LA MÚSICA Y SU MUNDO

viernes, 15 de marzo de 2019

Sinfonía Número 5, Opus 50 de Carl Nielsen


                                                                  Sinfonía Número 5, Opus 50

La Quinta Sinfonía fue compuesta entre febrero de 1921 y el 15 de enero de 1922. El compositor diri
gió el estreno en Copenhague el 24 de enero de 1922.
La Quinta Sinfonía fue concebida poco después de la Primera Guerra Mundial. Aunque Dinamarca no estuvo directamente involucrada en este conflicto, Nielsen se preocupó profundamente por las tra
gedias de los tiempos de guerra. Varios comentaristas han rastreado la intensidad de la Quinta Sinfo
nía directamente hasta sus sentimientos respecto de la guerra. Si bien Nielsen negó todo intento de programa, la confrontación hostil de los opuestos dentro de la sinfonía es innegablemente bélica. Si bien semejante manifestación es demasiado vaga para decirnos mucho sobre las intenciones del com
positor o sobre su música, es verdad que sus obras en gran escala de la década de 1920 abrieron nue
vos territorios y adquirieron una profundidad que sólo se atisbaba en las anteriores. Están entrelaza
das más apretadamente son más punzantes, más polifónicas, más dramáticas que sus piezas anterio
res a la guerra. Nielsen también estaba interesado en componer música de absoluta simplicidad, co
mo las canciones y los himnos populares. La melodía directa que se encuentra en partes de la sinfo
nía puede relacionarse con esta actitud hacia el público en general. Laestuctura singularmente pode
rosa de la sinfonía proviene directamente de la interacción de la simplicidad de tipo folclórico y el es
tilo sinfónico intensamente disonante de los años de Nielsen posteriores a la guerra.
La Quinta Sinfonía está concebida en una forma singular, apropiada a la idea dramática de la obra pe
ro diferente de la estructura de una sinfonía clásica. La sinfonía explora la confrontación de dos esta
dos de ánimo, dos personalidades, dos estéticas; la consonante armónica y tranquila frente a la diso
nante, contrapuntística e intensa. Povl Hamburguer,al escribir sobre las sinfonías de Nielsen, caracte
riza estas tendencias como lo constructivo y lo destructivo: "Los impulsos básicos parecen brotar de la... idea de la lucha por la vida, el eterno conflicto entre las fuerzas constructivas y las destructivas...
el conflicto, la tensión entre barbarie y civilización, entre caos y orden."
Dze modo similar, el compositor Robert Simpson, en su original libro Carl Nielsen, Sinfonista, consi
dera que la Quinta Sinfonía expresa "el conflicto del hombre, en el que sus instintos progresistas y constructivos están en guerra con otros elementos(también humanos) que lo confrontan con la indife
rencia o la oscuridad toral. Nielsen descubrió que podía reflejar este drama de mejor modo en una obra de dos movimientos, el primero de los cuales debe contener el enigma del conflicto mismo y el segundo, ser un final que se elevaría desde las cenizas en un gran manantial de energía generadora. In
cluso este final no está libre de dificultades, pero demuestra ser definitivamente irresistible".
El primer movimiento comienza tentativamente con una oscilación de la viola. Este movimiento per
petuo continúa hasta que se convierte en una obsesión. Las melodías tratan de invadirla, pero repetida
mente caen en la mera figuración. El movimiento se desarrolla de modo doloroso y lento, generando un terror hipnótico. Las fuerzas destructivas hacen su entrada a manera de una ráfaga de notas(inicial
mente acompañadas por un redoble de platillos) y, luego, un ritmo obsesivo de un tambor militar. Es
ta música militar genera una barbarie casi caótica, que se desvanece aparentemente antes de alcanzar
todo su potencial. Un adagio en las cuerdas trae las fuerzas constructivas. El lirismo que sigue es un contraste conmovedor respecto del que lo ha precedido, pero no logra remplazar simplemente la in
quietud de la apertura. El elemento destructivo hace su intrusión y se desata una verdadera batalla. Cuando la ráfaga obsesiva regresa en los vientos, la música del adagio pasa de las cuerdas a los bron
ces a fin de reunir fuerza. Este movimiento precipita un conflicto mayor, ya que el elemento perturba
dor ahora puede invadir las cuerdas. La fuerza oscura trae otra vez su alma elemental, el tambor mili
tar. Al principio su ritmo compulsivo suena en su propio tiempo independiente y luego la ofensiva del tambor culmina en la improvisación del ejecutante del mismo"como para detener a toda costa el avan
ce de la orquesta".Finalmente, gana el adagio lírico y el movimiento se aquieta casi pacíficamente con una cadenza del clarinete. Sin embargo,el clarinete está acompañado por un tambor militar que ha sido recientemente quietado y que todavía está obsesionado con su ritmo destructivo.
La reconciliación al final del primer movimiento es una paz intranquila.Se ha ganado una batalla, pe
ro no la guerra. Las fuerzas destructivas se han retirado de la escena demasiado fácilmente como para admitir la derrota total. El segundo movimiento comienza con un allegro enérgico, completamente ale
jado de las luchas del movimiento precedente. El caos entra furtivamente y socava esta sección, obli
gándola a incurrir en repeticiones sin dirección y en un increíble perpetuum mobile de las cuerdas. La
sección termina prematuramente, dando paso a una larga transición hacia una fuga rápida. La corrien
te subterránea de las fuerzas destructivas aparece en la superficie cuando interrumpen el clarinete y
los timbales. Cuando más trata la música de continuar de cara a estos obstáculos, más frenética se vuelve, llegando al final a un frenesí demoniaco y desplomándose,otra sección termina prematuramen
te.Una segunda fuga, esta vez un andante, trata ahora de impulsar la música hacia adelante. Es inten
sa y disonante, pero no es destructiva y por lo tanto no es necesaria su destrucción. Al final se logra una síntesis. La música trasciende el campo de batalla para lograr unidad más allá de las fuerzas cons
tructivas y destructivas. Por primera vez la sinfonía puede avanzar directamente hacia una nueva sec
ción, sin necesidad de una transición mediadora. La sección final es un allegro que recapitula libre
mente la apertura del movimiento. Esta última parte lleva en sí triunfalmente el espíritu  de la exalta
ción y la síntesis. Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.






                                                                             




                                                          Sinfonía Número 5, Opus 50





                                                                       Carl Nielsen
                                                                               

                                                     











1 comentario:

  1. Querida Elvi, escuché a este señor, Carl Nielsen, al que no tenía el gusto, y me gustó. Debo confesarte que en música sinfónica contemporánea estoy muy verde, por eso me viene bien que alguien me provoque.Ya te iré diciendo que cosas hago con mi grupo de música del Renacimiento, seguramente te interesará también esta música. nos vemos o nos blogeamos Ciao

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