LA MÚSICA Y SU MUNDO

sábado, 16 de enero de 2021

Así hablaba Zarathustra de Richard Strauss

                                                            Así hablaba Zarathustra

Zarathustra fue compuesta entre el 4 de febrero y el 24 de agosto de 1906. Strauss dirigió su estreno el 27 de noviembre de 1896, en Frankfurt.
La glorificación del individuo fue un principio fundamental del romanticismo del siglo XIX. En música esta idea se originó con Beethoven -tanto en lo que se refiere al hombre como a sus  composiciones-.  Fue el primero entre los compositores importantes en apartarse del sistema del mecenazgo, Beethoven se consideraba principalmente un artista independiente y sólo en segundo término servidor de la noble  za. Su música expresó las emociones y los valores individuales en una medida que no tenía preceden tes. Los compositores posteriores emularon de Beethoven al artista de espíritu libre, ya que intentaban pro  ducir música con un grado de individualidad cada vez mayor. La personalidad musical idionsincrá tica de Berlioz, la megalomanía de Wagner, la Singular visión del mundo de Mahler, son apenas algu nas expresiones de la individualidad romántica. 
El romanticismo fue primordialmente un movimiento literario, si bien afectó todas las artes. El filósofo Fiedrich Nietzsche (1844-1900) era un romántico. Estaba profundamente influido por las ideas y la per sonalidad de Wagner, cuyos valores en un principio respetó y más tarde rechazó. Una de las principales obras de Nietzsche es el libro Also Sprach Zarathustra (" Así hablaba Zarathustra"), en el que el anti  guo profeta Zarathustra o Zoroastro, pronuncia una serie de predicciones con respecto a la humanidad.  Nietzsche glorifica al individuo en la figura del profeta y asimismo, según el concepto de Zarathustra del Übermensch o Superhombre-un tema recurrente a lo largo de todo el libro: 
Y Zarathustra habló así a las gentes: yo os enseño el Superhombre. El hombre es algo que debe superar  se. ¿Qué habéis hecho para superar al hombre? Hasta el momento todos los seres han creado algo más allá de sí mismos:¿Y vosotros queréis ser la menguante de esa gran marea, y preferís volver a la bestia en lugar de superar al hombre ? ¿Qué es el mono para el hombre? ¿ Un objeto de risa, algo de qué aver  gonzarse. Y lo mismo será el hombre para el Superhombre: un objeto de risa, algo de que avergonzarse  Habéis recorrido vuestro camino desde el gusano hasta el hombre, y mucho dentro de vosotros todavía pertenece al gusano. Una vez fuisteis monos, y aun así el hombre es mucho más mono que cualquiera  de los monos. Aun el más sabio entre vosotros es solamente una desarmonía y una planta híbrida y un fantasma. ¿Pero acaso os pido yo que os convirtáis en fantasmas o plantas? ¡ Mirad, yo os enseño el Su  perhombre!  El Superhombre será el sentido de la tierra!
La búsqueda de Zarathustra de la perfección y la trascendencia no es en realidad una idea del siglo sex  les del siglo XIX acerca del progreso y del individuo. A nosotros estas ideas pueden parecernos inge  nuas, pero un siglo atrás revelaban preocupaciones culturales sumamente reales. Atrajeron a un compo  sitor como  Richard Strauss que se consideraba así mismo un maestro artesano que trascendía de su pa sado y llevaba la música a alturas aun mayores. Él fue el compositor que en 1898 se glorificó a sí mis mo como genio en Ein Heldenleben( "La Vida de un Héroe"). Y fue él quien se atrevió a componer un poema sinfónico que gira alrededor de la figura del héroe de Nietzsche.                
¿Qué fue lo que pasó, en última instancia, con el culto del genio, con la adulación del individuo? En el siglo XX, a medida que el arte se hacía más objetivo, se produjo una reacción inevitable. Pero también bo una intensificación del ideal romántico. Este se convirtió en una obsesión, una neurosis, y final hu
mente en locura. Adolf  Hitler se veía a sí mismo como un Superhombre. Conocía el concepto de Hegel
de los individuos "histórico-mundiales", "héroes" que tenían la misión de concretar la voluntad del mun
do. Hegel creía que estas personas estaban por encima de la moralidad cotidiana. El concepto de Hegel condujo hasta Nietzsche, y Hitler se identificaba tanto con el héroe histórico- mundial amoral de Hegel como con el Superhombre de Nietzsche. Lo que había comenzado como una idealización del individuo alcanzó una reductio ad absurdum en el maniático carnicero de la Europa del siglo XX. La filosofía de Nietzsche y la interpretación musical de Strauss de esta filosofía( ambas atractivas para Hitler) fueron meros pasos a lo largo del camino, inocentes en sí mismos, pero que, vistos en retrospectiva, constituye
ron componentes inevitables  de la destrucción de la misma cultura que los había producido. 
Hoy en día, Zarathustra de Strauss tiene un nuevo significado. Ya no es un símbolo del Superhombre, sino del conocimiento y del misterio. El origen de este símbolo no es un libro escrito en 1884-1885, si
no una película de Hollywood de fines de la década de 1960. En 2001: Odisea del Espacio, de Stanley Kubrick, el director utilizo como leimotiv recurrente los veinte compases iniciales del poema sinfónico.
La música está relacionada con un monolito misterios que aparece en la tierra en los tiempos prehistóri
nolito parece contener todo el conocimiento del pasado y del futuro, del bien y del mal. La popularidad
de esta película, y de la música relacionada con ella, ha sustituido el simbolismo anticuado de Strauss con algo adecuado para las postrimerías del siglo XX. Una de las posibles conclusiones que podemos
extraer de este desarrollo inesperado de la historia musical de Zarathustra es que la composición de 
Strauss es filosófica, pero que la filosofía que "expresa" en realidad es independiente de la música.
Tal vez el significado filosófico de Zarathustra provenga de su contexto cultural, de la forma en la que lo interpreten los valores culturales particulares- Sean estos del romanticismo alemán de fines del si
glo XIX, de la tiranía europea de mediados del XX, o de la ciencia ficción norteamericana de finales de
siglo.
¿Pero exactamente como de filosófico es el poema sinfónico de Strauss? El compositor, del que sabe
mos que se jactaba de que podía retratar cualquier cosa en la orquesta, comprendía que la música no es un medio para la filosofía. Podía reflejar el estado de ánimo de la obra de Nietzsche y el carácter de Za
rathustra, y hasta podía describir una serie de hechos. Pero no hay manera de que la música pueda trans
mitir ideas complejas. Strauss se daba cuenta de las limitaciones de la música: "No tuve la intención de escribir música filosófica o de retratar musicalmente la gran obra de Nietzsche. Más bien mi intención fue transmitir en música una idea de la evolución de la raza humana desde sus orígenes, a través de las diversas fases del desarrollo, religioso tanto como científico, hasta llegar a la idea de Nietzsche del Su
perhombre. La totalidad del poema sinfónico constituye mi homenaje al genio de Nietzsche, el que en
cuentra su más grande ejemplificación en su libro Also Sprach Zarathustra."
De acuerdo con el biógrafo de Strauss, el director Norman Del Mar, el poema sinfónico responde al li
bro en tres formas. 1) Strauss seleccionó ocho de los ochenta encabezamientos de los capítulos de Nietzsche para sugerir las secciones de la música. Cada capítulo es un breve discurso de Zarathustra sobre una idea en particular. 2) La oposición que encontramos a lo largo de todo el libro entre la natura
leza inmutable y el progreso del hombre está simbolizada por el conflicto entre dos tonalidades , la tona
lidad "natural" de "Do" mayor (sin sostenidos ni bemoles) y la distante Si mayor. 3) La evolución del hombre desde el ser primitivo hasta el Superhombre se convirtió en la metáfora que da forma a la tona
lidad del poema tonal. 
Strauss incluyó un prólogo en la partitura con el comienzo del libro de Nietzsche:
Cuando Zarathustra tenía treinta años, abandonó su hogar y el lago junto al que había nacido, y se diri
gió hacia las montañas. Allí disfrutó de su soledad, en comunión con su alma, y no se cansó de ello du
rante diez años. Pero finalmente se produjo un cambio en su corazón, y una mañana se levantó con el al
ba y volviéndose hacia el Sol, le habló de esta manera:
Oh, tú tremenda estrella, ¿dónde estaría tu felicidad si no tuvieras aquellos a quienes das la luz?
Durante diez años has ascendido hasta mi cueva y te habrás saturado con tu luz y tu camino, si no hu
biera sido por mí, mi águila y mi serpiente.
Pero te esperábamos cada mañana, y habiendo bebido de tu flujo, te bendecimos por él. 
¡Mira! Estoy cansado de mi sabiduría, como una abeja ha reunido demasiada miel. Necesito entender mis manos para compartirla. 
Deseo difundir mi conocimiento sobre la tierra, hasta que los sabios una vez más se regocijen en su lo
cura y los pobres en su riqueza. 
Por lo tanto debo descender a las profundidades, como tu haces en la noche, cuando desapareces detrás
del mar y sin embargo das a luz al submundo, ¡Oh tú, estrella exuberante!
Los hombres a quienes desciendo dicen que tú pones, y yo también debo ponerme. Por lo tanto bendíce
me, ¡Oh tu, ojo tranquilo!, que todavía puedes mirar sin envidia una felicidad casi intolerable. 
Bendice la copa que se derramará, para que le agua dorada fluya de ella, llevando a todas partes el refle
jo de tu beatitud. 
¡Mira! esta misma copa volverá a vaciarse, y Zarathustra nuevamente se convertirá en un hombre. Así comenzó el descenso de Zarathustra. 
La música se inicia en las profundidades de la oscuridad, con un retumbar grave en los bajos de cuerda,
contrafagot, órgano y bombo. Luego llega la aurora, mientras cuatro trompetas entonan el tema cde la naturaleza: una figura ascendente y simple de tres notas. Una vez que despunta el día, con una cadencia tremenda en Do mayor, la orquesta empieza a tocar el tema del Espíritu: también una figura ascendente,
esta vez en cuatro notas de una triada. Significativamente, la clave cambió a Si menor. Luego el tema del Espíritu se expande hasta configurar un tema completo en el pizzicato de las cuerdas bajas, mien
tras los cornos entonan una cita del Credo del canto gregoriano. Esta exposición de creencia es irónica y representa el temido (para Nietzsche y Strauss) dogma de la iglesia que supuestamente había impedi
do la evolución espiritual del hombre. 
Las cuerdas dan comienzo a un adagio que corresponde a las palabras de Zarathustra tituladas "De los hombres, de las profundidades del mundo". Este título juega con el nombre más común de "los hom
bres de las profundidades del bosque". Nietzsche pinta la fe religiosa ingenua de la gente simple como
un impedimento para el crecimiento espiritual. Zarathustra manifiesta que alguna vez había creído en Dios, y que en ese entonces veía al mundo como vapores de colores ante los ojos de un ser divinamente insatisfecho...  ¡El Dios que yo creé era obra humana y locura humana, como todos los dioses!" Dios y el mundo celestial fueron creados por los hombres débiles y decadentes. Los hombres de las profundi  dades del mundo creen  en Dios como salvación, debido a lo enfermizo de sus cuerpos, en tanto que Zarathustra predica el cuerpo sano como el verdadero sentido de la tierra. La música de Strauss es una expresión "de fervor devoto, que describe el consuelo emocional ingenuo a través de la creencia en un a divinidad benévola, por más que esté inspirada por el hombre", de acuerdo con la opinión de Del Mar.
Después de un clímax estático , llegamos  a una sección titulada "Del Gran Anhelo". Según Del Mar, Strauss está sugiriendo  "el primer anhelo de espíritu del hombre por la autoemancipación con respecto a la ignorancia y las supersticiones de la mente estrecha...  Pero el primer intento del hombre de alcan
zar la libertad espiritual(el tema del espíritu se escucha en los fagotes y los violonchelos, nuevamente en la tonalidad de Si menor cambiando a Si mayor), inmediatamente lo  pone en conflicto con la natura
leza, por una parte( el corno inglés y los oboes tocan el tema de la naturaleza sugiriendo empecinada
mente la tonalidad de Do) y el  dogma religioso autoimpuesto por la otra (nuevamente los cornos tocan la cita del Credo, y el órgano quedamente entona otra melodía litúrgica, el tradicional Magnificat)". Za
rathustra proclama la independencia del alma, a lo que el hombre le ha dato todo.                
Después de unas rápidas figuras con las cuerdas, los vientos y las arpas, se inicia una sección titulada "De alegrías y Pasiones". La música intenta ilustrar las ideas de Zarathustra sobre cómo las pasiones conducen a las virtudes. " Antes vosotros teníais vuestras pasiones y las llamabais el mal. Pero ahora 
tenéis solamente vuestras virtudes: estas nacieron y crecieron de vuestras pasiones. Implantasteis vues
tras más altas metas en el corazón de esas pasiones: así se convirtieron en vuestras virtudes y alegrías...
Sl final todas vuestras pasiones se convirtieron en virtudes, y todos vuestros demonios en ángeles...El
hombre es algo que debe ser superado: y por lo tanto ameréis vuestras virtudes-puesto que sucumbiréis
a través de ellas". Durante la música de Alegrías y Pasiones los trombones resuenan tocando un tema nuevo, el de la Saciedad. El retorno del tema del Espíritu en las cuerdas bajas, mientras los demás instrumentos continúan con la música de las Alegrías y Pasiones, anuncia la sección titulada "La Canción de la Tumba". Zarathustra reniega de la juventud perdida y proclama el triunfo de la voluntad. 
La música se apaga para llegar a una sección denominada "De la Ciencia". Strauss describe el conoci
miento con la fuga erudita. Sugiriendo las tonalidades tanto de Do como de Si, incorporando el tema de la naturaleza, así como los doce tonos de la escala cromática, el tema de la fuga es repetido una y otra vez en las cuerdas bajas. Luego la música, incongruentemente, sugiere una danza, pero después de mu
chas interrupciones producidas por el tema de la naturaleza, se reinicia la fuga acompañada por figuras precipitadas. La sección de reanudación se denomina "El Convaleciente".
Zarathustra abandona todos los valores externos y busca en su interior la perfección. Esta intensa bús
queda produce una catarsis, descrita con una orquestación de extraordinaria riqueza. El profeta debe re
cuperarse. Ahora comprende su misión sobre la tierra y desciende nuevamente desde su cueva para pro
clamar al Superhombre. 
La sección siguiente, "La Canción de la danza", nace del tema de la naturaleza. El capítulo de Nietzs
che cuenta como Zarathustra se encuentra con unas doncellas danzarinas. Les canta acerca de la sabidu
ría y de la vida misma. Sorprendentemente la música es un vals vienés con un desarrollo bastante pro
longado. Tal vez Strauss está tratando de sugerir, debajo de esta fachada incongruente, que el Superhom
bre no es un ser excelso o abstracto sino que reside dentro de nosotros mismos, incluso en nuestras acti
vidades más mundanas. La música permanece firmemente en la tonalidad de Do hasta que finalmente se desliza hacia el SI y luego regresa al Do. Este vals pertenece tanto a la naturaleza como al espíritu hu
mano.
El vals crece hacia la sección final, climática-"La Canción del Caminante Nocturno"( este es el título preliminar que Nietzsche le dio a su penúltimo capítulo: más tarde lo cambió por el de "La Canción de la Ebriedad"). Del Mar explica, Zarathustra está rodeado por sus discípulos e interrumpe sus alegres danzas y demostraciones de afecto pasando por una especie de ataque de ebriedad. Se recupera justo cuando la Gran Campana comienza a picar y quedamente interpreta los golpes solemnes, rapsodiando línea por línea el poema "Oh Hombre, Presta Atención":
¿Qué dice la voz profunda de la medianoche en realidad?
"He dormido mi sueño-
Desde el sueño más profundo desperté, y ruego:-
"El mundo es profundo,
"Y más profundo que lo que podía verse en el día.
"Profunda en su pena-,
"La alegría- puede ser aun más profunda que el dolor;
"La pena dice: ¡Fuera1 ¡Vete!
"Pero todas las alegrías desean la eternidad-,
"-Desean profunda, enorme eternidad !"
El poema tonal se cierra con una coda pacífica, perturbada únicamente por le tema de la saciedad. La to
nalidad es Si mayor, que es la del progreso del hombre hacia el Superhombre, pero hacia el final empie
zan a aparecer acordes pertenecientes a Do mayor, la tonalidad de la naturaleza inmutable. El verdade
ro final es un golpe sorprendente de imaginación musical. Arpegios en pizzicato, en Do mayor, en las cuerdas bajas se alternan con acordes sostenidos en Si mayor en los vientos y en las cuerdas altas. No
tas Do aisladas tienen la última palabra, pero se nos deniega la resolución final. 
Nuevamente Del Mar dice: Nietzsche finaliza con una nota de clímax con la idea de la" Reiteración Eterna!". Zarathustra emerge de su cueva en las últimas líneas, resplandeciente y fuerte con el espíritu de un nuevo amanecer para la obra de toda su vida. Tal concepto no tiene lugar dentro del esquema mu
sical de Strauss, y este cierra su poema sinfónico en un estado de ánimo de absoluta tranquilidad, pero mostrando el conflicto entre el Hombre y la Naturaleza, básicamente irresuelto y tan irreconciliable co
mo las dos tonalidades tan próximas y sin embargo tan armónicamente distantes de Si y de Do. "Foto subida de Internet. 
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. 






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                                                                                 Richard Strauss 


                                                                                    












                                                                                 

                                                          



                                                                             
                                                                                         
      







                                                                                         









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