LA MÚSICA Y SU MUNDO

sábado, 10 de octubre de 2020

Sinfonía Número 10 en Mi menor, Op. 93 de Dimitri Shostakovich

                                                    Sinfonía Número 10 en Mi menor, Op. 93 

La Décima Sinfonía fue iniciada en julio de 1953 terminada el 27 de octubre de ese mismo año. Yevgeny  Mravinsky dirigió el estreno en Leningrado, el 17 de diciembre de 1953.                                 Los compositores soviéticos siempre han estado preocupados por el significado de su música, en parte de  bido a que su gobierno, especialmente en la época de Stalin, ha sostenido un activo interés por lo que el ar  te soviético significaba para el pueblo. Los funcionarios soviéticos no conjeturan sobre el significado abstracto de la música; ninguno de ellos formula la pregunta delfilóso¿qué quiere decir "significado"? Se  cree que las sinfonías dicen ciertas cosas en particular, y esas cosas son saludables o no.                                                                                                                                                                  De manera que, por ejemplo, la Séptima Sinfonía de Shostakovich fue presentada al mundo como una predicción optimista de la victoria rusa en la guerra contra Hitler Las tres sinfonías siguientes del com    positor también fueron temáticas, ya que fueron escritas durante e inmediatamente después de la gue      rra. Pero los significados significados reconocidos de la Octava, Novena y Décima Sinfonías no siem    pre fueron aceptables. El compositor relató la historia de  esas obras en sus memorias, Testimonio, dic  tadas por este.                                                                                                                                                Cuando se presentó la Octava, fue declarada abiertamente contrarrevolucionaria y antisoviética. Dije      ron¿Por qué Shostakovich escribió una sinfonia optimista(la Séptima) al comienzo dela guerra y ahora  una trágica? A comienzos de la guerra nos replegábamos y ahora estamos atacando y destruyendo a los  fascistas. Y Shostakovich está actuando a lo trágico; eso significa que está de parte de los fascistas.        El disgusto se acumulaba y  crecía, ellos querían que produjera una fanfarria, una oda; querían que es    cribiera una Novena Sinfonía majestuosa. Fue muy desafortunado el asunto de la Novena. Quiero de      cir sé que el golpe era inevitable, pero quizás hubiera llegado más tarde o hubiera sido menos duro si no hubiera sido por la Novena Sinfonía...                                                                                                    Cuando se ganó la guerra contra Hitler...todo el mundo alababa a Stalin y se suponía entonces que yo debía unirme a ese asunto atroz. Había una excusa apropiada. La guerra había terminado victoriosamen  te. No importaba el costo, lo importante era que habíamos ganado, el imperio se había expandido. Y exigían que Shostakovich utilizara vientos cuádruples, coro y solistas para aclamar al líder. Sobre todo  porque Stalin consideraba como un presagio el número: La Novena Sinfonía.                                          Stalin siempre escuchaba cuidadosamente a los expertos y   y a los especialistas. Los expertos le dije      ron que yo sabía hacer mi trabajo y, por lo tanto, Stalin supuso que una sinfonía en su honor sería una pieza de música de calidad. No podía decir, aquí etá nuestra Novena Nacional.                                        confieso que di esperanzas a los sueños del líder y del maestro. Anuncié que estaba escribiendo una apoteosis. Trataba de quitármelos de encima, pero eso se volvió contra mí. Cuando se presentó mi No    vena, Stalin se puso furioso. Se sintió profundamente ofendido, porque no había ningún coro, ni solis    tas. Y ningúna apoteosis. No había siquiera una miserable dedicatoria. Era solamente música, que Sta    lin  no entendía muy bien y cuyo contenido era dudoso...                                                                            No pude escribir una apoteosis a Stalin, simplemente no pude. Sabía en lo que  me estaba metiendo cuando escribí la Novena. pero describí a Stalin en música en mi siguiente sinfonía, la Décima. La escribí justo después de la muerte de Stalin y nadie hasta ahora se ha imaginado de que trata esta sinfo  nía. Es sobre Stalin y sobre los años años de Stalin.  La segunda parte, el scherzo, a groso modo es un retrato musical. Por supuesto, hay muchas otras cosas en ella, pero esa es la base.                                    Según Testimonio, Stalin se preocupaba más por las sinfonías y sus dedicatorias que por los asuntos de Estado. Por lo tanto Andrei Zhdanov, un líder del Partido Comunista, famoso por su crueldad, exigió      que los compositores escribieran sólo piezas que elevaran el espíritu del pueblo ruso y declararan ante    el mundo el optimismo de los soviéticos. toda la música que contuviera atisbos de ideas más oscuras, como la mayor parte de lo que Shostakovich había escrito durante la guerra, fue suprimido. ¡El signifi    cado musical podía, en efecto, ser una cosa peligrosa.                                                                                Una vez que las  críticas de Zhdanov se convirtieron en oficiales nadie excepto- unos pocos composito  res valientes- cuestionó su autoridad para determinar lo que significaban las sinfonías de Shostako        vich. Según el compositor, Zhdanov declaró:                                                                                            ...que el objetivo de la música era dar placer, mientras que nuestra música era cruda y vulgar y escu       charla indudablemente destruía el equilibrio psicológico y físico de un hombre... Todos los periódicos   publicaron cartas de obreros que daban gracias al partido por liberarlos de la tortura de escuchar las obras de Shostakovich. Los censores respondieron a los deseos de los obreros e instauraron  una lista negra, que mencionaba que sinfonías de Shostakovich debían ser quitadas de circulación.                       En conjunto esto fue lo que se proclamó: El partido ha salvado la música de la liquidación. Resultó que Shostakovich y Prokofiev habían querido liquidar la música y que Stalin y Zhdanov no se lo habían permitido. Stalin podía sentirse feliz. Todo el país, en lugar de pensar en su miserable vida, estaba enzarzándose en un combate mortal con los compositores formalistas.                                                      Shostakovich no escribió ninguna Sinfonía más hasta después de la muerte de Stalin. Sin embargo, en cuanto murió el dictador en 1953, el compositor se puso a trabajar en la Décima, su triste retrato de Sta  lin. Con Zhadanov y Stalin muertos(Zhdanov murió en 1948, posiblemente asesinado por un Stalin ce    loso que le echó la culpa  a los médicos judíos), el compositor no sentía ninguna necesidad de transigir  en cuanto a su lenguaje musical. Con valentía permitió que se presentara esta sinfonía tan alejada del optimismo, aunque ocultó su significado secreto.                                                                                        La obra encontró oposición. Fue criticada por su complejidad, su música predominantemente sombría y su rechazo del heroísmo. El Sindicato de Compositores Soviéticos discutió si era suficientemente opti    mista. Ser llegó a una solución ridícula, pues la sinfonía fue oficialmente rotulada como expresión de    "optimismo pesimista". Una vez más se había injertado un significado políticamente conveniente en una composición rusa.                                                                                                                                  Al final se hicieron evidentes los significados más sustanciales. Realmente en la actualidad nos importa poco si la Décima Sinfonía eso no una pintura de la vida y de los tiempos de Stalin, si es pesimista u optimista, o si podía elevar o no el espíritu de los obreros soviéticos en 1953. Un tercio de siglo des        pués del hecho, estamos en condiciones de separa la historia del arte y la política de la música. Actual    mente escuchamos una sinfonía vigorosa y bella, sin necesidad de involucrarnos con sus significados extrínsecos. Quizás el reciente ascenso del interés por la música de Shostakovich se ha producido por    que por fín podemos oír  el verdadero significado que yace tras los significados superficiales asignados  a ella por los críticos, los funcionarios de gobierno e incluso el compositor mismo.                                  El primer movimiento de la Décima Sinfonía ofrece un hermoso ejemplo de su significado intrínseco. Es un avance vigoroso e inexorable a partir de un comienzo tranquilo hasta alcanzar una serie de mo      mentos de climax fragmentados. Se mueve por transformación gradual de los materiales, no por abier    to contraste. Después de los momentos de clímax se calma gradualmente, regresando al material de su apertura. Es una exposición integrada de la "curva dramática": la elevación hasta un clímax al que se llega después de transcurridos alrededor de dos tercios de la pieza, seguido por un periodo de resolu      ción gradual. Mientras seguimos esta curva de tensión, no necesitamos saber si nos interesa qué mensa  je extramusical, si lo hubiera, se supone que expresa esta música intensa. Su fuerza emocional es inme  diata e independiente de significados políticos o sociales.                                                                          Ambos movimientos centrales son Scherzos, uno áspero y grotesco, el otro jovial y lleno de gracia. El segundo tema del tercer movimiento está basado en un motivo de cuatro notas(también utilizado en el Primer Concierto para Violín) que es la asignatura musical de Shostakovich: DSCH(el equivalente ale    mán de nuestro Re/Mi-bemol/Do/Si), que representa D.Sch- Dimitri Shostakovich, abreviado en ale      mán. Este es un ejemplo de significado extramusical sobre el cual el compositor eligió no revelar nada, aunque podemos imaginar que estaba proclamando en forma desafiante su identidad artística una vez que ya no se veía obligado a crear música del realismo socialista anónima. Sin embargo el significado intrínseco supera de lejos las implicaciones de programa de este trocito de criptografía musical.              El motivo DSCH también aparece varias veces en el final, en su forma más interesante en los cuatro timbales justo antes del final. El movimiento está insuflado de elementos de tipo danza y de tipo folcló  rico-¿Otro significado enigmático? Foto subida de Internet.                                                                        De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer.
                                                                                                                        

  



                          Sinfonía Número 10 en Mi menor, Op. 93 de Dimitri Shostakovich

 











Dimitri Shostakovich




domingo, 4 de octubre de 2020

Sinfonía Número 8 en Do menor, Op 65 de Dimitri Shostakovich

                             Sinfonía Numero 8 en Do menor, Op 65 de Dimitri Shostakovich

 La Octava Sinfonía fue compuesta en el verano de 1943, en Ivanova, el lugar de retiro de verano de los compositores de la Uníón Soviética. Yevgeny Mravinsky dirigió el estreno en Leningrado el 4 de no viembre de 1843.                                                                                                                                           La carrera de Dimitri Shostakovich fue una lucha constante con las vicisitudes de la política guberna mental soviética respecto de las artes. Alternativamente la música era aceptada o rechazada, las repeti das veces que él se puso en contra de la doctrina del realismo socialista. Un a formulación temprana del realismo socialista(hoy todavía considerado válido en Rusia) fue realizada por el autor Máximo Gorky en su ensayo de 1933" Sobre el realismo socialista". Gorky exigía obras que expresaran el espíritu del pueblo y le hablaran directamente. No pasó mucho tiempo antes de que el gobierno viera  do, pero pri mero había que hacer que los artistas cooperaran. En 1934 Adrei Zhdanov, funcionario del Partido Co munista, pronunció  un discurso en el que hizo suyo el concepto de Gorky-Zhdanov exigía "obras sinto nizadas con la época y el arte que describiera la realidad en su desarrollo revolucionario" El reciente mente formado Sindicato de  Compositores Soviéticos abrazó esta doctrina como una declaración de objetivo estético. Los compositores fueron "animados" a aceptar los preceptos del realismo socialista. En verdad, se les dejó poca opción al respecto. Pocos años después de que Shostakovich aceptara pú blicamente (¡Pero jamás en privado!) el realismo socialista, Rusia se vio en vuelta en la Segunda Gue rra Mundial. El compositor se embarcó en la producción de una trilogía de sinfonías de los tiempos de guerra. Gran parte de la Séptima de hecho fue en medio del sitio de Leningrado. Su presentación en una Leningrado  destruida por la guerra  constituyó una inspiración para el batallador pueblo ruso que pudo detectar en la sinfonía una pintura de la marcha de Hitler sobre Rusia y su posterior derrota. Después de la guerra, la Séptima fue interpretada ampliamente como símbolo de la victoria. Las intenciones del compositor fueron complejas e incluso contradictorias,  pero en lo que al público y a Stalin se refiere, la Séptima fue un excelente ejemplo de realismo socialista. Luego llegó la Octava Sinfonía, el miembro intermedio de la trilogía de los tiempos de guerra. La guerra estaba entonces en su tercer año y el com positor estaba profundamente perturbado por ella. Sus  preocupaciones salieron a la luz en la nueva sin fonía. No podía escribir una sinfonía de victoria cuando no existía ninguna victoria. Dijo: "En esta obra hubo un intento de expresar la experiencia emocional del pueblo, de reflejar la terrible tragedia de la guerra." La Sinfonía es torturada, no triunfan  te. Como lo explica el musicólogo Boris Schwarz: "La Octava representa el pensamiento maduro, más amargo, más resignado y que más fuertemente añora la paz- la verdadera paz, no una ruidosa celebra      ción de la victoria-".Una obra tan sombría y depresiva no podía agradar al gobierno, que estaba luchan  do para mantener alta la moral de los rusos comprome tidos en la batalla. Pero Stalin y sus subordina      dos estaban demasiado comprometidos con la guerra como para preocuparse por la evidente mofa de Shostakovich sobre la política oficial. Además, el éxito mundial de la Séptima Sinfonía garantizaba su seguridad, por lo menos temporalmente.
Según el compositor, la Octava Sinfonía fue en realidad" intento de expresar la experiencia emocional del pueblo, de reflejar la terrible tragedia de la guerra". La depresión de un pueblo en la guerra en su propio territorio llena cada momento de la Octava. Como no fue una sinfonía triunfante como la ante
rior, los soviéticos no se sintieron totalmente satisfechos con ella. Pero la Séptima había traído fama mundial a Shostakovich y todo el mundo estaba esperando ansiosamente la siguiente entrega de la tri
logía de los tiempos de guerra. La emisora CBS, por ejemplo, ¡pagó al gobierno ruso la suma de 
10.000 dólares por los derechos correspondientes a la primera emisión radiofónica de la Octava en Es
tados Unidos!
El significado que yace tras la Octava estuvo claro para los oyentes de Occidentes. Ellos comprendie
ron esta súplica contra los horrores de la guerra. Aunque la nueva sinfonía no resultó tan popular como la Séptima, era más profunda y fue más respetada. Este hecho le creó problemas a Shostakovich en su tierra: la obra, condenada en Rusia por su abierto pesimismo, era aclamada en Occidente como denun
cia antibélica. Se plantaron así las semillas para la purga de 1948. Shostakovich mismo cuenta la con
movedora historia de la Octava Sinfonía y cómo esta le llevó a su caída:
La guerra trajo gran dolor e hizo la vida muy, muy difícil. Mucho dolor, muchas lágrimas...Tenía que escribir sobre ello; sentía que era mi responsabilidad, mi deber. Tenía que escribir un réquiem por todos
los que morían, los que habían sufrido. Y tenía que describir la horrible máquina de exterminio y expre sar mi protesta contra ella...
La Séptima y Octava son mi réquiem. No deseo demorarme sobre el alboroto relacionado con estas obras. Mucho se ha escrito sobre ello y, desde un punto de vista externo, esta es la parte más famosa de mi vida. Y, en el análisis final, este alboroto tuvo repercusiones fatales para mí...
Se podría creer que la noticia de que la música que uno ha creado está teniendo éxito no traerá sino pla cer, pero yo no tuve una satisfacción completa. Me sentía feliz de que tocaran mi música en Occidente,
pero hubiera preferido que hablaran más sobre la música y menos sobre las cuestiones tangenciales...
Stalin estaba enfurecido. Wendell Wilkie llegó a Moscú cuando era candidato presidencial. Era conside
rado un pez gordo que podría hacer mucho. Se le preguntó sobre el segundo frente y contestó:"Shosta
kovich es un gran compositor. " El señor Wilkie, naturalmente pensó que él era un político extremada
mente hábil; ¡vean cómo salió de esa! Pero pensó en las repercusiones que tendría para mí, en ser huma
no viviente. 
creo que eso fue lo que inició la cosa. Ellos no deberían haber alabado con efusión mis sinfonías, pero los aliados  lo hicieron, y lo hicieron deliberadamente...Stalin odiaba a los Aliados y les temía. No po
día hacerles absolutamente nada a los norteamericanos. Pero casi inmediatamente después de la guerra 
se ocupó con crueldad de sus propios ciudadanos que habían tenido relaciones con los Aliados. Stalin les transfirió todo su temor y aberración. Esta fue fue una tragedia para miles y miles. Un hombre reci
bía una carta de Estados Unidos y era fusilado. Y los ingenuos antiguos Aliados seguían mandando car
tas, y cada carta era una sentencia de muerte. Cada regalo, cada recuerdo-el fin-. Fatalidad. 
Y los perros más leales compartían la aversión de Stalin por los Aliados. Olían el rastro. Todavía no se les permitía atacar y saltar al cuello. Los perros se limitaban a gruñir, pero estaba claro. (El compositor 
Tikhon) Khrennikov, era uno de los perros...(Un musicólogo) daba una conferencia sobre compositores
soviéticos y, de pasada, alabó mi Octava Sinfonía. Después de su conferencia se presentó Khrennikov,
estallando de ira. Casi gritaba. ¿Sabe a quien estuvo alabando?¿Lo sabe? ¡Tan pronto nos liberemos de los Aliados, aplastaremos a Shostakovich como un insecto...
El Éxito de las Sinfonías Séptima y Octava era como un cuchillo en la garganta de Khrennikov y com
pañía. Creían que les tapaba su luz, arrebatándoles toda la fama, sin dejar nada para ellos... Mis camara
das  compositores deseaban destruirme. Y cada noticia del éxito de la Séptima o de la Octava me enfer
maba. Un nuevo éxito significaba un nuevo clavo para mi ataúd.
Como si la situación política no fuera suficientemente tensa, Shostakovich además tenía que vérselas con los celos de otros compositores más poderosos. No es sorprendente que se negara a revelar el pro
grama específico de la Octava Sinfonía. Tan sólo su naturaleza sombría le había acarreado problemas,
que se acrecentaron por la popularidad de que gozaba en Occidente. Los  oyentes occidentales com
prendieron bien el lamento del largo movimiento de apertura, la amargura sarcástica del segundo movi
miento, la violencia obsesiva del tercero, la letanía implacable del cuarto y la esperanza a veces serena, a veces vigorosa, a veces tentativa, del final. Stalin y sus secuaces sabían que Occidente comprendía la Sinfonía y que no importaría ningún tipo de de desaprobación  política en la prensa ruda. Había que tomar medidas más drásticas para impedir que el compositor revelara su mensaje de desesperación so
viética al mundo. La purga de 1948 se hizo inevitable.
Stalin recurrió a Andrei Zhdanov, que había articulado la posición del Partido sobre el arte ya en 1934. 
Empezaron a aparecer críticas desfavorables; composiciones que anteriormente habían sido alabadas, ahora eran condenadas. La purga estaba en marcha. Zhdanov redactó una lista de compositores culpa
bles de escribir música contraria al espíritu del pueblo ruso. Shostakovich y Prokofiev encabezaban la lista. Zhdanov ordenó a todos los compositores transgresores asistir a una "conferencia" de tres días, durante la cual se enumeraron sus "crímenes" y se les exigieron disculpas públicas.
La Octava Sinfonía recibió una crítica especialmente severa. Uno de los secuaces de Zhdanov declaró:
"Todavía hay discusiones alrededor de la pregunta sobre si la Octava es buena o mala. Semejante discu
sión es una tontería. Desde le punto de vista del pueblo, la Octava no es una obra musical en absoluto;
es una "composición" que no tiene nada que ver con ningún tipo de arte." 
Zhdanov declaró que "todos los periódicos publicaban cartas de los obreros, que agradecían al Partido por liberarlos de la tortura de escuchar sinfonías de Shostakovich. Los censores respondieron a los de
seos de los obreros e instauraron una lista negra que nombraba qué sinfonías de Shostakovich debían ser quitadas de circulación." 
Desde la purga de 1948 hasta el ablandamiento que siguió a la muerte de Stalin en 1953, Shostakovich
no escribió ninguna sinfonía. En cambio fue obligado a componer partituras para películas y piezas pa
trióticas(aunque escribió algunas obras importantes en secreto). A fin de sobrevivir, fingió acatar la doc
trina del realismo socialista. Su música pública entre 1948 y 1953 fue simple, directa, melodiosa y acce  sible. Pero son obras como la Octava Sinfonía las que han perdurado. Foto subida de Internet. 
De mi libro "Invitación a la Música " de Jonathan Kramer"     

                                                                                                                                                                                      




                                                                                





                                                                            

                                                               
                                   Sinfonía Numero 8 en Do menor, Op 65 de Dimitri Shostakovich

                                            


                                        

                                                                                       
                                                                       Dimitri Shostakovich










viernes, 2 de octubre de 2020

Sinfonía Número 7 en Do mayor, Opus 60, Leningrado de Dimitri Shostakovich

 

                                         Sinfonía Número 7 en Do mayor, Opus 60, Leningrado 

La Séptima Sinfonía Número 7 fue iniciada en agosto de 1941 y terminada el 27 de diciembre de ese año.Samuel Samosud dirigió el estreno con la Orquesta del Teatro Bolshoi, el 5 de marzo de 1942, en Kuibyshev, Rusia. 
Fue en 1941, poco antes del estallido de la guerra entre Alemania de Hitler y la Rusia de Stalin, cuando la ciudad de Leningrado empezó a conocer el miedo. La guerra  rugía en las fronteras de la Unión So viética y todos los días más jóvenes partían de Leningrado hacia el frente. Los que quedaban  atrás tra bajaban duramente fortificando la ciudad. Shostakovich, que había enviado a su familia a refugiarse en la seguridad de su casa de campo, trabajaba junto con el resto. 
En julio se inició una evacuación masiva de Leningrado. Shostakovich se negó a irse. En cambio pidió ser enviado al frente, pero su solicitud fue denegada. Luego se ofreció como voluntario para la guardia civil, pero nuevamente fue rechazado. Finalmente se alistó en los bomberos de la defensa civil y fue asignado para proteger el conservatorio de Leningrado. 
El 29 de agosto se inició el ataque. Hitler estaba decidido a destruir Leningrado por completo. Caían grandes bombas por todos lados, tanto sobre objetivos civiles como militares. Había comenzado el sitio de novecientos días. Varias veces se le dio a Shostakovich la posibilidad de irse, pero él se negó. Cumplía con sus deberes de bombero y trabajaba en la Séptima Sinfonía . Durante los ataques aéreos cuidadosamente llevaba consigo el manuscrito al refugio. Componía de modo intenso e incesante. 
En septiembre el Compositor habló a sus compatriotas por radio:
Hace una hora termine  de orquestar el segundo movimiento de mi última composición orquestal exten
sa.Si logro escribir bien, si logro terminar los movimientos tercero y cuarto, la obra quizás sea llamada mi Séptima Sinfonía . A pesar de la guerra y del peligro que amenaza Leningrado, escribí  los primeros dos movimientos rápidamente. ¿Por qué les digo todo esto?  Les digo esto para que el pueblo de Le   ningrado que me escuche sepa que la vida  continúa en nuestra ciudad. Todos nosotros estamos ahora de pie, de guardia militante. Como nativo de  Leningrado  que nunca abandonó su ciudad de nacimien to, siento toda la tensión de esta situación con la máxima agudeza. Mi vida y mi trabajo están comple tamente ligados a Leningrado. 
Un mes de más tarde después de haber terminado el tercer movimiento, Shostakovich escribió:
Mientras trabajaba en esta música, Leningrado fue convertida en una fortaleza inexpugnable...Con un sentimiento de admiración y de orgullo observé los  hechos heroicos del pueblo de Leningrado. A pesar de las alarmas de ataques aéreos frecuentes, todo el mundo prosiguió con su trabajo con precisión y efi cacia...Todavía  tengo que escribir el final de la sinfonía, pero sus planteamientos generales ya están cla ros para mí. Podría describirlo con una sola palabra-victoria...- Nunca he dedicado ninguna de sus  obras, pero esta sinfonía, si mi trabajo tiene éxito, pretendo dedicarla a Leningrado. Cada una de sus no tas ,todo lo que he puesto en ella, está ligado a mi ciudad  natal y a estos históricos días de su defensa contra los bárbaros fascistas. Su familia había vuelto a Leningrado  y el compositor temía por la seguri dad de su esposa e hijos. Por fin decidió obedecer las órdenes del Cuartel General de Defensa de la Ciu
dad y partió  para Moscú. Tomó la partitura dela Sinfonía y muy pocas cosas más, y se fue. Pero Moscú
también estaba en peligro, de modo que la familia se  mudó a Kuibyshev. La esposa del compositor es
cribió: " Durante largo tiempo mi esposo no pudo reconciliarse con la idea de la necesidad de abando 
nar  Leningrado. La intensa batalla por la existencia librada en su ciudad natal, el compañerismo espe
cialmente estrecho bajo las condiciones arduas de los tiempos de guerra-todo eso lo hizo sufrir profun
damente en la desusada seguridad de Kuibyshev, lejos de las líneas del frente. Fue allí en un apartamen
to abarrotado donde terminó la sinfonía a fines de diciembre. 
Shostakovich deseaba que fuera interpretada por la Filarmónica de Leningrado, pero el sitio lo hacía im
posible. En cambio, el estreno tuvo lugar en Kuibyshev, a principios de marzo. La presentación se repi
tió en Moscú a fin de mes. El impacto fue tan grande que el guardia de ataques aéreos no pudo resignar
se a interrumpir la presentación o incluso la posterior ovación de veinte minutos  para anunciar que esta
ban sonando las sirenas. La gente sabía que ésta era una una sinfonía de victoria, una sinfonía por la su
pervivencia de Leningrado. Les infundía coraje y confianza. 
La obra fue interpretada en muchos países. En Inglaterra sesenta mil oyentes le dieron la bienvenida. Hubo una puja considerable por el estreno en Estados Unidos. Arturo Toscanini, director de la Sinfóni
ca de la NBC, estaba respaldado por el poder y los recursos financieros de la National Broadcasting Company. La NBC hizo arreglos para que un avión, transportando un microfilm de la partitura y de las
partes, volará desde Rusia, a través de los campos de batalla de Europa, hasta Nueva York. Toscanini
pudo presentar el estreno en Estados Unidos el 19 de julio de 1942. Esta interpretación históricamente
significativa quizás no haya sido impecable, pero fue casi tan importante pata los norteamericanos co
mo el estreno mundial lo había sido para los rusos. Muchos años más tarde Shostakovich dijo: Toscani
ni me envió su grabación (de su primera presentación)de mi Séptima Sinfonía y oyéndola me enfadé mucho. Está todo mal. El espíritu, el carácter y los tiempos. Es un trabajo inferior, de resorte chapuce
ro." La obra fue interpretada 62 veces y retransmitida  por radio 1.934 veces en Estados Unidos durante
esa primera temporada. 
El poeta norteamericano Carl Sandburg publicó una carta abierta a Shostakovich en ocasión del estreno
en Estados Unidos:
Por toda Norteamérica la pasada tarde del domingo sonó su Sinfonía Nº 7, y millones oyeron su retrato musical de Rusia en sangre y sombras...En un largo frente de batalla que se inclina hacia Moscú, el Ejér
cito Rojo lucha contra la maquinaria bélica más grande que jamás haya marchado contra cualquier país...El mundo desde fuera mira y contiene el aliento. Y sabemos que usted, Dimitri Shostakovich-lo oímos sentado allí, día tras día, haciendo una música que contará la historia. -. En Berlín no hay ningu
na sinfonía nueva, en París, Bruselas, Amsterdam, Copenhague, Oslo, Praga, Varsovia, en todo lugar en el que los nazis han pasado el trapo e implantado nuevas  leyes, no hay ninguna sinfonía nueva...su can
ción nos habla de un gran pueblo que canta, más allá de la derrota o de la conquista que, a lo largo de los años que vendrán, habrá aportado su cuota y su contribución al significado de la libertad y de la dis
ciplina humanas. 
La presentación más conmovedora tuvo lugar  el 9 de agosto de 1942. En Leningrado  sólo quedaban 15 miembros de la Filarmónica, pero decidieron interpretar la  sinfonía dedicada a su ciudad sitiada. Co
rrió la voz por todo Leningrado para que se reunieran todos los músicos de cualquier grupo. Uno de los 
organizadores recordaba: "¡Dios mío, que delgados estaban muchos de ellos! Y cómo se animaba esa gente cuando empezamos a desenterrarlos de sus oscuros apartamentos. Nos sentíamos conmovidos has
ta las lágrimas cuando traían su ropa de concierto, sus violines y violonchelos y flautas y empezaban los ensayos". Se envió una partitura desde Moscú en un avión de transporte médico y el director Karl Eliasberg, al ver que se necesitaba una orquesta enorme, se dio cuenta de que todavía  no tenía los músi
cos suficientes. El comando militar estuvo de acuerdo en conceder un permiso a los intérpretes necesa
rios de las líneas del frente. Se dio una orden especial para poner fuera de combate las armas enemigas
cerca dela sala de conciertos, para que pudiera oírse la música. El concierto tuvo lugar y fue retransmi
tido por radio como un rayo de esperanza para los ciudadanos de Leningrado. 
La retransmisión fue precedida por un breve discurso: "En unos pocos momentos más escucharán la Séptima Sinfonía de Shostakovich, nuestro gran compatriota, tocada en Leningrado por primera vez. El
solo hecho de que la Séptima Sinfonía sea tocada en la sitiada Leningrado es un testimonio del indoma
ble espíritu del pueblo, de la ciudad y de su coraje, de su fe en la victoria y de su voluntad de luchar has
ta última gota de sangre para ganar. ¡ Escuchen, camaradas! ¡Ahora nos comunicamos con la sala desde donde será transmitida la Séptima Sinfonía de Shostakovich!
Mientras la Sinfonía todavía era nueva, el compositor hizo varias aclaraciones sobre su significado. La
siguiente descripción es una combinación de todas las fuentes diferentes:
El primer movimiento de la sinfonía habla de la vida feliz y pacífica de un pueblo que tenía confianza en sí mismo y en su futuro. Es una vida sencilla, como la que disfrutaban los miles de soldados volunta
rios de Leningrado, por la ciudad toda, por el país todo, antes de que estallara la guerra. Luego viene la guerra. No he hecho ningún intento de interpretación naturalista de la guerra imitando el zumbido del avión, el retumbar de los tanques, la artillería, las explosiones, etc. No he escrito nada de la denomina
da música de batalla. En cambio traté de dar una imagen emocional de la guerra. La exposición relata la vida feliz del pueblo. Se otorga un lugar central al réquiem en memoria de los héroes que sacrificaron sus vidas para que pudiesen triunfar la justicia y la razón. Un único fagot llora la muerte de los héroes.
El réquiem está seguido por un tema incluso más trágico. No puedo describirlo. Quizás son las lágri
mas de una madre o incluso ese sentimiento que llega cuando el dolor  es tan grande que ya no hay más
lágrimas. Estos dos fragmentos líricos forman la conclusión del primer movimiento. Los acordes del cierre  se parecen al estrépito de la batalla, distante, recordatorio de que la guerra continúa. 
El segundo movimiento es un scherzo lírico que recuerda los episodios felices del pasado reciente.Está
teñido de melancolía. El amor a la vida, la maravilla de la naturaleza- ese es el significado del patético
adagio que forma el tercer movimiento, el centro dramático de la sinfonía. 
El final está consagrado a una vida feliz en el futuro, después de que el enemigo haya sido aplastado. Un tema conmovedor y solemne se eleva hasta la apoteosis de toda la composición-victoria. 
Muchos años más tarde, mucho tiempo después de que las emociones del tiempo de guerra se hubieran
apagado, el compositor reveló una idea algo diferente detrás de la sinfonía:
Todo lo que fue escrito sobre esas sinfonías(la Séptima y la Octava) en los primeros días, se repite sin cambios hasta este mismísimo momento-aún cuando haya habido tiempo de pensar un poco -. Después
de todo, la guerra terminó hace mucho tiempo. Casi treinta años. Hace treinta años se podía decir que eran sinfonías militares, pero las sinfonías rara vez se escriben obedeciendo órdenes, es decir, si mere
cen ser llamadas sinfonías...La Séptima Sinfonía había sido planeada antes de la guerra y en consecuen
cia no se la puede considerar  simplemente como una reacción frente al ataque de Hitler. El "tema de la invasión" no tiene nada que ver con el ataque. Yo estaba pensando en otros enemigos de la humanidad
cuando compuse el tema. Naturalmente el fascismo  me resulta repugnante, pero no sólo el fascismo ale
mán; cualquier otra forma de fascismo es repugnante...Hitler es un criminal, eso está claro, pero tam
bién lo es Stalin. Siento un eterno dolor por los que fueron muertos por Hitler, pero no siento menos do
lor por los que fueron muertos por órdenes de Stalin. Sufro por todos aquellos  que han sido  torturados,
muertos a tiros o muertos de hambre. Había miles de millones de ellos  en nuestro país antes de que co
menzara la guerra con Hitler. 
La guerra trajo un nuevo dolor y mucho y mucha destrucción nueva, pero no he olvidado los terribles años de la preguerra. Sobre eso tratan mis sinfonías, empezando por la Cuarta, incluyendo la Séptima y la Octava. En verdad, no tengo nada en contra de que la Séptima sea llamada la Sinfonía Leningrado, 
pero no es sobre la Leningrado bajo sitio; es sobre la Leningrado que Stalin destruyó y que Hitler mera
mente terminó de liquidar. 
Nunca sabremos cuál es la verdadera historia detrás de la sinfonía. Quizás el compositor intentó descri
bir Leningrado atacada por Hitler y sólo en años posteriores intentó dar a la sinfonía un significado más
universal. Por otra parte, tal vez mientras la escribía sentía que era realmente sobre el asesinato  y la des
trucción en general y permitió  que fuera asociada con el sitio de Leningrado, porque de ese modo po
día ayudar a elevar el espíritu de un pueblo oprimido. La historia real no importa verdaderamente, por
que la sinfonía perdura como una obra de arte que trasciende  los significados particulares que su crea
dor podía haber tenido en su cabeza. 
La sección media del primer movimiento es uno de los pasajes más notorios de toda la música sinfóni
ca. Algunos encuentran en ella una expresión de la guerra sombríamente implacable, en tanto que otros 
la encuentran excesivamente banal. A Béla Bártok le pareció tan absurda cuando escuchó una de las pri
meras interpretaciones difundidas por radio en Nueva York que incluyó una parodia de ella en su Con 
cierto para Orquesta. Shostakovich hace que un tambor militar toque una figura militar una y otra vez durante no menos de 280 compases, mientras la orquesta repite un tema de marcha una vez y otra, au
mentando gradualmente la instrumentación hasta que toca toda la orquesta, incluyendo una sección adi
cional de bronces. Quizás Shostakovich en este pasaje haya querido descubrir las hordas de soldados alemanes marchando hacia Leningrado, aunque él negó cualquier representación gráfica de la guerra. Quizás por otra parte, tenía en mente el terror creciente de la guerra en general. Cualquiera que haya si
do la intención de programa, el pasaje es vigoroso- no sutil, ni siquiera verdaderamente bello, pero por cierto cautivante-. El momento  más estremecedor se produce cuando el tambor militar desaparece de repente, dejando sólo misteriosos recuerdos de él al final del primer movimiento y en el medio del terce
ro. 
Otro rasgo inusual de la sinfonía es la cantidad de extensos solos de los vientos de madera. Estas líneas escasamente acompañadas y a menudo elegiacas sugieren la intimidad de la música de cámara dentro de esta sinfonía expansiva. Estos solos se producen en todos los movimientos excepto en el último. In
volucran al píccolo, la flauta, el clarinete, el oboe, el corno inglés, el clarinete bajo y el fagot. Así como
la marcha del primer movimiento está intencionadamente exagerada  casi hasta el punto del terror, el compositor casi se excede en los solos de los vientos de madera con el propósito de hacernos agudamen
te conscientes  de la naturaleza trágica de esta "Sinfonía de Victoria". Foto subida de Internet. 
De mi libro "Invitación a la Música" de Jonathan Kramer. 










                                                                               
                    Sinfonía Número 7 en Do mayor, Opus 60, Leningrado de Dimitri Shostakovich



                                                                                   
 









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