LA MÚSICA Y SU MUNDO

lunes, 26 de julio de 2021

Las Cuatro Estaciones, Opus 8 de Antonio Vivaldi

                                                              Las Cuatro Estaciones

Concierto Número 1 en Mi mayor para Violín y Orquesta, Primavera
Allegro
Largo e pianissimo sempre
Danza pastorale: Allegro
Concierto Número 2 en Sol menor para Violín y Orquesta, Verano
Allegro non molto
Adagio. Presto
Presto
Concierto Número 3 en Fa mayor para Violín y Orquesta, Otoño
Allegro
Adagio
Allegro
Concierto Número 4 en Fa menor para Violín y Orquesta, Invierno
Allegro non molto
Largo
Allegro
Los Conciertos para Violín Opus 8 fueron publicados en 1735 y es muy probable que fueran compues
tos varios años antes.
La Opus 8 de Vivaldi consiste en doce conciertos para violín y orquesta de lo cuales los primeros com
prenden Las Estaciones. Estos conciertos, cada uno de los cuales describe una estación del año, consti
tuyen la culminación de los experimentos de Vivaldi en música pictórica. 
La música descriptiva fue especialmente popular durante el periodo barroco, tanto en las óperas como en la música instrumental. Los compositores, al tratar de crear un retrato lo más exacto posible de sus sujetos, respondían a la estética "natural". Los filósofos del siglo XVIII demandaban que todas las artes
imitaran a la naturaleza en la forma más precisa posible. En algunas de las declaraciones más extremas de esta posición, la música absoluta era descartada como carente de sentido. Las formulaciones simplis
tas de un representante de esta estética hoy en día se nos aparecen como exactamente contrarias a los va
lores musicales defendibles: "Tenemos buenas imitaciones de tormentas, truenos y cosas por el estilo de varios músicos. Solamente es cuestión de seguir este plan y no permitirse ninguna composición vaga o indefinida. En el arte es necesario ir a los detalles y tener siempre a la vista un modelo para copiar. No hay expresión en absoluto sin descripción." 
Esta actitud, como lo señala el estudioso de Vivaldi, Marc Pincherle, es la inversa con respecto a las cre
encias de los escritores posteriores acerca de la música programática.
Su primera preocupación es la justificación o, mucho más probablemente, la negación. Jamás intentan describir; a lo sumo intentaban sugerir ciertos estados mentales en la forma en que aparecerían cuando se los transfiriera a los elevados reinos de la música pura. Si tomamos, por ejemplo, una obra (Pacífico 231 de Honegger) cuyo contenido surge de la evocación remota de una locomotora, aunque se alegue identificar en ella el estremecimiento del tren al partir, el traqueteo cada vez más ruidoso y los miles de sonidos familiares traducidos con una maestría alucinante, hasta el final del recorrido donde se aplican los frenos por última vez. Ya Beethoven había escrito sobre la Sinfonía Pastoral: "Más expresión de sen
timientos que descripción", a la vez que tenía una codorniz y un cucú que cantaban en una forma muy similar a la natural.
Sin embargo, en la era barroca, los compositores y el público valoraban la exactitud de representación. Por lo tanto, Vivaldi puso como prefacio a cada concierto de Las Estaciones un poema (que se traduce más abajo) con lo que corresponde cuidadosamente la música. Además, incluyó citas específicas de los poemas del prefacio como puntos estratégicos en las partituras. El humor de cada concierto queda esta
blecido en sus pasajes orquestales introductorios, mientras que la pintura tonal específica queda reserva
da a las secciones de solos. 
El hecho de que Vivaldi fuera capaz de componer música imaginativa, original y maravillosamente fres
ca dentro de la estética restringida de la representación literal atestigua su extraordinaria habilidad co mo compositor y orquestador. Su logro en materia de pintura tonal en Las Cuatro Estaciones fue apre ciado de inmediato por el público, la nobleza y la prensa. El concierto de La Primavera se convirtió en favorito de varios violinistas, y fue publicado en arreglos para organillo, museta y flauta. En los días anteriores a los derechos de autor, apropiarse de la obra de un compositor era un acto de homenaje, no de latrocinio. De este modo, Michel Corrette le hizo un gran cumplido a la Primavera al transformarla en una gran composición sacra, como lo hizo Jean Jacques Rousseau en su improbable mutación de la pieza en un solo para flauta. 
La popularidad de Las Cuatro Estaciones naturalmente impresionó a los compositores posteriores. Es por eso que estos conciertos contribuyeron en gran medida al creciente interés por la música descripti
va de la naturaleza y de la vida campestre. La tradición pastoral culminó con Las Estaciones de Haydn y la Sinfonía Pastoral de Beethoven. 
Primavera." La primavera ha llegado y las aves la saludan con alegres cantos y, al mismo tiempo, los arroyos corren suavemente, murmurándole al aliento de las suaves brisas. Entonces el cielo se cubre de negro y aparecen el trueno y el relámpago. Después que la tormenta se ha aquietado, vuelven los pajari
llos con sus cantos armoniosos." La apertura establece el humor despreocupado. El pasaje siguiente pa
ra tres violines solistas es el canto gozoso de tres aves que saludan a la primavera. Retorna la orquesta y luego describe con suavidad los arroyos murmurantes y las gentiles brisas. Fuertes trémolos describen el trueno y el rayo. En el solo siguiente, los trinos son los pajarillos que cantan después de la tormenta.
" Aquí en una pradera florida y plácida, las hojas crujen dulcemente y el pastor de cabras duerme con su fiel perro azulado." El segundo movimiento comienza con el crujir de las hojas en los violines de la orquesta que acompañan la melodía de ensueño del pastor de cabras que duerme, con el solo del violín. El ritmo insistente de las violas describe el ladrido del perro. 
"Ninfas y pastores danzan al sonido festivo de la flauta del pastor bajo el amado cielo de primavera, des
plegado en todo su brillo." El final es una danza de pastores, que sugiere las gaitas. 
Verano. " En la dura estación del sol ardiente, los hombres y los rebaños languidecen y los pinos tienen calor. El cucú desgrano su voz y pronto se oyen los cantos de la paloma y el jilguero. Sopla una leve bri
sa, pero inesperadamente aparece el viento norte buscando pelea. El pastor llora porque teme a la tor
menta y su destino." Como en el concierto anterior, el humor, en este caso lánguido, está sugerido por la apertura orquestal. El primer solo, con sus notas repetidas rápidas, es el cucú. Después de un retorno de la apertura, el violín toca los cantos de la paloma y, con la alternación rápida de dos notas altas, el jil
guero. Luego la orquesta describe quedamente las brisas leves. De pronto, la música se hace más fuer
te y rápida, retratando al viento norte, que es interrumpido por el tema de la apertura, seguido por el so
lo del violín que describe el temor del pastor. Reaparece el viento norte cerrando el movimiento. 
El temor al rayo y al trueno furioso enjambre de moscas y avispas, impiden el descanso del pastor. " La melodía de apertura, plañidera, representa el temor del pastor, que es seguido de inmediato por las no
tas rápidas, bajas y repetidas que sugieren el enjambre de insectos. El tema del violín continúa, indican
do la imposibilidad del descanso. Estos movimientos se alternan a lo largo del movimiento. 
"Oh Dios, mis temores están justificados. El trueno y el relámpago llenan el cielo y el granizo acama el maíz y el trigo."
Otoño. " Con canciones y danzas los campesinos celebran la alegría de una buena cosecha. Disfrutan de su embriaguez y luego caen dormidos." La apertura rítmica es la cosecha, con sus canciones y danzas. El rápido segundo solo para violín describe la embriaguez de los campesinos. Una última corrida en el violín -una última travesura de borracho- y luego la melodía suave y lírica del violín justo antes de la re
petición final del tema de la cosecha que retrata al sueño.  
"Todos se alejan cantando y bailando. El aire fresco es placentero y la atmósfera otoñal envuelve a to
dos en un sueño plácido." El segundo movimiento moderado captura este humor pacifico. La línea len
ta del violonchelo indica a los ebrios que duermen.
"Al amanecer, los cazadores salen a cazar con sus cuernos, escopetas y perros. Encuentran una bestia salvaje, que huye. Los cazadores siguen su rastro. Exhausta y aterrada por los fuertes ruidos de escope
tas y perros, la bestia herida trata de huir, pero es vencida y muere." La vigorosa música de apertura su
giere los llamados de los cuernos. Más adelante, los tresillos de violín apenas acompañados indican la huida de la bestia. La música rápida de la orquesta que sigue indica su miedo. Justo antes del último re
torno de la música de caza, oímos el agotamiento del animal en líneas rápidas de violín que llevan no
tas sostenidas. 
Invierno. "Temblar en la nieve helada; ser azotado por el viento salvaje; golpear los pies helados; sentir
que el frío excesivo nos hace castañear los dientes." Las notas repetidas disonantes de la apertura deter
minan el estado de ánimo. La figuración del violín solista rápida representa la ráfaga del viento helado.
Estos dos motivos se alternan, hasta que las notas repetidas se intensifican representando los golpes de los pies contra el suelo. Más tarde, los trémolos suaves indican los dientes que castañean. 
"Pasar días tranquilos y felices ante el fuego, mientras afuera todos están empapados por la lluvia." Las
notas sostenidas de la viola en el movimiento lento, debajo de la melodía nostálgica del violín, retratan el contento.
"Caminar con cuidado sobre el hielo, lentamente, por miedo a caer, resbalar y caer abruptamente al sue
lo; oír al viento del norte y a todos los demás vientos trabados en combate. Así es el invierno, ¡pero aun
así, qué alegría trae!" El solo de violín que abre el final describe la caminata sobre el hielo. La música
se enlentece para demostrar el temor al caer. Luego figuras descendientes y rápidas indican que alguien
en realidad ha caído. El solo de violín describe cómo se levanta nuevamente. Silencios que se alternan con figuras rápidas describen el resquebrajarse del hielo. Las figuras rápidas de violín sin acompaña
miento, puntuadas por trémolos de la orquesta, representan a los diferentes vientos. Foto subida de Inter
net. 
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer
  







                                                                           

                                           Las Cuatro Estaciones, Opus 8 de Antonio Vivaldi 









                                                                            Antonio Vivaldi  


                                                                                

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