LA MÚSICA Y SU MUNDO

viernes, 18 de diciembre de 2015

Sinfonía Número 8 en Fa mayor, Op 93 de Beethoven


                                                Sinfonía nº 8 en Fa mayor, Op 93


La Octava Sinfonía fue comenzada hacia fines de 1811 y terminada en octubre de 1812. Su estreno se realizó bajo la dirección del compositor el 27 de Febrero de 1814 en Viena. Fotos subidas de Internet.
Johann Nepomuk Mäzel era inventor de aparatos  musicales. En 1812 perfeccionó su panarmónicon, una composición mecánica de los instrumentos de una banda militar y su cronómetro antecedente del metrónomo. Beethoven visitaba con frecuencia el taller de Mäzel y su amistad se vio fortalecida cuan
do el inventor fabricó una trompetilla para el oído del compositor, ya parcialmente sordo. Mäzel se reunió con otros amigos de Beethoven en una cena de despedida para el compositor, quien estaba a punto de salir de viaje hacia fines de la primavera de 1812. Beethoven estaba en uno de sus estados de ánimo divertidos, que él mismo describía como "desabotonado". Durante al fiesta, Mäzel describió su cronómetro, con el cual esperaba proporcionarles a los compositores una forma de indicar el tiempo con exactitud y proporcionar a los ejecutantes una ayuda para una ejecución regular. Beethoven aplaudió la idea alegremente y se lanzó a una canción aparentemente espontánea basada en la "ta ta ta" del instrumento de Mäzel. Los demás asistentes se unieron para convertir la canción en un Rondó. Esta tonada intrascendente pasó a formar parte del segundo movimiento de la Octava Sinfonía, en la que Beethoven estaba trabajando en ese momento.
Esta historia de la Octava Sinfonía es una lección para cualquiera que crea que una pieza musical es
una expresión directa de las emociones profundas del compositor. Esta sinfonía alegre "desabotona
da", fue escrita durante uno de los periodos más torturados de la vida de Beethoven. Fue compuesta en la época en que Beethoven estaba involucrado en la única relación amorosa verdaderamente apasionada de su vida, una relación que estaba destinada a destruir todo menos su espíritu.
Misteriosamente se conoce a la mujer como la amada inmortal, basado en una carta de amor semirracio
nal, torturada, que le escribió Beethoven. La carta no está fechada y el compositor jamás la envió. La fecha y la identidad de la amada permanecieron desconocidas para generaciones de musicólogos y bio  grafos, hasta hace poco tiempo. El estudioso de Beethoven Maynard Solomon, que escribía en el año 1977, dio pruebas concluyentes de que la amada era Antonie Bretano y que Beethoven estaba enamora
do de ella sin esperanzas en la época en que estaba trabajando en la Octava Sinfonía.
Beethoven había estado enamorado muchas veces, pero ninguna de sus relaciones había llegado a nada. El compositor fue rechazado repetidas veces por las mujeres que escogía ya sea porque no estaban interesadas en él o porque estaban comprometidas con otros hombres. Con tanta frecuencia el compositor había escogido mujeres inaccesibles o no no interesadas que el biógrafo Solomon cree que lo hacía por razones psicológicas muy profundas. Conscientemente, Beethoven pensaba que quería una relación sexual normal y una vida familiar corriente, pero en realidad era incapaz de mantener una u otra. De este modo, una y otra vez elegía mujeres a las que podía culpar por sus propios fallos. Pero en tonces conoció a Antonie y todo cambió.
Antonie Bretano era una mujer felizmente casada y madre de cuatro hijos. Se mudó con su familia a Viena en el otoño de 1809. Beethoven conoció a la familia y trabó amistad con ambos esposos. Franz
Bretano quería regresar a vivir a Frankfurt, pero Antonie amaba Viena y deseaba quedarse. A medida
que Franz se ponía insistente, Antonie se desesperaba. Acudió a Beethoven en busca de apoyo y gradual
mente su amistad se convirtió en amor. Él le dedicó varias piezas. Para la primavera de 1812 sostenían
una verdadera relación.
Después de la cena de despedida con Mäzel, Beethoven partió rumbo a Praga, donde se unió a Antonie
Ella el confesó su amor abiertamente y le ofreció abandonar a su familia para vivir con él. Ella y Franz
iban a pasar el mes de julio en termas de Karlsbad y Beethoven planeó encontrarse con ella allí.
Pero antes de partir hacia Karlsbad, Beethoven escribió la famosa carta a la amada inmortal. En ella le rogaba a Antonie que no destruyera su familia pero que siguiera amándole. Fue a Karlsbad, donde trató de reanudar las relaciones amistosas normales con Antonie y su esposo. Ella se dio cuenta de que Bee thoven jamás asumiría un compromiso con ella. Hacia noviembre, cuando ya estaba terminada la Octa  va Sinfonía, los Bretano se habían mudado de Viena. Beethoven se sintió muy perturbado por todo el su ceso y jamás volvió a involucrarse más que casualmente con una mujer.
Lo que conmovió a Beethoven  era el altruismo y el carácter absoluto del amor de Antonie. Ella no te  nía reservas y estaba dispuesta a arriesgar la censura de la sociedad para estar con él. La carta a su ama  da  Antonie y la fuerte tendencia de sus antiguos hábitos. Beethoven era un solitario que siempre había creído que quería mujer y familia. Ahora, enfrentado a la posibilidad real, distaba mucho de estar segu ro. Beethoven se había permitido enamorarse, porque había pensado que Antonie era "segura": tenía matrimonio feliz y era madre. Mientras estaban juntos en Praga, sin embargo descubrió que ella esta ba dispuesta a llegar a cualquier extremo con tal de estar con él. Su reacción fue penosamente ambivalente y su dolor era mayor debido a su amistad con el marido de Antonie. Como allí no había nada de rechazo al que Beethoven estaba acostumbrado, no tuvo más remedio que enfrentarse con la realidad. La rela  ción destruyó cualquier ilusión que pudiera quedarle acerca de su capacidad para llevar una vida más  normal con una mujer. Dejó de pensar en sí mismo como en un hombre real y ahí se encuentra su trage  dia más profunda. Se vio obligado a reconocer que era incapaz de corresponderlo.
Después de rechazar a Antonie, mientras ella se preparaba para partir, permaneció lejos de Viena du
rante el otoño. Beethoven se dirigió a "Linz" a visitar a su hermano menor, Nikolaus Johann, y terminar
la Octava Sinfonía. Nikolaus tenía una relación descarada con su ama de llaves, Thérése Obermayer.
Beethoven intentó desbaratar la relación. El motivo subyacente parece haber sido  ¿por qué permitir que su hermano tuviera una mujer, si él mismo no podía? La relación entre Nikolaus y Thérése venía desde hacía tiempo, pero sólo ahora Beethoven, dolorido por los hechos de su propia vida se decidió a hacer al go al respecto. Llevó el asunto ante el Obispo y la policía de Linz y hasta llegó a las manos con Niko laus. Pero los actos de Beethoven tuvieron el efecto contrario de su intención: Nikolaus se casó con Thé rése. El compositor jamás perdonó a su hermano y siguió odiando a su nueva cuñada por el resto de su vida. El incidente fue tan perturbador para Beethoven que sus salud se vio perjudicada.
Y  así que, en una época de su vida en que se vio obligado a enfrentarse a las verdades muy penosas acerca de sí mismo, cuando tuvo que renunciar al único amor profundo que había conocido, cuando sufrió un alejamiento de su hermano, cuando contemplaba la posibilidad (aunque no lo intentó en realidad) del suicidio, fue en esa época en la que compuso su sinfonía más alegre, más ingeniosa, más despreocupada, una obra totalmente desprovista de las emociones sombrías de su vida. La relación entre un artista y su obra es compleja, como siempre debería recordárnoslo la historia de la Octava Sinfonía.
De mi libro "Invitación a la música de Jonathan Kramer"







                                                                              
                                             Sinfonía Número 8 en Fa mayor, Op 93 de Beethoven







                                                        Sinfonía nº 8 en Fa mayor,Op 93


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