LA MÚSICA Y SU MUNDO

viernes, 25 de enero de 2019

Sinfonía Número 25 en Sol menor, K. 183 de Mozart


                                                 Sinfonía Número 25 en Sol menor, K. 183

La "pequeña" Sinfonía en Sol menor fue compuesta y presumiblemente presentada hacia fines de 1773, en Salzburgo.
Con frecuencia Leopoldo Mozart exhibió el talento de su hijo en diferentes ciudades. Cuando Wolf
gang era adolescente, Leopoldo estaba decidido a hacerle aun más famoso esperando así obtener pa
ra él un nombramiento en la corte de algún noble. Con este fin padre e hijo hicieron tres viajes a Ita
lia entre 1770 y 1773 y uno a Viena en 1773. En estos viajes, el joven compositor se vio expuesto a varias influencias diferentes.
Leopoldo tuvo éxito sólo en el primero de sus dos empeños: de hacer famoso a Wolfgang. En el pri
mer viaje a Italia, Mozart fue exhibido como niño prodigio. Interpretó y compuso en Milán, Verona y Mantua. Conoció al principal compositor italiano, Giovanni Battista Sammartini, e imitó a su estilo en un cuarteto para cuerdas, escrito en una posada mientras los Mozart viajaban hacia Parma. En Bo
logna, Mozart conoció al compositor y pedagogo padre Martini, para quien compuso dos fugas. En Milán el joven compositor recibió un encargo para una ópera. En Roma escuchó una interpretación del Miserere de Gregorio Allegri, que después escribió perfectamente de memoria, aunque lo había es
cuchado sólo una vez. Esta asombrosa hazaña tuvo un tremendo valor para las relaciones públicas y Leopoldo, siempre el agente de publicidad emprendedor, le sacó todo el jugo posible. Sin duda fue responsable de que su hijo recibiera del papa Clemente XIV la clase más alta de orden de la Esquela de Oro, un honor concedido previamente sólo a otro compositor: El gran maestro del siglo XVI, Or
lando di Lassus. El hecho de que un muchacho de 14 años recibiera semejante reconocimiento fue, en efecto, un golpe. Además, Leopoldo se ocupó de que Wolfgang fuera elegido miembro de la Acade
mia Filarmónica de Bologna, a pesar de una norma que exigía que los miembros tuvieran por lo me
nos 20 años. A fin de ser considerado apto para su admisión fue exigido encerrar a Mozart en un cuar
to para que compusiera una obra coral al estilo del siglo XVI.
El segundo viaje de los Mozart a Italia, un año más tarde, no tenía como objetivo exhibir un niño pro
digio sino cumplir los encargos recibidos durante el primer viaje. Wolfgang era ahora un joven profe
sional y tenía que producir una ópera encargada. Mitridates tuvo tanto éxito que se efectuaron 20 pre
sentaciones y dio como resultado el encargo de una segunda ópera. Mozart había asimilado con éxito el estilo popular italiano. Leopoldo decidió que debían permanecer en Milán, esperando obtener un cargo para Wolfgang, del archiduque. Pero no surgió ningún nombramiento y padre e hijo regresaron a Salzburgo. El viejo arzobispo de Salzburgo había fallecido y se había designado a otro en su lugar. El nuevo hombre fue, por lo menos al principio, indulgente con Leopoldo, otorgándole permisos para ausentarse en sus permanentes intentos de promover la carrera de Wolfgang. Así que los Mozart tuvie
ron oportunidad de probar suerte en Italia por tercera vez.
Nuevamente Mozart tuvo éxito como compositor de ópera. Lucio Silla se presentó en escena 25 ve
ces. También compuso varios cuartetos para cuerdas y sinfonías, muchos de los cuales muestran in
fluencia italiana. El tercer viaje a Italia fue muy parecido a los otros: muchos éxitos, ningún nombra
miento.
Durante el periodo de sus viajes a Italia, Mozart escribió 27 sinfonías. Muchas de ellas son obras re
lativamente modestas de aprendiz, que compuso en un intento de dominar la forma que admiraba en manos de J.C. Bach, Sammartini y Haydn. Cuatro de las siete sinfonías de 1773 son esencialmente oberturas italianas de tres partes que quizás hayan sido compuestas anticipándose a más encargos de óperas que provinieran de Italia. Las restantes tres sinfonías, sin embargo, son obras más importantes.
Muestran una profundización de la expresividad y una sorprendente maduración. En esas obras Mo
zart estaba buscando no sólo la maestría de la técnica sino también su propia voz como sinfonista.
Una razón de la reciente sofisticación musical de Mozart fue el viaje que él y Leopoldo hicieron a Vie
na después de regresar de su tercera estancia en Italia. Otra vez el propósito era encontrar un trabajo para Wolfgang y otra vez el resultado fue un fracaso. El joven compositor escuchó mucha música con
temporánea, en especial la de Haynd, en la ciudad que era la capital musical del mundo. Aprendió mu
cho de su contacto con las tendencias más actualizadas. No mucho después, la influencia de ese estu
dio apareció en su propia música. Sus finales empiezan a vivalizar con el peso de los primeros movi
mientos, las secciones de desarrollo se tornaron más complejas y las codas más largas.
Por aquella época Haydn estaba escribiendo música abiertamente emocional. Se sentía insatisfecho con la música vacua, apropiada para las ocasiones sociales. Estaba influido por el movimiento litera
rio conocido como Sturm und Drang-"tormenta y tensión"- y experimentó con sinfonías apasionadas en clave menor( tales como Trauersinfonie, La Passione y El adiós) Otros compositores vieneses esta
ban escribiendo música similar y el Mozart que los visitaba quedó impresionado. Tras su regreso a Salzburgo, compuso su propia pieza de Sturm und Drang, hasta la fecha su única sinfonía en tonali
dad menor.
La "pequeña" Sinfonía en Sol menor , apodada así para distinguirla de la gran Sinfonía en Sol me
nor, K.550 de la madurez de Mozart, arroja de inmediato al oyente a un mundo intensamente emocio
nal. Las síncopas de la apertura, seguidas por apasionados arpegios ascendentes y rápidas figuras de giro, fijan el estado de ánimo. Igualmente poderosos son los trémolos de las cuerdas y la repentina in
trusión en fortissimo de la sección puente. El andante también es agitado, aunque de un modo más su
til, sus armonías a menudo están ornadas con disonancias y sus ritmos con frecuencia son tiempos ina
centuados que añoran los tiempos acentuados. El biográfo Alfred Einstein describe el minué como os
curamente fatalista, en contraste con un trío "lleno de la dulzura que es típica de Sol mayor". Al igual que el primer movimiento, el final comienza con una melodía severamente discordante. También co
mo el movimiento de apertura, tiene ritmos nerviosamente sincopados. Los dos grupos de temas de es
ta forma sonata utilizan la misma melodía, de modo que la música parece obsesionada por ella. Eins
tein menciona, además, una "relación temática con el primer movimiento, que no es tanto para ser ob
servada en la superficie sino para ser vagamente sentida. Pero la forma de la sinfonía gana una nueva unidad a través de ella". Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.





                                                                           
                                       Sinfonía Número 25 en Sol menor, K. 183 de Mozart








                                                                         

                                                                                 Mozart




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