LA MÚSICA Y SU MUNDO

viernes, 8 de abril de 2016

Sinfonía nº 5 en Si bemol mayor de Anton Bruckner


                                                     Sinfonía nº 5 en Si bemol mayor

La Quinta Sinfonía fue compuesta entre el 14 de Febrero de 1875 y el 16 de mayo de 1876. Bruckner
inició una revisión a principios de 1877, que finalizó el 4 de enero de 1878. Franz Schalk dirigió el es
treno el 8 de abril de 1894, en Graz.
Cuando en 1932, se empezaron a publicar y ejecutar las versiones originales de Bruckner, el mundo musical se sorprendió ante las diferencias entre las revisiones que habían sido aceptadas como música de Bruckner y lo que el compositor verdaderamente había intentado producir. Numerosas distorsiones
habían sido introducidas en sus  partituras por editores bien intencionados y por el propio Bruckner. Como carecía de confianza en sí mismo y era sumamente autocrítico, el compositor revisaba las obras
repetidas veces, a menudo en detrimento de las mismas.
Apenas había terminado Bruckner la Quinta Sinfonía cuando empezó a revisarla, terminando este pro
ceso dos años más tarde, en 1978. Estas revisiones no fueron esenciales. Incluso en su estado mejora
do, la partitura no fue interpretada durante muchos años. Como el compositor nunca volvió sobre ella,
podría suponerse que los problemas editoriales de la Quinta fueron menos molestos que los de las de
más sinfonías de Bruckner. No fue así. Manos ajenas al compositor se metieron con la pieza.
Una ejecución de una reducción para dos pianos, realizada por Joseph Schalk y Frank Zottman en 18
87, despertóde la Q interés en la posibilidad de hacer una interpretación orquestal de esta obra masiva.
En 1894 Franz Schalk se atrevió a dirigir la pieza en Graz. Pero era reacio a usar la partitura de Bruck
ner. Se sintió obligado a efectuar amplias revisiones: cortes, nuevas orquestaciones, cambios de ritmo,
etc. Las motivaciones de Schalk estaban más allá de todo reproche.: deseaba que  la sinfonía fuera
apreciada, pero al mismo tiempo temía que resultara demasiado larga y demasiado austera en su forma
original. De hecho, la hizo sonar como música suntuosa de Wagner, que estaba de moda en aquella épo
ca. Schalk agregó un coro de bbronces adicional al coral que corona el final: un efecto espectacular, sin
duda, pero de ningún modo apropiado para la sinfonía o para su compositor. El director eliminó 122 de los 635 compases del último movimiento, además de hacer cortes en los otros movimientos. El re
sultado fue que la sinfonía perdió alrededor de veinte minutos lo cual constituía la longitud de muchas
sinfonías completas de compositores más antíguos. Prácticamente no hay ningún compás de la Quin
ta de Bruckner que Schalk haya dejado sin tocar.
Al compositor le quedaban dos años de vida en el momento en que Schalk hizo su interpretación. Bruckner estaba demasiado enfermo para viajar a presenciarla y demasiado ocupado tratando de con
cluir la Novena Sinfonía como para molestarse con las modificaciones de Schalk. Nunca las aprobó ni las desaprobó, porque ni siquiera las miró. Parecía haber comprendido aunque demasiado tarde, que el tiempo dedicado a reelaborar viejas piezas era tiempo que se quitaba a la posibilidad de terminar la Novena.
Schalk creía que le estaba haciendo un verdadero favor a la música y a su compositor. Escribió a Bruckner después de la función:
"Honrado maestro, seguramente se habrá enterado usted de la enorme impresión que ha causado su grande y maravillosa Quinta. Sólo puedo agregar que esa noche permanecerá entre mis recuerdos más
maravillosos a lo largo de toda mi vida. Profundamente conmovido, me sentí caminando dichosamen
te en los reinos de la grandeza eterna. Nadie que no lo haya oído puede imaginar el aplastante poder del final. Así que, mi querido maestro,dejó mi admiración a sus pies con ardiente entusiasmo y hago llegar mis loas la creador de semejante obra".
Bruckner sabía antes de empezar a componer la Quinta Sinfonía que era poco probable que la ejecuta
ra. La Primera, Segunda y Tercera Sinfonías habían sido rechazadas repetidas veces por la Filarmóni
ca de Viena. La Cuarta Sinfonía fue objeto de una lectura de prueba antes de ser rechazada también. Se la llamó " idiota" y se aconsejó al compositor que se deshiciera de sus manuscritos y tratara de ganar
se la vida haciendo arreglos para piano de las Sinfonías de otros compositores.
Bruckner se sintió herido por estos rechazos. Debido a ellos creció su manía de revisar sus obras ante
riores, pero también se embarcó obcecadamente en la composición de la Quinta Sinfonía.
Fue una época difícil para el compositor. Su situación financiera era precaria. Había perdido uno de sus puestos de docente y debía arreglárselas con un empleo pobremente pagado en el Conservatorio de Viena más unos pocos ingresos suplementarios que provenían de estudiantes privados.
"Lo único qsue tengo es mi cargo en el Conservatorio, con cuyos ingresos encuentro imposible subsis
tir. Me he visto obligado a pedir préstamos una y otra vez o de lo contrario aceptar la alternativa de morir de hambre. Nadie me ofrece ayuda. El ministro de Educación hace promesas, pero nada más.Si
no fuera por unos pocos extranjeros que estudian conmigo, debería convertirme en un mendigo. Si al
guna vez hubiera soñado que ocurrirían estas cosas terribles, ningún poder sobre la tierra me hubiera inducido a venir a Viena. ¡ Oh, qué feliz sería si pudiera volver a un antiguo puesto en Linz!"
Finalmente, un amigo le encontró un puesto para enseñar piano en un seminario para maestras. Pero sus rudos modales campesinos fueron mal interpretados por dos estudiantes que le acusaron pública
mente de haberlas insultado. Se probó su inocencia, pero no antes de que el incidente fuera publicado en la prensa. Como consecuencia de la publicidad desfavorable, fue trasladado a la sección masculina
del seminario y su remuneración se redujo. Poco tiempo después su cargo fue abolido. Se presentó re
petidamente en la Universidad de Viena solicitando cargos docentes, pero siempre se le rechazó. Inge
nuamente, el compositor escribía en sus cartas de solicitud que deseaba el trabajo para tener tiempo para componer. La universidad, estaba más interesada en la gente que quisiera ocupar todo su tiempo en la enseñanza. Finalmente, con la ayuda de cierta publicidad periodística( esta vez favorable), Bruck
ner recibió un nombramiento en la facultad, pero no era remunerado. Así que lo que ganó no fue un aumento de sus ingresos sino solamente una mengua en el tiempo libre para componer.
No obstante, Bruckner disfrutaba de su cargo en la Universidad. Le gustaba dar conferencias y apre
ciaba la compañía de la gente que le valoraba a él y a su música. Pero sus finanzas seguían siendo rui
nosas. Se presentó a solicitar un trabajo como director musical de una iglesia, pero fue rechazado. Fi
nalmente sus posibilidades mejoraron en 1878, cuando fue elegido como miembro de la Capilla Impe
rial, convirtiéndose de este modo en candidato para recibir una remuneración anual.
Con poco tiempo para trabajar de modo ininterrumpido y con pocas razones para sentirse optimista, Bruckner compuso la Quinta Sinfonía. La dedicó a Karl, el ministro de Educación que había tratado de conseguirle un cargo remunerado en la universidad. Bruckner tenía razón respecto del futuro de la sin
fonía. Tardó quince años en ser ejecutada y él nunca la escuchó. Pero el compositor erra resistente.
Simplemente continuó componiendo una sinfonía tras otra.
De mi libro " Invitación a la música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.



                                                   Sinfonía nº 5 en Si bemol mayor




                                                   

                                                            Anton Bruckner














                                                                     





                                                                         

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