LA MÚSICA Y SU MUNDO

sábado, 19 de mayo de 2018

Concierto Número 9 en Mi bemol mayor para Piano y Orquesta, K. 271 de Mozart

                       Concierto Número 9 en Mi bemol mayor para Piano y Orquesta, K. 271

El Concierto en Mi bemol mayor fue compuesto en enero en 1777. Mlle Jeunehomme fue probable
mente su primera intérprete, en Salzburgo.
Mozart y su padre,Leopoldo, fueron ambos empleados por el arzobispo Colloredo de Salzburgo. Aun
que durante un cierto tiempo,el mayor de los Mozart estuvo contento con el cargo, sabía que su hijo era un talento excepcional que merecía un nombramiento más importante en uno de los centros musi
cales de Europa, no en la provinciana Salzburgo. Sin embargo, en los muchos viajes al exterior no lo
graron ningún ofrecimiento de empleo y la pareja de padre e hijo siguió al servicio del arzobispo. La situación de ambos se deterioró en 1776. En un intento de economizar, Colloredo cerró su teatro de la
Corte.Además se volvió más exigente en cuanto a los servicios que esperaba de sus músicos.Empezó a molestarse por el modo en el que Leopoldo estaba siempre arrastrando a su hijo a otras partes en busca de un empleo mejor. No quería que sus servidores "anduvieran dando vueltas por ahí como mendigos".
El  resentimiento del arzobispo pronto se convirtió en abierto desagrado. En un ataque de ira le dijo a
Leopoldo que Wolfgang no sabía nada de música y que "debía ir a un conservatorio en Nápoles a fin de aprender algo".
Leopoldo planeó otro viaje en marzo de 1777. Wolfgang había terminado recientemente-para una celebrada pianista llamada Mademoiselle Jeunehomme que hacía una visita desde París-el magistral Concierto para Piano en Mi bemol. El compositor esperaba que esto le ayudara a obtener un presti
gioso cargo en la corte o la iglesia. Trató de vender el concierto a un editor cuando llegó a París die
ciocho meses más tarde, pero el editor no lo compró, probablemente porque la pieza era demasiado inusual. El biógrafo Alfred Einstein la llama "una de las obras monumentales de Mozart, una de esas en las que es plenamente él mismo, en la que no busca congraciarse con su público sino más bien ga
narlo por medio de la originalidad y la audacia. Nunca la sobrepasó". Debido a su poder y singulari
dad Einstein llamó al concierto "la Heroica de Mozart."
El arzobispo no estaba dispuesto a otorgar ni a Mozart ni a su padre el permiso para ir de viaje. Nece
sitaba de sus servicios en las próximas ceremonias por la visita del Emperador. Leopoldo pensó que quizás se podría convencer a Colloredo de que permitiera a Wolfgang ir, mientras el músico mayor se quedaba. La madre de Wolfgang podría acompañarle y tratar de mantener al impulsivo joven fuera de problemas.
Wolfgang solicitó al arzobispo que le despidiera para poder viajar. La respuesta de Colloredo no se hi
zo esperar:ambos , padre e hijo, quedaban despedidos. Leopoldo suplicó que se le volviera a designar.
El arzobispo aceptó las súplicas del mayor de los compositores, pero la autoestima de Leopoldo que
dó considerablemente afectada. Wolfgang aconsejó a su padre "reír de corazón, estar jovial y alegre y siempre recordar, tal como lo hacemos, que  (el arzobispo) es un pelmazo (realmente, Mozart utilizó una palabra más fuerte), pero que Dios es compasivo. El joven compositor y su madre partieron en lo que estaba destinado a ser otra infructuosa búsqueda de trabajo.
Un aspecto de la originalidad del K. 271 es la aparición del piano  en el segundo compás de la pieza. En su libro sobre los conciertos para piano deMozart, Denis Forman sugiere  que la razón de esta aper
tura cautivadora de Mozart quizás haya sido atraer la atención del público de Slazburgo y acallarlo rá
pidamente. Aunque muchos conciertos posteriores presentan en el inicio el instrumento solista, esta práctica era virtualmente desconocida en 1777. Beethoven posteriormente la utilizó en sus Conciertos
Cuarto y Quinto, pero las aperturas de estas piezas se desarrollan de un modo muy diferente respecto del diálogo rápido del K. 271, en el que la orquesta presenta un motivo y el piano contesta con otro.
Estas dos figuras se repiten, y luego el piano queda "en silencio durante el resto de la expedición de la orquesta. Esta intrusión del piano en el primer tutti orquestal tiene sus consecuencias. A lo largo del primer movimiento la relación entre el piano y la orquesta a menudo no sigue la tradición. El piano vuelve a hacer su entrada, por ejemplo, unos pocos compases antes del final del tutti. Toca un trino se
guido por un breve solo, antes de sque vuelva a manifestarse la apertura del movimiento. cuando lle
ga el siguiente tutti orquestal, el piano lo interrumpe. La sección de desarrollo comienza una nueva ex
posición del diálogo de la apertura. En la recapitulación, sin embargo, los papeles se invierten; el pia
no toca el motivo de la orquesta y las cuerdas responden con la figura del piano. La repetición de este
diálogo regresa a la orquestación original con el piano ampliando su motivo mediante una inmersión en las tonalidades de menor.
El hermoso movimiento lento es muy original en un modo diferente. Está en una tonalidad menor, lo cual era extraordinariamente raro en los conciertos de 1777. El comienzo,con las cuerdas en sordina en canon sobre un bajo palpitante, sugiere la época. En los compases finales el biógrafo Einstein escu
cha una clara referencia al recitado.
La originalidad del final reside en la interpolación de un elegante minué-verdaderamente un movimiento separado con cuatro variaciones-en un brillante rondó.
Sería un errror considerar al concierto solamente en términos de sus innovaciones. Tiene una profundi
dad de sentimiento y una elegancia de maneras que son de mucha mayor importancia que sus noveda
des estructurales; son estas cualidades las que han hecho perdurar a este concierto.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. Foto subida de Internet.





                                                                 



                                                                                     

                                                                          Mozart





No hay comentarios:

Publicar un comentario