Sinfonía Número 29 en La mayor, K.201(186a
La Sinfonía en La mayor fue compuesta en enero o febrero de 1774 y estrenada poco después en Salz
burgo.
La Sinfonía Número 29 es una de las integrantes de tres sinfonías que se consideran las primeras pro
ducciones maduras de Mozart en el género. Las otras (no numeradas cronológicamente) son las Sinfonías Número 28 en Do mayor,K. 200 y la Sinfonía Número 25 en Sol menor, K. 183. Anterior
mente, sus sinfonías habían sido parecidas a las oberturas italianas en tres partes para ópera, pero aho
ra, una nueva profundidad de técnica y de sentimiento y un nuevo nivel de sotisficación se hacían in
confundibles en la obra de este compositor de 18 años.
Mozart y su padre habían viajado recientemente a Viena, buscando infructuosamente empleo como músicos de corte. Leopoldo sentía cada vez más insatisfacción ante el provincianismo de Salzburgo, y buscaba para sí mismo y para su hijo mejores oportunidades que lasque proporcionaba su patrón el ar
zobispo.
En Viena, Mozart escuchó una buena cantidad de música impresionante y su arte maduró de forma considerable como resultado de este contacto. Las tres sinfonías compuestas a su regreso a Salzburgo muestran el sello de Viena. Es significativo que, después de mudarse permanentemente a Viena, siete años más tarde, estas sinfonías estuvieran entre las pocas piezas de Salzburgo que él sentía que toda
vía merecían ser presentadas. Mozart sabía cuáles eran sus obras maduras.
¿Qué aspectos de la música señalan la técnica recientemente sofisticada de Mozart? El contraste, en la apertura del primer movimiento, entre las octavas descendentes y las figuras de notas repetidas indi
ca una habilidad que esta idea de notas impregna el movimiento. La poderosa repetición de la idea de la apertura por parte de toda la orquesta, intensificada por el tratamiento imitativo del tema principal,
es típicamente, vienesa. Es de observar la frecuencia y la cantidad de modos diferentes en los que Mo
zart emplea la técnica de imitación, especialmente en el tema del cierre. Bajo la superficie inocente de esta música yace una increíble proeza técnica.
En el delicado segundo movimiento Mozart hace que las cuerdas toquen con sordina. Aprendió este artificio de las sinfonías del periodo intermedio de Haynd, que había escuchado en Viena. Los instru
mentos de viento(la orquesta tiene sólo dos oboes, dos cornos y cuerdas) están usado frugalmente, de modo que el movimiento casi parece pertenecer a un cuarteto para cuerdas.
El minué, como los dos movimientos precedentes, utiliza extensamente notas repetidas. Esta vez,las mismas se convierten hábilmente en la figura de cierre, tocadas por los vientos. Los contrastes casi violentos de fuerte y suave son típicos del nuevo estilo de Mozart.
El primer tema del final recuerda las octavas descendentes del tema correspondientes al primer movi
miento y las omnipresentes notas repetidas se escuchan la mayor parte de las veces en las cuerdas más bajas. Es de observar el modo delicioso en que Mozart entra en el segundo tema, usando con gra
cia figuras de notas que permiten que la melodía se deslice de manera casi inadvertida en los segun
dos violines. Después, la complejidad y los detalles intrincados de la música hacen que la sección de desarrollo sea dramáticamente poderosa, más parecida a sus contrapartidas de las sinfonías finales de Mozart que a las que había compuesto tan sólo unos pocos meses antes. La orquestación es especta
cular al final, cuando los cornos toman gloriosamente el mando de la orquesta.Foto subida de Inter
net.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.
Sinfonía Número 29 en La mayor,K.201 (186a)
Mozart
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