LA MÚSICA Y SU MUNDO

sábado, 30 de marzo de 2019

Concierto Número 3 en Do mayor para piano y Orquesta,Opus 26 de Sergei Prokofiev


                               Concierto Número 3 en Do mayor para Piano y Orquesta,Opus 26

El Tercer Concierto fue compuesto en Bretaña durante el verano de 1921, utilizando materiales que databan de 1911. Prokofiev fue el solista cuando Frederick Stock dirigió la Orquesta Sinfónica de Chicago en el estreno que se realizó en esa ciudad, el 16 de diciembre de 1921.
Prokofiev trabajó en el Tercer Concierto para Piano durante un largo periodo. Uno de los temas datade 1911, pero sólo en 1916 se decidió a incluirlo en un concierto para piano. En ese momento es
bozó dos temas para el primer movimiento más un tema y dos variaciones para el segundo. Dejó el trabajo de lado pero volvió a él en 1918. Entonces decidió incorporar parte del material de un cuarte
to para cuerdas diatónico que había descartado. Los dos primeros temas  del final del concierto están originados en el cuarteto.
Mientras trabajaba en esos materiales, Prokofiev decidió abandonar Rusia. Solicitó un visado para vi
sitar Estados Unidos. El comisario soviético para la Educación se quedó atónito al saber que el com
positor deseaba abandonar su tierra natal tan pronto, después de la Revolución Rusa, en un momento
que era aclamado como el comienzo de una nueva era. Pero Prokofiev era apolítico, tan indiferente a los soviets como lo había sido a la aristocracia zarista. El comisario le dijo al compositor;"Usted es un revolucionario en la música, nosotros somo revolucionarios en la vida. Debemos trabajar juntos.Pe
ro no me interpondré en su camino si desea ir a Estados Unidos."
El comisario estaba convencido de que Prokofiev se sentiría desilusionado por la forma de vida en un país capitalista. Estaba equivocado. Después de un viaje plagado de dificultades, que supuso 18 días  consecutivos en un tren abarrotado de gente, con poca comida y servicios sanitarios inadecuados, el compositor se embarcó en un largo viaje a través del Pacífico. Siguió trabajando en el Concierto para Piano durante todo el viaje. Cuando llegó a San Francisco, fue detenido e interrogado durante tres días. Las autoridades sospechaban de cualquier bolchevique. Finalmente, a Prokofiev se le permitió entrar en el país. Fue a Nueva York, porque le habían dicho que cualquier artista que tuviera la espe
ranza de producir un impacto en Estados Unidos debía comenzar en esa ciudad.
Su reputación como músico revolucionario le había precedido. De manera que la prensa de Nueva York se sintió desilusionada con su primera interpretación de una de sus obras más apacibles." El león de los revolucionarios musicales rugió tan gentilmente como la más suave de las palomas. Espe
ramos en vano esas manifestaciones de extremismo musical que lo han hecho tan famoso." Profunda
mente conservadores de Nueva York todavía siguieron discorformes,"Bolchevismo en el arte." El epí
tome de la Rusia atea" "Como una carga de mamuts a través de alguna altiplanicie asiática vasta e in
memorial.""Méndelssohn con notas falsas" Si esto es música, ¡verdaderamente creo que prefiero la agricultura!""La receta para este tipo de composición es tan simple como hervir un huevo. Escriba cualquier cosa que le venga a la cabeza, sin importara que se trate de un lugar común. Luego cambié todos los accidentes, poniendo bemoles en lugar de sostenidos y viceversa y la cosa está lista."
Todavía más descorazonado por la fría recepción que recibió su música orquestal por parte del direc
tor de la Sinfónica de Nueva York, el compositor decidió probar suerte en Chicago. Allí le fue mejor.
Frederick Stock dirigió la Sinfónica de Chicago en la ejecución de su Suite Escítica, que fue ovaciona
da por el público. Pero las críticas fueron tan duras como en Nueva York;"Un materialismo, tan des
piadado como el bolchevismo." "La bandera roja de la anarquía musical ondeó tempestuosamente
ayer sobre la antigua Sala de la Orquesta, mientras las melodías bolcheviques flotaban sobre las olas de un mar de sonidos en una cacofonía que cortaba el aliento."
Debido a su éxito popular y al apoyo de Stock, Prokofiev  recibió el encargo de escribir una ópera pa
ra Chicago. Para trabajar regresó a Nueva York, donde terminó El amor por Tres Naranjas en el mes de octubre de 1919. Pero su música seguía teniendo poco éxito en los Estados Unidos. Más tarde re
cordaba:
Mientras  deambulaba sin rumbo por el enorme parque ubicado en el centro de Nueva York, mirando los rascacielos que lo dominan, pensé con la fría furia en todas las maravillosas orquestas de Nortea
mérica a las que no les importaba mi música y que no la tocarían. Pensé en los críticos repitiendo incansablemente la antigua perogrullada de "Qué gran compositor es Beethoven!"y reaccionando vio
lentamente ante cualquier cosa que fuera nueva en lo más mínimo. Pensé en los empresarios que orga
nizaban largas giras para pianistas que tocaban los mismos viejos programas con sus caballitos de ba
talla cincuenta veces seguidas. He venido aquí demasiado pronto. . El "niño"(Norteamérica)  no tiene la edad suficiente como para apreciar la música nueva.
Prokofiev regresó a Europa para pasar el verano.
En el otoño, volvío a Chicago rejuvenecido. Tenía grandes esperanzas con respecto al estreno de El Amor Por Tres Naranjas, en especial teniendo en cuenta las enormes sumas de dinero que se habían invertido en la producción. Pero la representación sufrió repetidas demoras, en parte porque Proko
fiev exigió una compensación monetaria adicional (y amenazó con entablar una demanda para conse
guirla). Para cuando quedó dirimida la disputa, ya era demasiado tarde para montar la ópera. Proko
fiev fue a pasar el invierno a California. Mary Garden, que había cantado en el estreno de Pelleás et Melisande de Debussy, fue designada directora  de la Ópera de Chicago. Defensora acérrima de la música nueva, insistió en que se cumpliera el contrato que la Ópera tenía con Prokofiev. El Amor por las Tres Naranjas iba a ser puesta escena en la temporada siguiente. Satisfecho con la noticia, Proko
fiev regresó a Europa durante el verano. A sugerencia del poeta ruso Constantine Balmont, se instaló en Bretaña. Allí, finalmente, llegó a completar el Concierto para Piano en el que había estado pensan
do a lo largo de muchos meses pasados en Estados Unidos. Ya había compuesto casi todo el material temático. Sólo tuvo que proporcionar el tercer tema para el final y el tema secundario del primer mo
vimiento. Luego armó el concierto a partir de los materiales que había estado reuniendo. Cuando re
gresó a Chicago el verano siguiente, llevaba consigo la partitura terminada. Stock estuvo de acuerdo en dirigirlo con la Sinfónica de Chicago. Prokofiev fue el solista.
El estreno fue un éxito aplastante. La razón quizás haya tenido más que ver con la notoriedad que rodeaba el próximo estreno de la Ópera que con los méritos del concierto. El público de Chicago esta
ba ansioso de ver al hombre cuya ópera debía estrenarse dos semanas después.  Los habitantes de Chi
cago estaban fascinados con Prokofiev debido a su negativa, ampliamente difundida por la prensa dos años atrás, a aceptar el apoyo"generoso" del capitalismo norteamericano. Según el Musical Courier.
Florida y California (estados productores de naranjas) están embarcados en una lucha para obtener los derechos exclusivos del programa para publicitar sus respectivas marcas favoritas. Los producto
res de las naranjas Sukist de California ofrecen suministrar gratis la suculenta fruta a los cantantes, mientras que el inventor de la naranja jugosa de Florida está dispuesto a regalar una a cada uno de los asistentes a cada velada en la Ópera de Chicago, si la administración le permite instalar un stand de las jugosas de Florida en la entrada, poner en él un cartel:" Esta marca suculenta y saludable, inspiró a Prokofiev y el compositor las utiliza con exclusividad en esta ópera y en su casa."
Como el compositor se había negado a permitir que su música sirviera para publicitar las naranjas, se hizo famoso como el hombre que había desechado una oferta lucrativa para promocionar su costosa ópera. De manera que cuando subió al escenario para tocar su Tercer Concierto para Piano, se encon
tró al público que había venido a ver y a oír al hombre que  estaba dispuesto a gastar el dinero de la Ópera pero no a ayudarla a ganarlo.
Exaltado por el éxito del concierto, Prokofiev lo tocó en Nueva York cinco semanas más tarde. Allí el público no estaba especialmente interesado en la Ópera de Chicago ni en la enorme cantidad de dine
ro que se había invertido en su producción ni en los planes publicitarios de los productores de naran
jas. Lo que veían era a un joven compositor que se había atrevido a presentar su concierto( y su ópe
ra) en una ciudad rival. La presentación estaba condenada al fracaso. El compositor anotó:"En Chica
go hubo menos comprensión que apoyo; en Nueva York, ni uno ni otro."
La ópera siguió la suerte del concierto. El Amor por Tres Naranjas fue un triunfo en Chicago pero un desastre cuando, seis semanas después, la producción se trasladó a Nueva York. El compositor escri
bió lo siguiente acerca de las críticas mordaces:" Sentí como si hubieran echado sobre mí una jauría de sabuesos y estos estuvieran destrozándome en pedazos. Aunque la ópera no haya sido particular
mente bien comprendida en Chicago, por lo menos se trataba de su propia producción y la perdona
ron. Pero Nueva York no estaba dispuesta a perdonar a nadie ni a nada. En efecto, dijeron: "¿Así que has tenido el descaro de mostrarnos algo que a nosotros no se nos había ocurrido producir?Pues bien,
¡esto es lo que pensamos de este asunto!"
Prokofiev había pasado la mayor parte de los últimos cuatro años en Estados Unidos. Desalentado,re
gresó a Europa en marzo de 1922. "Me quedé con mil dólares en el bolsillo, un fuerte dolor de cabeza y un abrumador deseo de escapara a algún lugar tranquilo donde pudiera trabajar en paz."
En términos exclusivamente musicales, es difícil comprender por qué el Tercer Concierto para Piano pudo haber provocado reacciones tan desfavorables. Se trata de una pieza deliciosa y de fácil acceso que se ha convertido posteriormente en una de las partituras más populares de Prokofiev. Sus ritmos son encantadores, sus melodías atractivas y su orquestación, deliciosa.
Quizá la característica más sorprendente del concierto es su variedad, subrayada por repentinos sal
tos de un estado de ánimo a otro. El andante lírico introductori, por ejemplo,apenas ha empezado a desarrollarse cuando es cortado por un allegro, dominado por un tema travieso en el piano. La transi
ción pesadamente rítmica al segundo tema es típica del cariz temerario de Prokofiev, pero el tema en sí es absolutamente lírico. La breve introducción se amplía al recapitularlo, tal como sucede con la  transición al tema principal.
El segundo movimiento es un conjunto de variaciones, cada una de las cuales tiene un carácter dife
rente así como un tiempo diferente. La mayoría de las variaciones están separadas por una progre
sión diferenciada de acordes, que se escucha primero en los vientos justo antes de que el piano haga su entrada. La primera variación es para el piano solista, con flauta y clarinete haciendo aparecer el tema al final. La segunda variación es de tipo scherzo y la tercera es un Allegro moderato. Prokofiev
marcó la cuarta variación meditativo. La quinta es otro allegro. El movimiento se cierra con una nue
va exposición variada del tema, en los vientos acompañados por el piano.
Así como el movimiento intermedio es lento con interludios rápidos, el final es rápido con interpola
ciones lentas. Un pasaje lento en los vientos presenta un tema nuevo de belleza considerable. El tema
proporcionado al comienzo es especialmente encantador, porque parece incapaz de decidir dónde se habrán de producir sus compases acentuados. La conclusión está brillantemente orquestada. Foto su
bida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.





                                                                           






                                                                         

                                                                         Sergei Prokofiev

viernes, 29 de marzo de 2019

Begin Again de Greg Alexander


                                                                          Begin Again


La pasión por la música lleva a Gretta (Keira Knightley) y a Dave (Adam Levine), novios desde el instituto, hasta Nueva York. Pero cuando él, una vez alcanzado el éxito y la fama, la abandona, ella se queda completamente desolada. Una noche, un productor de discos (Mark Ruffalo) recién despedido, la ve actuar en un bar de Manhattan y queda cautivado por su talento. Primera película en USA del director de "Once".Fotos subidas de Internet. 
Protagonistas
Keira Knightley: Gretta
Mark Ruffalo: Dan Mulligan
Adan Levine: Dave
Hallee Steinfeld: Violeta Mulligan 
Greg Alexander
Productor, cantautor que fue líder de la banda "Radicals", que obtuvo su mayor éxito internacional con la canción "You Get What You Give" en 1998. El grupo se separó el verano de 1999, después de su primer y único álbum"Maybe You´re Been Brainwashed". Alexander se  mudó a Londres, donde actualmente re
side, y ha escrito y producido canciones para artistas como Enrique Iglesias, Mónica Naranjo, Texas, Ro
nan Keating o Danielle Brisebois(Ex New Radicals), entre otros. 
Uno de sus mayores éxitos "The Game of Love", canción escrita y producida por por Alexander e inter
pretada por Santana y Michelle Branch obtuvo un Grammy en el 2003. 
Álbumes
Michigan Rain
Intoxifornication
Singles 
In the Neighbohood
Smoking in Bed
The Truth
Otros
Promise Tomorrow Tonight
A love Like That


                                                                        



     

                                        























                                                                                                                             



                                                                                                                                                                              

                                                                           Greg Alexander
                                                                                 







                                                                         BEGIN AGAIN
                                                                                             

































                                                                                          



miércoles, 27 de marzo de 2019

Expiación de Dario Marianelli


                                                                              Expiación

En el verano de 1935, Briony Tallis, una precoz escritora de 13 años, cambia inmediatamente el curso de varias vidas al acusar a Robbie Turner, el amante de su hermana Cecilia, de un crimen que no ha cometido.Fotos subidas de Internet.
Protagonistas
Saorise Ronan: Briony Tallis
Keira Knightley:  Cecilia
Benedict Cumberbatch: Paul Marshall
James McAvoy: Robbie Turner
 Dario Marianelli                                                                                                                                       Es un compositor italiano, nacido en Pisa( Italia) dedicado a la composición de bandas sonoras para el cine, televisión documentales, animaciones, teatro. También ha compuesto obras para baile contem
poráneo , conciertos y  obras orquestales para la Orquesta Sinfónica de la BBC y para la Orquesta Bri
tten Pears.                                                                                                                                                  
Además de haber compuesto esta banda sonora también compuso para otras películas como la del Se 
creto  de los Hermanos Grimm, " V" de Vendetta, Adios Bafana, Expiación (  ganadora de  un Oscar)
 Ágora, Todos están bien, El Solista, Jane Eyre, La Pesca del Salmón en Yemen y Ana Karenina.         




                                                                       







                                                                          Dario Marianelli               
             



                                                                                     

















domingo, 24 de marzo de 2019

9-1-1 de Mac Quayle


                                                                           9-1-1


Esta serie trata sobre las vidas y las carreras de los que reciben las llamadas de emergencia: policías, paramédicos, bomberos, gente que arriesga su vida para salvar a otros. Fotos subidas de Internet.
Protagonistas
Angela Bassett: Athena Grant
Jennifer Love Hewitt: Maddie Kendal
Peter Krause: Bobby Nash
Oliver Stark: Evan "Buck" Buckley
Aisha Hinds: Henrietta "Hen" Wilson
Kenneth Choi: Howie "Chimney" Han
Corinne Massiah: May Grant
Marcanthonee Jon Reis Harry Grant
Mac Quayle
Compositor norteamericano de bandas sonoras. También es músico, ingeniero de sonido y remixer y productor. Ha creado música para Madonna, Whitney Houston, Depeche Mode, Annie Lenox o Brit
ney Spears. Como productor, mezclador y tecladista, ha trabajado en más de 300 lanzamientos, y obtu
vo una nominación a los Grammy por producir "I will Go with You" de Donna Summer.  Ha sido pre
miado con muchos discos de Oro y Platino y ha trabajado con algunos de los nombres más importan
tes en el negocio musical.
 









                                                                               

                                                                  9-1-1 de Mac Quayle     




                                                                               

                                                                            Mac Quayle

                                                                                 

                                                                               






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sábado, 23 de marzo de 2019

Concierto Número 1 en Re bemol mayor para Piano y Orquesta, Opus 10,Concierto Número 2 en Sol menor para Piano y Orquesta, Opus 16 de Sergei Prokofiev


                        Concierto Número 1 en Re bemol mayor para Piano y Orquesta, Opus 10
El primer Concierto fue iniciado en 1911 y terminado el 7 de febrero de 1912. El compositor tocó el estreno en el Parque Sokolniki de Moscú, el 7 de agosto de 1912, bajo la dirección de K.S. Sarajev.
El Segundo Concierto fue escrito en el invierno de 1912-1913. Prokofiev fue el pianista y A. P. Asla
nov el director del estreno, que tuvo lugar en Pavlovsk, el 5 de septiembre de 1913. La obra fue revi
sada en 1923. El compositor estrenó la nueva versión en París, bajo la dirección de Serge Koussevitz
ky.
Como estudiante, Sergei Prokofiev fue una especie de enfant terrible. Era impetuoso y confiado en sí mismo y su actitud hacia la educación que recibía en el conservatorio y los clásicos que le enseñaban fue menos que reverente. Sus primeras composiciones reflejan su personalidad. Fueron audaces, inno
vadoras y a veces, crudas. Prokofiev tenía la confianza de la juventud y creía en su propio talento. Quería hacer carrera y usaba una combinación de habilidad artística, notoriedad y agresividad para lo
grar su objetivo.
Una vez que se había presentado al público un cierto número de sus obras, Prokofiev sintió que el si
guiente paso en su carrera ascendente debía ser lograr que se publicaran algunas de sus composicio
nes musicales. El director Serge Koussevitzky había habierto una editorial en 1909, y noresmbró un con
sejo editorial constituido por músicos tan distinguidos como Scriabín, Rachmaninoff y Nicolai Medt
ner. Prokofiev sometió algunas piezas a consideración de este panel y recibió el primero de varios re
chazos. Medtner comentó: "Si esto es música, entonces yo no soy músico." A continuación el joven compositor se puso en contacto con la firma de P.I Jurgenson, la editorial más respetada de Rusia. Aunque Prokofiev llevaba una recomendación del compositor Sergei Taneyev junto con sus partitu
ras, la respuesta fue descorazonadora además de exasperante; la firma estaba " demasiado ocupada para mirar obras nuevas.
El obstinado compositor decidió que encotraría un modo para hacer que Jurgenson examinara sus par
tituras. Decidió obtener la ayuda de A.V Ossovsky, un rico musicólogo aficionado. Prokofiev se pre
sentó de improviso un día en la casa de Ossovsky, pasó la barrera de los sirvientes y se negó a irse
hasta después de haber tocado algo de música. El descaro del compositor funcionó Ossovsky quedó encantado(no sanbemossi con el joven o con la música) y escribió una enérgica carta de recomenda
ción dirigida a Jurgenson. Casi al mismo tiempo, Prokofiev tocó algunas de sus piezas para piano en un concierto. Cuando fueron bien recibidas, le dijo a todo el mundo que se asegurara de que Jurgen
son se enterara de su éxito.
Jurgenson no pudo resistir el ataque a dos puntas. Mandó a buscar al compositor, escuchó su música y de inmediato le ofreció un contrato. En cierto modo, para sorpresa de Jurgenson, la música para pia
no que publicó se vendió bastante bien.
Ahora que Prokofiev era un compositor cuyas obras estaban publicadas, podía conseguir presentacio
nes prestigiosas. De manera que presentó su Primer Concierto para Piano en 1912, haciendo simultá
neamente su debut como solista de piano con orquesta y como compositor de conciertos. Tocó en un concierto de verano al aire libre. El público, poco sofisticado, disfrutó de la vista y el sonido de un pianista y compositor que parecía un muchacho, , tocando con gran inspiración, pasajes de una bri
llantez técnica sumamente sorprendente. Sin embargo, la reacción de la crítica fue mixta, y algunos de los comentarios fueron realmente desagradables. Un periódico dijo que el concierto era "cacofo
nía cruda, grosera y primitiva, que apenas merecía el nombre de música. En su desesperada búsque
da de novedad completamente ajena a su naturaleza, el compositor se ha extralimitado. Estas cosas no suceden con el verdadero talento.
En vez de descorazonarse,Prokofiev empezó ca¡si de inmediato a componer el segundo concierto. Cuando lo presentó las críticas nuevamente fueron ásperas.
Apareció en la plataforma un joven con el aspecto de un escolar de Petesburgo. Era Sergei Prokofiev.
Se sentó al piano y parecía que ora sacudía el polvo del teclado, ora golpeaba notas al azar, de un mo
do estridente y seco. Parte del público no sabía que hacer de todo eso. Se elevaron murmullos indignados: "!Música como esta es suficiente para enloquecer a uno!" Otras personas del público las siguieron. El joven pianista terminó el concierto con una combinación inexorable y discordante de los bronces. El público estaba escandalizado y la mayor parte silbó. Con un saludo burlón, Prokofiev se sentó de nuevo y de inmediato tocó un bis. Hubo exclamaciones desde todos lados: "¡Al diablo con esta música futurista! ¡Vinimos a divertirnos! ¡Los gatos sobre el tejado hacen ruidos más soporta
bles!" Pero los críticos modernistas estaban extasiados. "¡Brillante!", exclamaron. ¡Qué novedad!¡Qué temperamento y originalidad!".
Otro crítico informó:"El concierto de Prokofiev es cacofonía que nada tiene que ver con el arte de la música. Sus cadenzas son insufribles. El concierto está lleno hasta rebosar de fango musical, produci
do, uno podría imaginar, por el derrame accidental de tinta sobre papel de música."
Estas reacciones negativas cerraron muchas puertas a las aspiraciones del compositor, pero él no se rindió. Se consoló con el hecho de que su compatriota Igor Stravinsky había sufrido insultos en el es
treno de La Consagración de la Primavera un tiempo antes, el mismo año y que, sin embargo, parecía tener una carrera de éxito espectacular. Además, ¡Prokofiev consideraba que su concierto era más ra
dical y más soportable que cualquiera de las piezas de Stravinsky que conocía! Siguió componiendo la música agresiva que creía correcta.
Y continuó intentando avanzar en su carrera. Trató de lograr que el director Alexander Siloti progra
mara el Segundo Concierto, pero Siloti se resistió. Con la ayuda del compositor Nikolai Miaskovsky, Prokofiev dio a conocer el hecho públicamente. Siloti respondió en la  prensa: "No puedo invitar a Prokofiev a tocar el Segundo Concierto en mis conciertos, por la sencilla razón de que yo tendría que  dirigir la orquesta y con semejante obra eso está más allá de mis posibilidades. Después de todo, la música de Debussy posee por lo menos un aroma agradable. La música deProkofiev apesta hasta los cielos."
Seguidamente el compositor decidió participar en una composición de interpretación de piano. Planea
ba tocar uno de sus propios conciertos.
Si bien era factible que no tuviera éxito en la composición tocando un concierto clásico, calculé que existía la posibilidad de que mi propio (Primer) Concierto iba a impresionar a los examinadores por la pura novedad de la técnica que exigía;¡Simplemente no podrían decidir si lo estaba tocando bien o no! Además, si tocaba mi propio concierto y no ganaba el premio,la derrota sería menos mortificante
¡porque nadie podría decidir si lo había perdido porque mi concierto era malo en sí mismo o porque yo lo tocaba mal!
Cuando anunció que tocaría su propio Primer Concierto("el segundo hubiera sonado demasiado estra
falario dentro de los sacrosantos muros del Conservatorio"), el jurado se opuso. ¿Cómo podrían eva
luar la precisión de su interpretación si no conocían la obra? Ante la cual el compositor hizo arreglos para que su editor distribuyera partituras y las leyeran todo los integrantes del público. Este gesto de temeraria confianza en sí mismo impresionó a los miembros del jurado,y-después de muchas delibera
ciones-otorgaron el premio a Prokofiev.
Alexander Glazunov, presidente del jurado, representó la opinión minoritaria. Era verdad que varios años antes él había ayudado a que un brillante noven de trece años pasara el rígido examen de ingreso
al Conservatorio de San Petersburgo. Era verdad que había perdonado la irreverencia cuando cierto es
tudiante del Conservatorio intencionalmente había agregado notas erróneas a algunas piezas de cáma
ra clásicas.¡Pero tener el descaro de participar en una competición de piano con su propio concierto, por llamarlo de algún modo, era demasiado! Glazunov dijo a los otros miembros del jurado que ellos estarían dando su beneplácito "a una tendencia nociva" si otorgaban el primer premio a un rebelde y a un advenedizo, a un joven que públicamente expresaba su desdén por Mozart y Chopin. Pero Glazu
nov fue vencido. Al principio se negó a anunciar el resultado, pero finalmente, viendo que era imposi
ble mantener su posición, comunicó al público que esperaba el nombre del ganador"mascullando de modo chato y monótono", como más tarde recordaba Prokofiev. El ganador recibió un piano de cola,
la oportunidad de tocar su concierto en la ceremonia de graduación del Conservatorio y, de su madre,
un viaje a Inglaterra.
Cuando llegó a Londres, Prokofiev conoció al empresario ruso Sergei Diaghilev, cuya compañía ha
bía hecho historia presentando obras nuevas y espectaculares de Stravinsky y de Ravel. Diaghilev era un hombre de mundo sofisticado y Prokofiev un joven franco sin ningún sentido de trato social. Sin embargo, Diaghilev estuvo dispuesto a escuchar la música de Prokofiev. El compositor tocó el Segun
do Concierto( en un arreglo para piano solo). Uno de los asistentes de Diaghilev murmuró: "Este jo
ven es una bestia salvaje." Pero Diaghilev detectó el potencial para otra novedad más en ballet y de in
mediato le encargó una obra al arrogante compositor.
Prokofiev volvió al Segundo Concierto varios años más tarde. La partitura original se había quemado en un incendio y al volver a escribir una nueva partitura revisó la pieza. Terminó la revisión justo an
tes de mudarse a París, en 1923.
Fue a Francia en un intento de hacer que su carrera adquiriera nivel internacional. Por ese entonces, París era el centro de la música contemporánea y Prokofiev sabía de la reverencia por la música rúsa que abrigaba Ravel( y, antes que él, Debussy). Aunque al principio los gentiles músicos franceses tu
vieron problemas con la personalidad brusca de Prokofiev, pronto lo incluyeron regularmente en sus reuniones sociales. Prokofiev decidió que se acrecentaría su aceptación en Francia si tocaba una de sus obras más típicamente rusas. Su presentación del Segundo Concierto para Piano revisado tuvo un éxito resonante. Los parisinos se entusiasmaron al ver, así como oír, el modo en el que  Prokofiev mar
tillaba lo que ellos consideraban la cadenza más larga y más difícil que jamás se hubiera escrito. La tremenda energía de la música y de la interpretación que de ella hacía Prokofiev le aseguraron una buena reputación en París.
Al escuchar hoy en día los dos primeros conciertos para piano de Prokofiev, es fácil oír la impetuosi
dad y el nervio que despertaron el entusiasmo del primer público y que horrorizaron  a los eruditos profesores de Prokofiev y a algunos de los críticos periodísticos más pomposos. Pero también nos re
sulta graciosa la idea de que esta música hay asido condenada como cacofónica o carente de talento.
Lo que impactó a los primeros oyentes como cacofonía hoy se parece más a la desbocada exuberan
cia de la juventud. Es una música estimulante y extravertida.
Prokofiev escribió del Primer Concierto:
El concepto se expresa de dos maneras: por algunos de los medios utilizados para combinar el piano y la orquesta y por la forma; un allegro de tipo sonata con la introducción repetida después de la intro
ducción repetida después de la exposición y nuevamente al final, un breve andante y un scherzo de de
sarrollo con cadenza para introducir la recapitulación. En ese momento esta forma fue criticada en al
gunos círculos como algo que no era más que una sucesión de episodios sin relación, pero de hecho los episodios están muy firmemente unidos.La ejecución de la idea fue una mejora con respecto a par
tituras anteriores y, excepto por un pequeño retoque menor, he dejado la obra tal como la escribí.
El concierto fue concebido originariamente como un concertino de un solo movimiento. Como lo se
ñala el compositor, la pieza terminada combina la forma del movimiento único y de los tres movi
mientos. Las secciones se tocan sin pausa y el final funciona en muchos sentidos como la recapitula
ción del primer movimiento. El andante es casi demasiado breve para ser un movimiento independien
te.
Dentro de este breve concierto hay una gran riqueza de ideas imaginativas y originales. La introduc
ción completamente orquestada, por ejemplo, está llena de vida. El brillante virtuosismo del solo de piano que sigue a continuación es igualmente extravertido. Es difícil comprender cómo el bello movi
miento lento pudo haber ofendido a alguien. Es más cercano en su estado de ánimo al lirismo de Rach
maninoff que a los caprichosos movimientos exteriores.El final está lleno de ingenio, encanto e impul
so rítmico. Los biógrafos de Prokofiev, Lawrence y Elizabeth Hanson, perciben, hacia el final de la ca
denza, una referencia sarcástica a las sonatas para piano de Mozart que Prokofiev odiaba tocar. como
Brillante como es el Primer Concierto, el virtuosismo del Segundo por momentos resulta pasmoso. Prokofiev estaba lanzado a conquistar el mundo como pianista y como compositor. La cadenza extre
madamente larta del primer movimiento, por ejemplo, crece en intensidad y en fuegos de artificios técnicos. Cada vez que pensamos que el pianista ya no puede dar más, Prokofiev le plantea nuevas
exigencias. ¡ Y esto es en el movimiento lento del concierto! Por contraste, las cadenzas del tempes
tuoso último movimiento constituyen puntos de reposo en una pieza que, por lo demás, es implaca
ble. La modulación perpetua del scherzo y el impulso tipo marcha del intermezzo suman a la impre
sión de barbarie. Es esta una música sumamente original e , igual que su compositor de 22 años, irre
verente, temeraria y agresiva. No es sorprendente que un público que se nutrió en la música de Rims
ky-Korsakov y sus sucesores, encontrara desconcertante esta música. Actualmente, sin embargo, sus  disonancias son estimulantes, su vigor quita el aliento y su estética cautiva. Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.










  

Concierto Número 1 en Re bemol mayor para Piano y Orquesta, Opus 10





  

Concierto Número 2 en Sol menor para Piano y Orquesta, Opus 16






          Sergei Prokofiev 




































miércoles, 20 de marzo de 2019

El niño que domó el viento de Antonio Pinto


                                                              El niño que domó el viento

Un chico de la República de Malaui decide ayudar a loas personas de su pueblo construyendo una tur
bina después de leer un libro en el que se explican los pasos para su creación. Basada en hechos rea
les. Fotos subidas de Internet.
Protagonistas
Maxwell Simba: William Kamkwamba
Chiwetel Ejiafor: Trywell Kamkwamba
Aissa Maiga: Agnes Kamkwamba
Noma Dumezwru: Edith Sileko
Joseph Marcell: Jefe Wembe
Antonio Pinto
Compositor de bandas sonoras brasileñas. Su trabajo le valió un World Soundtrack Award y un pre
mio ASCAP, así como una nominación en la categoría  de Mejor Canción original en la 65ª entrega
de los Globos de Oro por escribir la canción "Despedida" con Shakira. Además de haber compuesto la banda sonora de esta película, también compuso otras como " Menino Maluquinho"(1 y 2), "Esta
cion Central","Detrás del Sol", la serie " Ciudad de los hombres", "Ciudad de Dios", "El Señor de la Guerra"(Con Nicolas Cage), " Todos los niños invisibles", "El amor en los tiempos del Cólera", o "Emy", entre otras.






                                                                   




                                                                           







                                                                                 


                                                                             Antonio Pinto

                                                                       



                                                                                   



    














viernes, 15 de marzo de 2019

Sinfonía Número 5, Opus 50 de Carl Nielsen


                                                                  Sinfonía Número 5, Opus 50

La Quinta Sinfonía fue compuesta entre febrero de 1921 y el 15 de enero de 1922. El compositor diri
gió el estreno en Copenhague el 24 de enero de 1922.
La Quinta Sinfonía fue concebida poco después de la Primera Guerra Mundial. Aunque Dinamarca no estuvo directamente involucrada en este conflicto, Nielsen se preocupó profundamente por las tra
gedias de los tiempos de guerra. Varios comentaristas han rastreado la intensidad de la Quinta Sinfo
nía directamente hasta sus sentimientos respecto de la guerra. Si bien Nielsen negó todo intento de programa, la confrontación hostil de los opuestos dentro de la sinfonía es innegablemente bélica. Si bien semejante manifestación es demasiado vaga para decirnos mucho sobre las intenciones del com
positor o sobre su música, es verdad que sus obras en gran escala de la década de 1920 abrieron nue
vos territorios y adquirieron una profundidad que sólo se atisbaba en las anteriores. Están entrelaza
das más apretadamente son más punzantes, más polifónicas, más dramáticas que sus piezas anterio
res a la guerra. Nielsen también estaba interesado en componer música de absoluta simplicidad, co
mo las canciones y los himnos populares. La melodía directa que se encuentra en partes de la sinfo
nía puede relacionarse con esta actitud hacia el público en general. Laestuctura singularmente pode
rosa de la sinfonía proviene directamente de la interacción de la simplicidad de tipo folclórico y el es
tilo sinfónico intensamente disonante de los años de Nielsen posteriores a la guerra.
La Quinta Sinfonía está concebida en una forma singular, apropiada a la idea dramática de la obra pe
ro diferente de la estructura de una sinfonía clásica. La sinfonía explora la confrontación de dos esta
dos de ánimo, dos personalidades, dos estéticas; la consonante armónica y tranquila frente a la diso
nante, contrapuntística e intensa. Povl Hamburguer,al escribir sobre las sinfonías de Nielsen, caracte
riza estas tendencias como lo constructivo y lo destructivo: "Los impulsos básicos parecen brotar de la... idea de la lucha por la vida, el eterno conflicto entre las fuerzas constructivas y las destructivas...
el conflicto, la tensión entre barbarie y civilización, entre caos y orden."
Dze modo similar, el compositor Robert Simpson, en su original libro Carl Nielsen, Sinfonista, consi
dera que la Quinta Sinfonía expresa "el conflicto del hombre, en el que sus instintos progresistas y constructivos están en guerra con otros elementos(también humanos) que lo confrontan con la indife
rencia o la oscuridad toral. Nielsen descubrió que podía reflejar este drama de mejor modo en una obra de dos movimientos, el primero de los cuales debe contener el enigma del conflicto mismo y el segundo, ser un final que se elevaría desde las cenizas en un gran manantial de energía generadora. In
cluso este final no está libre de dificultades, pero demuestra ser definitivamente irresistible".
El primer movimiento comienza tentativamente con una oscilación de la viola. Este movimiento per
petuo continúa hasta que se convierte en una obsesión. Las melodías tratan de invadirla, pero repetida
mente caen en la mera figuración. El movimiento se desarrolla de modo doloroso y lento, generando un terror hipnótico. Las fuerzas destructivas hacen su entrada a manera de una ráfaga de notas(inicial
mente acompañadas por un redoble de platillos) y, luego, un ritmo obsesivo de un tambor militar. Es
ta música militar genera una barbarie casi caótica, que se desvanece aparentemente antes de alcanzar
todo su potencial. Un adagio en las cuerdas trae las fuerzas constructivas. El lirismo que sigue es un contraste conmovedor respecto del que lo ha precedido, pero no logra remplazar simplemente la in
quietud de la apertura. El elemento destructivo hace su intrusión y se desata una verdadera batalla. Cuando la ráfaga obsesiva regresa en los vientos, la música del adagio pasa de las cuerdas a los bron
ces a fin de reunir fuerza. Este movimiento precipita un conflicto mayor, ya que el elemento perturba
dor ahora puede invadir las cuerdas. La fuerza oscura trae otra vez su alma elemental, el tambor mili
tar. Al principio su ritmo compulsivo suena en su propio tiempo independiente y luego la ofensiva del tambor culmina en la improvisación del ejecutante del mismo"como para detener a toda costa el avan
ce de la orquesta".Finalmente, gana el adagio lírico y el movimiento se aquieta casi pacíficamente con una cadenza del clarinete. Sin embargo,el clarinete está acompañado por un tambor militar que ha sido recientemente quietado y que todavía está obsesionado con su ritmo destructivo.
La reconciliación al final del primer movimiento es una paz intranquila.Se ha ganado una batalla, pe
ro no la guerra. Las fuerzas destructivas se han retirado de la escena demasiado fácilmente como para admitir la derrota total. El segundo movimiento comienza con un allegro enérgico, completamente ale
jado de las luchas del movimiento precedente. El caos entra furtivamente y socava esta sección, obli
gándola a incurrir en repeticiones sin dirección y en un increíble perpetuum mobile de las cuerdas. La
sección termina prematuramente, dando paso a una larga transición hacia una fuga rápida. La corrien
te subterránea de las fuerzas destructivas aparece en la superficie cuando interrumpen el clarinete y
los timbales. Cuando más trata la música de continuar de cara a estos obstáculos, más frenética se vuelve, llegando al final a un frenesí demoniaco y desplomándose,otra sección termina prematuramen
te.Una segunda fuga, esta vez un andante, trata ahora de impulsar la música hacia adelante. Es inten
sa y disonante, pero no es destructiva y por lo tanto no es necesaria su destrucción. Al final se logra una síntesis. La música trasciende el campo de batalla para lograr unidad más allá de las fuerzas cons
tructivas y destructivas. Por primera vez la sinfonía puede avanzar directamente hacia una nueva sec
ción, sin necesidad de una transición mediadora. La sección final es un allegro que recapitula libre
mente la apertura del movimiento. Esta última parte lleva en sí triunfalmente el espíritu  de la exalta
ción y la síntesis. Foto subida de Internet.
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.






                                                                             




                                                          Sinfonía Número 5, Opus 50





                                                                       Carl Nielsen
                                                                               

                                                     











Al final de la escalera de Rick Wilkins


                                                              Al final de la escalera

Me encanta esta película. Tengo el vídeo y la he visto muchísimas veces y me sigue encantando como el primer día que la ví. George C. Scott hace una gran interpretación en esta peli. Y su mujer es la pro
tagonista de la serie Arriba y Abajo, que interpretaba a Rose. Recomendada a los amantes del cine de terror. Fotos subidas de Internet. 
John, es un compositor que acaba de perder a su mujer y a su hija de manera trágica y trata de superar
lo marchándose a vivir a una casa apacible y solitaria. Al poco tiempo de instalarse empiezan a ocu
rrir cosas extrañas...Hasta que un día descubre una habitación  secreta ubicada al final de la escalera.
Protagonistas
George C. Scott: John Russell
Jean Marsh:Joanna Russell
Melvin Douglas: Senador Joseph Carmichael
Trish Van Devere: Claire Norman
Barry Morse: Dr Pemberton
Rick Wilkins: Compositor, director de orquesta y saxofonista tenor  canadiense. Conocido como arre
glista. Ha trabajado con la CBC y la CTV organizando, ensayando y con frecuencia  realizando músi
ca para programas de televisión y radio de música pop y espectáculos de variedades. Él sobre todo ha arreglado música para especiales de televisiñon con Julie Amato, Tommy Ambrose, Guido Basso, El Canadian Brass, Burton Cumings o Wayne and Shustedr entre otros. Entre 1976-1977 trabajó como director de música para la CBS en los Ángeles donde entre sus proyectos estaba dirigiendo música pa
ra una serie  de especiales de los Jackson Five. En el 2002 fue nombrado miembro de la Orden de Ca
nada. 





                                                                               








                                                                           








                                                                           Rick Wilkinson