LA MÚSICA Y SU MUNDO

viernes, 24 de mayo de 2019

Concierto Número 3 en Re menor para Piano y Orquesta, Op 30 de Sergei Rachmaninoff


                          Concierto Número 3 en Re menor para Piano y Orquesta, Op 30

El Tercer Concierto para Piano fue compuesto durante el verano de 1901. El compositor interpretó el estreno con la Orquesta Sinfónica de Nueva York, dirigida por Walter Damrosh, el 28 de noviembre de 1909.
Rachmaninoff compuso su Tercer Concierto en su finca de verano Ivanovka. Necesitaba un nuevo concierto para tocarlo en su próxima gira por Estados Unidos. Había decidido ir a Norteamérica con algunas dudas, ya que los norteamericanos no le agradaban en particular. Se quejaba de que ellos siempre y exclusivamente estaban pensando en negocios. Sin embargo,fue por razones económicas por las que el compositor planeó su gira por Norteamérica ;quería reunir dinero para comprarse un coche. Estaba fascinado por la novedad del automóvil y le encantaba conducir por el campo.
Rachmaninoff estuvo demasiado ocupado escribiendo el concierto para poder aprender a tocarlo an
tes de partir hacia el Nuevo Mundo.Por lo tanto se llevó en el barco un teclado mudo, en el cual prac
ticaba silenciosamente todos los días.Para cuando la nave llegó a Nueva York, sabía la parte solista.
Rachmaninoff anotó los acontecimientos que rodearon las primeras presentaciones del concierto:
Mi Tercer Concierto fue escrito especialmente para Estados Unidos y debía tocarlo por primera vez en Nueva York bajo la dirección de Walter Damrosh...Inmediatamente después lo repetí en Nueva
York, pero bajo la batuta  de Gustav Mahler. En aquella época, Mahler era el único director a quien consideraba merecedor de ser puesto a la misma altura que Nikisch. Tocó directamente mi corazón de scompositor consagrándose a mi concierto hasta que el acompañamiento, que es bastante complicado,
estuviera ensayado hasta el punto de la perfección, aunque ya había pasado largo tiempo de ensayo. Según Mahler, cada detalle de la partitura era importante, una actitud que desafortunadamente es rara
entre los directores.
El ensayo empezaba a las diez de la mañana. Podía unirme a ellos a las once y llegaba a tiempo. Pero
no comenzábamos a trabajar hasta las doce, cuando apenas quedaba media hora, durante la cual yo ha
cía lo máximo que podía para tocar una composición que por lo general dura treinta y seis minutos.To
cábamos y tocábamos. Hacía rato que había pasado la media hora, pero Mahler no le prestaba la más mínima atención a este hecho... Cuarenta y cinco minutos más tarde, Mahler anunció:"Ahora repetire
mos el primer movimiento." Mi corazón se congeló Esperé una terrible broncas o al menos una acalo
rada protesta de parte de parte dela orquesta. Esto ciertamente hubiera ocurrido en cualquier otra or
questa,pero aquí no noté ni una señal de disgusto. Los músicos tocaron el primer movimiento con una dedicación entusiasta o incluso aun más precia que la vez anterior. Fue hasta el atril del director y jun
tos examinamos la partitura.Los músicos de los últimos asientos empezaron tranquilamente a guardar sus instrumentos y a desaparecer. Mahler explotó.
-¡Qué significa esto!
El primer violín:-Es ma´s de la una y media, Maestro.
-¡Eso no hace ninguna diferencia!¡Mientras yo esté aquí sentado ningún músico tiene derecho a levan
tarse!
Durante su gira por Norteaméria, Rachmaninoff tocó su Segundo Concierto con la Orquesta Sinfóni
ca de Cincinnati, dirigida por Leopoldo Stokowsky. Durante una segunda gira por Norteamérica, rea
lizada ocho años más tarde, se le ofreció el cargo de director de esa orquesta. Aunque necesitaba de
sesperadamente el dinero(sus recursos financieros habían sido confiscados durante la Revolución Ru
sa), declinó esta oferta,así como una que recibió de la Sinfónica de Boston para dirigir ciento diez con
ciertos en treinta semanas. Consideraba que no sabía lo suficiente del repertorio orquestal para conver
tirse en un director regular de una orquesta de importancia.
Aunque finalmente fijó su residencia en Estados Unidos,las impresiones de Rachmaninoff respecto de este país durante la primera gira no fueron demasiado favorables. Escribió en su casa:
Estoy hastiado de Norteamérica y ya he tenido suficiente de este país. Tan sólo imagínate:¡presentar conciertos casi todos los días durante tres meses! He tocado exclusivamente mis propias composicio
nes. He tenido un gran éxito y se me han pedido bises hasta siete veces. Lo que constituye una gran cosa, teniendo en cuenta cómo es el público de aquí. Es un público notablemente frío,y está mal acos
tumbrado por las presentaciones que hacen los artistas visitantes de primera clase. Este público siem
pre busca algo extraordinario, algo diferente del último solista visitante. Sus periódicos siempre con
mentan cuántas veces el artista fue llamado a saludar y para el gran público ese es el criterio para me
dir el talento de uno, con su permiso.
El Tercer Concierto comienza con una melodía lírica en el piano solista, acompañado por la orquesta.
Joseph Yasser, un organista musicólogo que era amigo del compositor, creía que esta melodía clara
mente rusa derivaba de un canto antiguo de la iglesia ortodoxa rusa, cantado en el Monasterio de la
Cruz, cerca de Kiev. Yasser escribió un artículo un artículo intrincado en que se dedicó a demostrar el origen litúrgico del tema de Rachmaninoff. El compositor negó la influencia, pero Yasser fue tan le
jos como para demostrar que Rachmaninoff muy bien podía haber oído la melodía años antes, en Kiev, y por lo tanto, haberla recordado subconscientemente.
A medida que se desarrolla el primer movimiento, el piano llega a dominar cada vez más, culminan
do en una cadenza amplia. (Rachmaninoff verdaderamente compuso dos cadenzas alternativas, una más larga y fuerte que la otra. Cuando actuaba como pianista usaba ambas en diferentes ocasiones.)
La cadenza desarrolla el material melódio principal, de un modo que el regreso que sigue a la apertu
ra del concierto no necesita extenderse en sus temas durante muchotiempo.Este regreso sirve menos como recapitulación elaborada que como epílogo, después de que el predominio creciente del instru
mento solista ha agotado su curso.
Como para compensar el predominio del piano en el primer movimiento, Rachmaninoff lo mantiene en reserva hasta bien entrado  el segundo movimiento lírico. La sección media de este movimiento es un scherzo, cuyo movimiento es una hábil transformación del tema principal del primer movimiento.
El final rapsódico es un estado sobre texturas del piano. El instrumento solista está tratado con maravi
llosa variedad. La profunda comprensión que tenía Rachmaninoff de su instrumento dio como resulta
do el más pianístico de los movimientos. Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.





                                                                         




                                                                           

                                                                     Sergei Rachmaninoff





No hay comentarios:

Publicar un comentario