Concierto Número 1 en Sol mayor para Flauta y Orquesta,K.313,Concierto Número 2 en Re mayor para Flauta y Orquesta, K. 314 y Concierto en Do mayor para Oboe y Orquesta, K. 314
El Concierto para Oboe fue compuesto en Salzburgo en el verano de 1777. El oboísta que lo interpre
tó fue Giuseppe Ferlendis. Los dos Conciertos para Flauta fueron compuestos en enero o febrero de 1778, en Mannheim. El segundo Concierto para Flauta es esencialmente idéntico al concierto para Oboe.
Tanto Mozart como su padre fueron empleados por el Arzobispo Colloredo de Salzburgo. El Arzobis
po no sentía simpatía por ninguno de los dos y ellos a su vez sentían aversión por sus cargos. En 1777, la familia decidió que Wolfgang hiciera una gira por las capitales musicales de Europa, con la esperanza de que pudiera ganarse mejor la vida a través de las interpretaciones, la enseñanza y los encargos, Leopoldo se quedó en Salzburgo, de modo que hubiera por lo menos un ingreso estable. Poco después de partir Wolfgang compuso un Concierto para Oboe, para el salzburgués Giuseppe Ferlandis.
Mozart había sido bien recibido en las Cortes de todo el continente en sus primeros años, cuando se le consideraba un niño prodigio, pero ahora tenía 21 años y era tan sólo otro músico más. Sus viajes fue
ron una serie de fustraciones y desilusiones. No logró obtener ningún cargo y recibió bien pocos en
cargos.
La madre de Mozart le acompañaba, pues Leopoldo no confiaba en su hijo para cuestiones prácticas como encontrar alojamiento,preparar el equipaje adecuadamente y arreglar el transporte. Más exacta
mente, la madre de Mozart debía tratar de refrenar la inclinación de su hijo a las picardías y a la con
ducta obscena, nada delo cual hubiera ayudado a obtener un empleo.Primero fueron a Munich y, cuan
do allí no pasó nada, continuaron ahsta Mannheim. En aquella época,la Orquesta de Mannheim era re
conocida como la mejor del mundo. Mozart se hizo amigo de varios miembros de la orquesta inclu
yendo al flautista Johann Baptist Wendling y el oboista Friedrich Ramm. El compositor le dio a Ramm una copia del concierto que había escrito pocos meses antes en Salzburgo.Ramm quedó encan
tado e interpretó la obra en Mannheim en numerosas ocasiones.
Durante un tiempo, Mozart creyó que iba a obtener un puesto en la corte del elector Carl Theodor, pe
ro no logró nada de eso. Su espíritu estaba tan deprimido como sus finanzas. Su amigo, el flautista Wendling, le ayudó presentándole a un intérprete de flauta holandés aficionado, de nombre De Jean, quien le encargó a Mozart que escribiera tres conciertos "breves y fáciles" y cuatro cuartetos para flau
ta y cuerdas.
El compositor estaba ansioso por recibir los doscientos florines que le habían prometido, pero se mos
traba reacio a emprender ese proyecto bastante grande de componer siete piezas de varios movimien
tos. Una de las razones de su letargo para componer era lo mucho que le disgustaba la flauta. Otra fue
la cantidad de tiempo que pasaba tratando de seducir a la soprano Aloysia Weber. Ella nunca estuvo interesada en Mozart en un sentido romántico, pero él no abandonaba fácilmente.(Terminó por casar
se con la hermana de la cantante, Constanze.) Leopoldo se puso furioso cuando se enteró de la actitud
despreocupada de su hijo, a pesar de lo muy real que era la amenaza de la pobreza. Escribió airado:
"¡Usa tu tiempo para llevar a cabo los encargos rápidamente! "Wolfgang respondió defensivamente:
"Aquí no tengo una sola hora de paz. Únicamente puedo componer de noche y de ese modo no me puedo levantar temprano. Además, uno no está dispuesto a trabajar en todo momento. Es cierto que podría garrapatear todo el día, pero una pieza de música sale al mundo y, después de todo, no deseo sentirme avergonzado de que mi nombre aparezca en ella. Y como sabes, me siento muy inhibido cuando tengo que componer para un instrumento que no puedo soportar. "Habiéndose resignado a la falta de empleo en Mannheim, Mozart estaba preparado para mudarse a París. Le dijo a De Jean que terminaría el encargo allí y que le enviaría la música, pero el holandés se estaba impacientando. Mo
zart le dio lo que estaba terminado: tres de los cuatro cuartetos y dos de los tres conciertos. Uno de los conciertos, el Concierto en Sol mayor, no era ni breve ni fácil. El otro concierto resultó ser una trans
cripción, con sólo pequeñísimas modificaciones, del Concierto para Oboe que Friedrich Ramm ya ha
bía estado interpretando por todo Mannheim. El Tercer Concierto para Flauta jamás fue compuesto. El
holandés, para nada satisfecho, le dio a Mozart apenas 96 florines.
Si De Jean recibió una menor cantidad de música que la que había convenido, también hay que reco
nocer que recibió mayor sustancia musical en el Primer Concierto de lo que podía haber esperado. Es una obra importante. En su gracioso uso de la flauta, no oímos ningún rastro del disgusto que el com
positor sentía por el instrumento. Mozart era un completo profesional, capaz de dejar de lado sus pre
juicios para crear una obra de primer nivel, una vez que encontrara la oportunidad de escribirla. Qui
zás la intensidad la intensidad del primer movimiento fue demasiado para De Jean y quizás el virtuo
sismo del final-con sus carrerillas rápidas y saltos amplios-fue un desafío demasiado grande para un intérprete aficionado. Sin embargo, aún cuando De Jean no pudiera hacerle justicia al concierto, con toda seguridad los flautistas posteriores si lo han hecho. Ha ocupado el lugar que por derecho le co
rresponde entre el puñado de obras importantes para flauta y orquesta.
De Jean se debió haber sentido más cómodo tocando el Segundo Concierto. Como originariamente fue escrito para Oboe, no utiliza los registros más altos de la flauta( lo cual está más allá de las posibilida desvdel oboe). Ya, como Ferlendis, el oboísta para quien fue escrito, no era el virtuoso más con
sumado, el concierto no es tan deslumbrante como su compañero en Sol mayor. Pero es una obra be
lla y elegante que constituye una parte importante del repertorio para flauta.
Tanto la versión para flauta como la versión para oboe del K. 314 se interpretaron a menudo en Mannheim y en París. En 1783 Mozart presentó una copia del Concierto para oboe al oboísta de Es
terházy, Anton Meyer, quien interpretó la obra en Viena. Sin embargo, posteriormente se perdieron la partitura y las partes que fueron redescubiertas en Salzburgo, sólo en 1920.
¿Cómo es posible, podemos muy bien preguntarnos, que una obra que es esencialmente la misma, ten
ga éxito como concierto para oboe y también como concierto para flauta? Ambas versiones parecen completamente idiomáticas y ambas parecen utilizar al solista de una manera natural y aceptable. La respuesta es que los conciertos para viento de Mozart están más comprometidos con el lirismo en ge
neral que con las posibilidades virtuosas particulares de cada uno de los instrumentos. Tenía un senti
do de la melodía que trascendía las diferencias entre los instrumentos. La noción de que cada instru
mento de viento necesita su propia clase especial de música, y sólo en ella puede ejecutarse bien, fue una idea posterior. La transcripción era todavía común en el periodo clásico, tal como lo había sido en el barroco. Las líneas melódicas de Mozart que suenan bien, como invariablemente lo hacen, resul
tan atractivas interpretaciones en casi cualquier instrumento.
Concierto Número 1 en Sol mayor para Flauta y Orquesta,K.313
Concierto Número 2 en Re mayor para Flauta y Orquesta,K. 314
Concierto en Do mayor para Oboe y Orquesta,K. 314
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