Concierto en Re menor para Violín y Orquesta, Opus 47
El Concierto para Violín fue compuesto en 1903. Sibelius dirigió su estreno con el violinista Viktor No vacek, en Helsinki, el 8 de febrero de 1904. La versión fue revisada en Berlín por el violinista Karl Halir y Richard Strauss como director, el 19 de octubre de 1905.
No es ninguna sorpresa que Sibelius haya compuesto varias obras para el violín ya que de joven aspira
ba a convertirse en violinista. Hasta llegó a tocar el primer movimiento del Concierto de Mendelssohn
mientras estudiaba en Viena. "Mi tragedia era que deseaba ser un violinista famoso a cualquier precio. Desde la edad de 15 años toqué el violín durante diez años, prácticamente de la mañana a la noche. Odiaba la pluma y la tinta, y, desafortunadamente, prefería el elegante arco de mi violín. Mi predilec
ción por el violín duró bastante tiempo, y fue un despertar muy doloroso cuando tuve que reconocer que había empezado demasiado tarde para las exigencias de la carrera de un violinista eminente."
Entre la composición de sus sinfonías Segunda y Tercera, Sibelius escribió su Concierto para Violín pa
ra William Burmester, que había sido primer violín de la Orquesta Kajanus. Sin embargo, Burmester se retrasaba en interpretar la obra y entonces Sibelius arregló una ejecución a cargo de Viktor Novacek. Novacek, que era menos dotado que Burmester, no estaba exactamente a la altura de los pasajes ende
moniadamenete difíciles compuestos teniendo en mente a un gran virtuoso.
El crítico Karl Theodor Flodin, admirador de mucho tiempo de Sibelius, comentó la nueva obra.
Está claro que el compositor no quiso escribir uno de esos conciertos para violín que en realidad no son más que obras orquestales con una parte de solo obligato. Conoce la suerte que corren estos conciertos modernos- se los toca una vez y se los deja de lado-...De modo que optó por la otra alternativa- permi
tir que el solista sea soberano durante todo el tiempo, con una exhibición de las tradicionales pompas y circunstancias. Pero aquí choca con la sólida masa de todo lo dicho antes, escrito antes y compuesto an
tes. Es imposible salir con algo verdaderamente nuevo. Yes en ese escollo oculto donde ha encallado la nave.
El compositor se tomó muy a pecho esta crítica y reescribió el concierto; dio mayor importancia a la or
questa. La nueva versión fue dedicada a un joven violinista húngaro, Franz von Vecsey.
Fue otro solista que estrenó el concierto revisado. Karl Halir, integrante del Cuarteto Joachim, tocó la obra en Berlín bajo la batuta de Richard Strauss. Sibelius se sintió halagado por el hecho de que el fa
moso compositor demostrara interés por su obra, y apreció el cuidado con que ensayaba Strauss. "Co
mo ejemplo de lo extraordinariamente concienzudo que es Strauss en la interpretación de las obras de otros compositores contemporáneos ", escribió Sibelius , "se debe mencionar que realizó tres ensayos solamente con la orquesta para practicar el acompañamiento. Pero el Concierto para Violín lo necesi
ta."Se dice que muchos años más tarde Strauss comentó:
"Yo sé más de música que Sibelius, pero él es mejor compositor."
En una ocasión Sibelius aconsejó a un alumno: "Le prevengo contra los largos preludios e interludios. Y esta advertencia se refiere especialmente a los Conciertos para violín.¡ Piense en el pobre público!"
En efecto, el violín entra después de menos de cuatro compases de oscilaciones de las cuerdas. Ejecuta una prolongada línea rapsódica, el primero de tres temas. En este movimiento no hay una sección de de
sarrollo formal, puesto que cada uno de los temas está cuidadosamente desarrollado en su Primera expo
sición.
El adagio abre con dúos de vientos. El violín entra con una línea lírica en el registro bajo. Después de un interludio orquestal, el instrumento solista interpreta un complejo contrapunto a dos voces, en el que las dos partes tienen ritmos muy diferentes- una verdadera prueba para el profesionalismo y la técnica musical del solista.
Las síncopas de nota repetida del segundo movimiento se transforman en el ritmo largo- corto del fi
nal( los timbales contradicen constantemente, con el ritmo corto-corto-largo). Como en el primer mo
vimiento, las cuerdas comienzan su repetitiva figura de acompañamiento, solas durante algunos com
pases, antes de que el violín solista, entre con el tema principal. La vitalidad rítmica del segundo tema está realizada por una interrelación constante entre los tiempos de 6/8 y 3/4. En la recapitulación, toda la orquesta toca una excitante transformación de la apertura. Este deslumbrante concierto concluye con carrerillas virtuosas en el violín solista. Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.
Concierto en Re menor para Violín y Orquesta, Opus 47
Jean Sibelius
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