Concierto nº 1 en Sol menor para Violín y Orquesta
El primer concierto para Violín fue bocetado en 1857 en Colonia y terminado en 1866 en Coblenza.
Otto von Königslow estrenó la obra, bajo la dirección de Bruch, en un concierto a beneficio de la Socie
dad de Mujeres Evangélicas de Coblenza, el 24 de abril de 1866. Posteriormente la obra fue revisada y
su versión final fue estrenada por el violinista Joseph Joachim, en el mes de octubre de 1867.
Bruch vivió una vida extremadamente larga y creativa. Empezó a componer a los 11 años con algunas
piezas de cámara y una apertura orquestal, y sus últimas obras un conjunto de canciones con piano y
una gran obra para coro y orquesta-fueron escritas poco antes de su muerte, a la edad de 83 años.
La primera instrucción la recibió de su madre, una profesora de música y soprano muy conocida. Cuan
do tenía 12 años, Bruch compuso una sinfonía y ganó un premio por un cuarteto de cuerdas. El dinero del premio le permitió estudiar composición, teoría y piano, con alguno de los profesores más importan
tes de su Colonia natal. A los 20 años, él mismo ya está empleado como profesor y había compuesto la primera de sus tres óperas. Salió de Colonia en 1861 y viajó mucho, estableciéndose finalmente en Co blenza, donde aceptó un puesto de director musical. Más tarde se mudó a Sondershausen, a Berlín, a Bonn, Liverpool Y a Brelan. En estas últimas dos ciudades ocupó cargos de director de las orquestas lo cales. En 1891 por fin logró cierto grado de fama, al ser nombrado profesor de composición en la Acade mia de Berlín, un cargo que mantuvo hasta que se jubiló en 1910. También prestó servicios como vice presidente de la Academia después de la muerte del violinista Joseph Joachim, en 1907.
La mayor parte de la música de Bruch se escucha muy poco en la actualidad. Durante su vida, sus gran des obras corales seculares fueron consideradas como sus composiciones más significativas, pero hoy es recordado principalmente por sus piezas para violín y el Kol Nidre y Shelomo, para violonchelo y or questa. Sus obras para violín y orquesta incluyen tres conciertos, la Fantasía Escocesa y seis piezas me nores.
Es difícil comprender el porqué de los diferentes grados de popularidad de estos tres conciertos. Todos
ellos son obras armoniosas, competentes e idiomáticas que utilizan el solo instrumental tanto en los pa
sajes líricos como en los brillantes; sin embargo, el primero ha sido durante mucho tiempo el concierto favorito, el Segundo se ejecuta raramente y el Tercero es prácticamente desconocido.
Bruch escribió lo siguiente con respecto a su interés por el violín:
" En mi juventud estudié violín durante 4 o 5 años y, aunque no me convertí en un ejecutante adepto,
aprendí a conocer y a amar el instrumento. El violín me parecía, incluso en aquella época, el rey de los instrumentos y fue muy natural que desde joven me sintiera inclinado a escribir para él. Así que mi Pri mer Concierto, Opus 26, que fue introducido al mundo musical por Joseph Joachim durante la tempora da de 1867-1868, creció gradualmente. Por lo que puedo recordar, en esa época no era mi intención es cribir más obras para violín y, de hecho, durante años me dediqué a escribir composiciones de fama grande para coro y orquesta. En 1873 escribí Odiseo y en 1875 Arminius( que es más conocido en Nor teamérica que en Alemania). y en 1877 El Canto de las Campanas. Durante el año 1877 trabé conocimiento con el eminente violinista español Pablo de Sarasate, en la época en que su estrella estaba en ascenso en Alemania. Estuvimos juntos mucho tiempo y nos hicimos buenos amigos y fue en res puesta a una urgente petición suya que escribí parta él, en 1877, mi Segundo Concierto en Re menor, Opus 44 y en 1880 la Fantasía Escocesa. Después de un intervalo considerable, en 1890, compuse el Tercer Concierto en Re menor, Opus 58, para Joachim, quien lo estrenó el 31 de mayo de 1891 en un festival de música que di en Dússeldorf. Nunca tuve especial interés en el piano y escribí sólo un poco para este instrumento en mi juventud. Yo estaba destinado, por naturaleza, a escribir composiciones para la voz y siempre estudié el canto con especial interés y he estado relacionado con cantantes durante mucho tiempo. Esta tendencia por supuesto también se manifiesta en mis obras para violín".
La versión revisada del Primer Concierto está dedicada a Joachim, quien proporcionó valiosos consejos
para volver a modelar la obra. Debido a su apertura poco ortodoxa( el violín hace una ejecución de tipo rapsodia en alternancia con frases en acordes) y debido a que se elude la forma sonata en el movimiento de apertura, Bruch deseaba llamar a la pieza " Fantasía" en lugar de "Concierto". Joachim le disuadió, señalando la estructura sólidamente clásica de los otros movimientos.
tes de su Colonia natal. A los 20 años, él mismo ya está empleado como profesor y había compuesto la primera de sus tres óperas. Salió de Colonia en 1861 y viajó mucho, estableciéndose finalmente en Co blenza, donde aceptó un puesto de director musical. Más tarde se mudó a Sondershausen, a Berlín, a Bonn, Liverpool Y a Brelan. En estas últimas dos ciudades ocupó cargos de director de las orquestas lo cales. En 1891 por fin logró cierto grado de fama, al ser nombrado profesor de composición en la Acade mia de Berlín, un cargo que mantuvo hasta que se jubiló en 1910. También prestó servicios como vice presidente de la Academia después de la muerte del violinista Joseph Joachim, en 1907.
La mayor parte de la música de Bruch se escucha muy poco en la actualidad. Durante su vida, sus gran des obras corales seculares fueron consideradas como sus composiciones más significativas, pero hoy es recordado principalmente por sus piezas para violín y el Kol Nidre y Shelomo, para violonchelo y or questa. Sus obras para violín y orquesta incluyen tres conciertos, la Fantasía Escocesa y seis piezas me nores.
Es difícil comprender el porqué de los diferentes grados de popularidad de estos tres conciertos. Todos
ellos son obras armoniosas, competentes e idiomáticas que utilizan el solo instrumental tanto en los pa
sajes líricos como en los brillantes; sin embargo, el primero ha sido durante mucho tiempo el concierto favorito, el Segundo se ejecuta raramente y el Tercero es prácticamente desconocido.
Bruch escribió lo siguiente con respecto a su interés por el violín:
" En mi juventud estudié violín durante 4 o 5 años y, aunque no me convertí en un ejecutante adepto,
aprendí a conocer y a amar el instrumento. El violín me parecía, incluso en aquella época, el rey de los instrumentos y fue muy natural que desde joven me sintiera inclinado a escribir para él. Así que mi Pri mer Concierto, Opus 26, que fue introducido al mundo musical por Joseph Joachim durante la tempora da de 1867-1868, creció gradualmente. Por lo que puedo recordar, en esa época no era mi intención es cribir más obras para violín y, de hecho, durante años me dediqué a escribir composiciones de fama grande para coro y orquesta. En 1873 escribí Odiseo y en 1875 Arminius( que es más conocido en Nor teamérica que en Alemania). y en 1877 El Canto de las Campanas. Durante el año 1877 trabé conocimiento con el eminente violinista español Pablo de Sarasate, en la época en que su estrella estaba en ascenso en Alemania. Estuvimos juntos mucho tiempo y nos hicimos buenos amigos y fue en res puesta a una urgente petición suya que escribí parta él, en 1877, mi Segundo Concierto en Re menor, Opus 44 y en 1880 la Fantasía Escocesa. Después de un intervalo considerable, en 1890, compuse el Tercer Concierto en Re menor, Opus 58, para Joachim, quien lo estrenó el 31 de mayo de 1891 en un festival de música que di en Dússeldorf. Nunca tuve especial interés en el piano y escribí sólo un poco para este instrumento en mi juventud. Yo estaba destinado, por naturaleza, a escribir composiciones para la voz y siempre estudié el canto con especial interés y he estado relacionado con cantantes durante mucho tiempo. Esta tendencia por supuesto también se manifiesta en mis obras para violín".
La versión revisada del Primer Concierto está dedicada a Joachim, quien proporcionó valiosos consejos
para volver a modelar la obra. Debido a su apertura poco ortodoxa( el violín hace una ejecución de tipo rapsodia en alternancia con frases en acordes) y debido a que se elude la forma sonata en el movimiento de apertura, Bruch deseaba llamar a la pieza " Fantasía" en lugar de "Concierto". Joachim le disuadió, señalando la estructura sólidamente clásica de los otros movimientos.
El primer movimiento de este concierto romántico realmente no contiene temas amplios. El motivo de los vientos de madera de la apertura vuelve en muchos contextos para ligar el movimiento, pero no es exactamente una línea melódica. Las figuraciones donde interviene el violín introducen el instrumento y sus posibilidades, pero son demasiado floridas para ser melódicas. Una vez que finaliza la introducción, un nuevo motivo- un ritmo simple y tranquilo en los instrumentos bajos- se hace cargo como una co
rriente subterránea casi constante. La música crece en agitación, mientras el solo de violín aporta acor
des fogosos, hasta que se produce una suave vuelta a la apertura del movimiento. Esta vez la entrada de toda la orquesta encamina la música en una dirección tonalmente nueva, como preparación para el seg
gundo movimiento.
Después de esta transición el instrumento solista vuelve a hacer su entrada con una línea melódica líri
ca. El segundo movimiento establece así inmediatamente la cualidad melódica que está ausente del pri
mero. Este tema de apertura da lugar a una segunda tonada de aun mayor belleza. A pesar del lirismo de esta pieza, el violín solista ejecuta algunos pasajes notables de notas rápidas.
El final comienza con murmullos en los instrumentos bajos, que sugieren la reaparición del primer te
ma. El solo del violín hace su entrada con la primera presentación completa de esta melodía tipo gitano, ejecutada con gran elegancia por los cuatro tipos de instrumentos de cuerdas. Luego de un desarrollo
considerable de esta melodía impetuosa e irresistible, se escucha una segunda tonada más expansiva. Es
tos dos temas se alternan. Hacia el final, el tema principal retorna dos veces, en tonalidades inesperadas. Los pocos compases finales constituyen un presto furioso.
El concierto es una muestra hipnotizante del virtuosismo del violín. Bruch utilizó cuerdas abiertas, regis
tros altos, acordes con cuatro notas, rápidas pisadas dobles y triples, etc, con gran conocimiento. La
obra que resulta es el sueño de todo virtuoso. Cuando está bien ejecutada, exhibe el instrumento con gran ventaja. La pieza también es dramática, ardiente y melódica, y de este modo sigue siendo muy bien recibida entre solistas y audiencias por igual.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathn Kramer. Foto subida en Internet.
Concierto Número1 en Sol menor para Violín y Orquesta, Opus26 de Max Brunch
Max Brunch
tros altos, acordes con cuatro notas, rápidas pisadas dobles y triples, etc, con gran conocimiento. La
obra que resulta es el sueño de todo virtuoso. Cuando está bien ejecutada, exhibe el instrumento con gran ventaja. La pieza también es dramática, ardiente y melódica, y de este modo sigue siendo muy bien recibida entre solistas y audiencias por igual.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathn Kramer. Foto subida en Internet.
Concierto Número1 en Sol menor para Violín y Orquesta, Opus26 de Max Brunch
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