto de Gorky-Zhdanov exigía "obras sinto nizadas con la época y el arte que describiera la realidad en su desarrollo revolucionario" El reciente mente formado Sindicato de  Compositores Soviéticos abrazó esta doctrina como una declaración de objetivo estético. Los compositores fueron "animados" a aceptar los preceptos del realismo socialista. En verdad, se les dejó poca opción al respecto. Pocos años después de que Shostakovich aceptara pú blicamente (¡Pero jamás en privado!) el realismo socialista, Rusia se vio en vuelta en la Segunda Gue rra Mundial. El compositor se embarcó en la producción de una trilogía de sinfonías de los tiempos de guerra. Gran parte de la Séptima de hecho fue en medio del sitio de Leningrado. Su presentación en una Leningrado  destruida por la guerra  constituyó una inspiración para el batallador pueblo ruso que pudo detectar en la sinfonía una pintura de la marcha de Hitler sobre Rusia y su posterior derrota. Después de la guerra, la Séptima fue interpretada ampliamente como símbolo de la victoria. Las intenciones del compositor fueron complejas e incluso contradictorias,  pero en lo que al público y a Stalin se refiere, la Séptima fue un excelente ejemplo de realismo socialista. Luego llegó la Octava Sinfonía, el miembro intermedio de la trilogía de los tiempos de guerra. La guerra estaba entonces en su tercer año y el com positor estaba profundamente perturbado por ella. Sus  preocupaciones salieron a la luz en la nueva sin fonía. No podía escribir una sinfonía de victoria cuando no existía ninguna victoria. Dijo: "En esta obra hubo un intento de expresar la experiencia emocional del pueblo, de reflejar la terrible tragedia de la guerra." La Sinfonía es torturada, no triunfan  te. Como lo explica el musicólogo Boris Schwarz: "La Octava representa el pensamiento maduro, más amargo, más resignado y que más fuertemente añora la paz- la verdadera paz, no una ruidosa celebra      ción de la victoria-".Una obra tan sombría y depresiva no podía agradar al gobierno, que estaba luchan  do para mantener alta la moral de los rusos comprome tidos en la batalla. Pero Stalin y sus subordina      dos estaban demasiado comprometidos con la guerra como para preocuparse por la evidente mofa de Shostakovich sobre la política oficial. Además, el éxito mundial de la Séptima Sinfonía garantizaba su seguridad, por lo menos temporalmente.
Según el compositor, la Octava Sinfonía fue en realidad" intento de expresar la experiencia emocional del pueblo, de reflejar la terrible tragedia de la guerra". La depresión de un pueblo en la guerra en su propio territorio llena cada momento de la Octava. Como no fue una sinfonía triunfante como la ante
rior, los soviéticos no se sintieron totalmente satisfechos con ella. Pero la Séptima había traído fama mundial a Shostakovich y todo el mundo estaba esperando ansiosamente la siguiente entrega de la tri
logía de los tiempos de guerra. La emisora CBS, por ejemplo, ¡pagó al gobierno ruso la suma de 
10.000 dólares por los derechos correspondientes a la primera emisión radiofónica de la Octava en Es
tados Unidos!
El significado que yace tras la Octava estuvo claro para los oyentes de Occidentes. Ellos comprendie
ron esta súplica contra los horrores de la guerra. Aunque la nueva sinfonía no resultó tan popular como la Séptima, era más profunda y fue más respetada. Este hecho le creó problemas a Shostakovich en su tierra: la obra, condenada en Rusia por su abierto pesimismo, era aclamada en Occidente como denun
cia antibélica. Se plantaron así las semillas para la purga de 1948. Shostakovich mismo cuenta la con
movedora historia de la Octava Sinfonía y cómo esta le llevó a su caída:
La guerra trajo gran dolor e hizo la vida muy, muy difícil. Mucho dolor, muchas lágrimas...Tenía que escribir sobre ello; sentía que era mi responsabilidad, mi deber. Tenía que escribir un réquiem por todos
los que morían, los que habían sufrido. Y tenía que describir la horrible máquina de exterminio y expre sar mi protesta contra ella...
La Séptima y Octava son mi réquiem. No deseo demorarme sobre el alboroto relacionado con estas obras. Mucho se ha escrito sobre ello y, desde un punto de vista externo, esta es la parte más famosa de mi vida. Y, en el análisis final, este alboroto tuvo repercusiones fatales para mí...
Se podría creer que la noticia de que la música que uno ha creado está teniendo éxito no traerá sino pla cer, pero yo no tuve una satisfacción completa. Me sentía feliz de que tocaran mi música en Occidente,
pero hubiera preferido que hablaran más sobre la música y menos sobre las cuestiones tangenciales...
Stalin estaba enfurecido. Wendell Wilkie llegó a Moscú cuando era candidato presidencial. Era conside
rado un pez gordo que podría hacer mucho. Se le preguntó sobre el segundo frente y contestó:"Shosta
kovich es un gran compositor. " El señor Wilkie, naturalmente pensó que él era un político extremada
mente hábil; ¡vean cómo salió de esa! Pero pensó en las repercusiones que tendría para mí, en ser huma
no viviente. 
creo que eso fue lo que inició la cosa. Ellos no deberían haber alabado con efusión mis sinfonías, pero los aliados  lo hicieron, y lo hicieron deliberadamente...Stalin odiaba a los Aliados y les temía. No po
día hacerles absolutamente nada a los norteamericanos. Pero casi inmediatamente después de la guerra 
se ocupó con crueldad de sus propios ciudadanos que habían tenido relaciones con los Aliados. Stalin les transfirió todo su temor y aberración. Esta fue fue una tragedia para miles y miles. Un hombre reci
bía una carta de Estados Unidos y era fusilado. Y los ingenuos antiguos Aliados seguían mandando car
tas, y cada carta era una sentencia de muerte. Cada regalo, cada recuerdo-el fin-. Fatalidad. 
Y los perros más leales compartían la aversión de Stalin por los Aliados. Olían el rastro. Todavía no se les permitía atacar y saltar al cuello. Los perros se limitaban a gruñir, pero estaba claro. (El compositor 
Tikhon) Khrennikov, era uno de los perros...(Un musicólogo) daba una conferencia sobre compositores
soviéticos y, de pasada, alabó mi Octava Sinfonía. Después de su conferencia se presentó Khrennikov,
estallando de ira. Casi gritaba. ¿Sabe a quien estuvo alabando?¿Lo sabe? ¡Tan pronto nos liberemos de los Aliados, aplastaremos a Shostakovich como un insecto...
El Éxito de las Sinfonías Séptima y Octava era como un cuchillo en la garganta de Khrennikov y com
pañía. Creían que les tapaba su luz, arrebatándoles toda la fama, sin dejar nada para ellos... Mis camara
das  compositores deseaban destruirme. Y cada noticia del éxito de la Séptima o de la Octava me enfer
maba. Un nuevo éxito significaba un nuevo clavo para mi ataúd.
Como si la situación política no fuera suficientemente tensa, Shostakovich además tenía que vérselas con los celos de otros compositores más poderosos. No es sorprendente que se negara a revelar el pro
grama específico de la Octava Sinfonía. Tan sólo su naturaleza sombría le había acarreado problemas,
que se acrecentaron por la popularidad de que gozaba en Occidente. Los  oyentes occidentales com
prendieron bien el lamento del largo movimiento de apertura, la amargura sarcástica del segundo movi
miento, la violencia obsesiva del tercero, la letanía implacable del cuarto y la esperanza a veces serena, a veces vigorosa, a veces tentativa, del final. Stalin y sus secuaces sabían que Occidente comprendía la Sinfonía y que no importaría ningún tipo de de desaprobación  política en la prensa ruda. Había que tomar medidas más drásticas para impedir que el compositor revelara su mensaje de desesperación so
viética al mundo. La purga de 1948 se hizo inevitable.
Stalin recurrió a Andrei Zhdanov, que había articulado la posición del Partido sobre el arte ya en 1934. 
Empezaron a aparecer críticas desfavorables; composiciones que anteriormente habían sido alabadas, ahora eran condenadas. La purga estaba en marcha. Zhdanov redactó una lista de compositores culpa
bles de escribir música contraria al espíritu del pueblo ruso. Shostakovich y Prokofiev encabezaban la lista. Zhdanov ordenó a todos los compositores transgresores asistir a una "conferencia" de tres días, durante la cual se enumeraron sus "crímenes" y se les exigieron disculpas públicas.
La Octava Sinfonía recibió una crítica especialmente severa. Uno de los secuaces de Zhdanov declaró:
"Todavía hay discusiones alrededor de la pregunta sobre si la Octava es buena o mala. Semejante discu
sión es una tontería. Desde le punto de vista del pueblo, la Octava no es una obra musical en absoluto;
es una "composición" que no tiene nada que ver con ningún tipo de arte." 
Zhdanov declaró que "todos los periódicos publicaban cartas de los obreros, que agradecían al Partido por liberarlos de la tortura de escuchar sinfonías de Shostakovich. Los censores respondieron a los de
seos de los obreros e instauraron una lista negra que nombraba qué sinfonías de Shostakovich debían ser quitadas de circulación." 
Desde la purga de 1948 hasta el ablandamiento que siguió a la muerte de Stalin en 1953, Shostakovich
no escribió ninguna sinfonía. En cambio fue obligado a componer partituras para películas y piezas pa
trióticas(aunque escribió algunas obras importantes en secreto). A fin de sobrevivir, fingió acatar la doc
trina del realismo socialista. Su música pública entre 1948 y 1953 fue simple, directa, melodiosa y acce  sible. Pero son obras como la Octava Sinfonía las que han perdurado. Foto subida de Internet. 
De mi libro "Invitación a la Música " de Jonathan Kramer"     

                                                                                                                                                                                      




                                                                                





                                                                            

                                                               
                                   Sinfonía Numero 8 en Do menor, Op 65 de Dimitri Shostakovich

                                            


                                        

                                                                                       
                                                                       Dimitri Shostakovich










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